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La crisis de las oposiciones se lleva por delante al consejero vasco de Salud, Jon Darpón

Jon Darpón e Iñigo Urkullu, en un acto público del pasado mes de diciembre

Iker Rioja Andueza

La crisis por las filtraciones de exámenes en las oposiciones médicas celebradas el pasado año por el Servicio Vasco de Salud (Osakidetza) ha terminado por llevarse por delante al propio consejero, Jon Darpón, máximo responsable político de la OPE. Antes salieron del Gobierno la directora general de Osakidetza, María Jesús Múgica, y el responsable de Recursos Humanos, Juan Carlos Soto. En todos los casos la marcha se ha disfrazado de dimisión y ha venido acompañada de la tradicional fórmula de agradecimiento a los “servicios prestados”. Darpón deja el Gobierno tras más de seis años en el cargo y con la certeza de que, de lo contrario, la oposición iba a aprobar su reprobación el 21 de marzo en el Parlamento y propinar así un puntapié político al Ejecutivo de PNV y PSE-EE en puertas de una doble cita electoral.

El Departamento de Salud ha hecho oficial su decisión a través de un comunicado a las 12.45 horas de este jueves y el lehendakari Urkullu hará una comparecencia sin preguntas en el Parlamento para valorar la situación y anunciar el nombre de la nueva persona responsable del Departamento, previsiblemente una mujer.

Según la nota oficial, se trata de una “dimisión irrevocable”. Destaca el Ejecutivo que Darpón “ha dedicado desde el primer día todo su esfuerzo personal y profesional a la mejora del servicio público de Salud”. Añade que “durante estos ocho meses ha actuado con determinación y transparencia, colaborando en el cumplimiento de los compromisos del programa de Gobierno [...]. Ahora bien, la actual coyuntura política y la confirmación de la presentación de una proposición no de ley de reprobación el próximo 21 de marzo ha condicionado la decisión de presentar la dimisión”.

Las denuncias de posibles irregularidades de calado en la OPE de Osakidetza fueron adelantadas por este periódico el 1 de junio de 2018, como también por la Cadena Ser. Distintos análisis estadísticos, testimonios de testigos -principalmente tres anestesistas del hospital del Alto Deba- e incluso actas notariales que 'adivinaban' los beneficiarios de las plazas mostraron que el problema afectaba a una pluralidad de categorías de especialidades médicas de las oposiciones. Varios sindicatos llevaron el caso a la Fiscalía, que en febrero determinó que había indicios de delito y señaló hasta 11 exámenes en los que podía haber irregularidades. Esta misma semana la juez de Vitoria Yolanda Varona ha admitido a trámite la denuncia del ministerio público y ha iniciado la investigación citando como imputados a tres facultativos y como testigos a otras diez personas.

La Fiscalía alude también a que hasta tres altos cargos de Darpón, incluido Soto, su 'número dos', Xabier Balerdi, y el responsable de Asistencia Sanitaria, Andoni Arcelay, pudieron ser corresponsables del fraude. La gran novedad de esta OPE es que se 'externalizó' la elaboración de la parte teórica de las pruebas al Instituto Vasco de Administración Pública (IVAP), precisamente para lograr más garantías. Pero este organismo no contaba con expertos en medicina y acabó tirando de miembros de la propia Osakidetza para hacer las preguntas. Muchos de los opositores con mejores notas son colegas de trabajo de los autores reales de las pruebas y fueron estos tres cargos los que entregaron al IVAP la lista de facultativos que harían los exámenes.

