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La renta personal de las mujeres vascas en 2015 era un 40% inferior a la de los hombres
La renta personal de las mujeres vascas en 2015 era un 40% inferior a la de los hombres, 15.175 euros frente a 25.152 euros, y, ese mismo año, las familias tenían unos ingresos medios de 45.180 euros cuando el sustentador principal era un hombre, mientras que si la sustentadora principal era una mujer la renta familiar media se quedaba en 35.578 euros, según datos recogidos en la publicación “Igualdad de mujeres y hombres en la Comunidad