El lehendakari, Iñigo Urkullu, se ha resistido hasta el final a esta crisis de Gobierno, más en puertas de una doble cita electoral. Desde que llegó a Ajuria Enea en 2012 Urkullu no ha realizado más cambios en medio de los mandatos que los exigidos por el guion, el relevo de Juan María Aburto por Ángel Toña en 2015 por la salida de éste a la Alcaldía de Bilbao y un movimiento similar hace unas semanas para cubrir la baja de Alfredo Retortillo, candidato del PSE-EE en Barakaldo, con Sonia Pérez. La última dimisión en el Gobierno hay que buscarla en 2012 cuando Rodolfo Ares (PSE-EE) dejó la cartera de Interior oficialmente para volcarse en el partido en puertas de las autonómicas pero presionado también por la muerte de Íñigo Cabacas en una carga policial.

De hecho, desde el entorno presidencial se ha repetido en las últimas semanas -desde que el informe de la Fiscalía hiciese insostenible su continuidad- que Darpón podría continuar mientras tuviera fuerzas, ya que la confianza se mantenía. Es más, el lehendakari en persona ha compartido actos públicos con su consejero de Salud a pesar de la tormenta política desatada por la OPE y que iba a llevar a la oposición en pleno a decidir votar a favor de la reprobación de Darpón el próximo 21 de marzo. El seguimiento de Urkullu de esta crisis ha sido constante y en primera persona. Algunas voces han ironizado que ha aplicado un 155 en Salud, ya que dos de sus asesores han tomado posiciones como director general de Osakidetza y como responsable de comunicación.

La última reunión conocida entre Urkullu y el ya exconsejero se produjo este miércoles en el Parlamento y duró unas dos horas. De ella Darpón salió “jodido”. El rictus serio le había acompañado también en las últimas semanas. Públicamente, había asegurado que valoraría su continuidad si la oposición lograba sacar adelante la reprobación, aunque sea una resolución no vinculante.

Jon Darpón Sierra (Bilbao, 1959), médico de carrera y gestor sanitario de vocación, llegó con Urkullu al Gobierno aquel 2012. Tras haber ocupado cargos intermedios durante los mandatos del PNV, durante la etapa de Patxi López pasó al sector privado (IMQ). La primera reacción cuando se conoció el escándalo en torno a la OPE fue negar que hubiera pruebas o “elementos objetivos” que probaran las informaciones periodísticas y denuncias políticas, sindicales e internas. Para la historia quedará su frase recordando que “esto no es Venezuela” y que en un Estado de Derecho no basta con sospechas. Más tarde se conoció que Osakidetza no sólo conocía las posibles irregularidades de antemano, sino que decidió no investigarlas hasta que el caso estalló públicamente.

En puridad, aunque Darpón nunca ha reconocido públicamente que se hayan producido filtraciones en la OPE -algunas voces aluden a un sistema de enchufismo generalizado- en muchos momentos ha actuado dando por supuesto que sí las ha habido. En estos meses, por ejemplo, se han paralizado temporalmente algunas categorías médicas y se ha planteado cambiar el modelo de oposiciones.

Con Darpón se va un consejero con carácter y un estilo de hacer política. Una parlamentaria del PSE-EE, estando en la oposición, criticó duramente sus “darponazos”, sus clásicos dardos dialécticos. Curiosamente, ahora han sido los socialistas sus únicos apoyos frente a la oposición. Será recordada su 'recomendación' al representante de Elkarrekin Podemos Juan Luis Uria, médico como él, de que hiciera más ejercicio para evitar el sobrepeso.

Darpón ha gestionado el área con más presupuesto de la Administración, con una dotación de más de 3.500 millones anuales. Osakidetza en un servicio bien valorado e incluso tuvo como 'premio' en los últimos días ser recibido por el presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijoó, para aprender del funcionamiento de la Sanidad pública vasca. Sin embargo, Euskadi no es ajena a problemas como el colapso en atención primaria -con movilizaciones en ciernes- o las listas de espera.

“Osakidetza es bastante más que una OPE. ”Estamos operando gente, atendiendo partos, … Decenas de miles de personas están siendo atendidas en este momento. No le quiero quitar valor al tema pero no hay ningún hecho probado“, reflexionó Darpón en una de sus últimas ruedas de prensa.

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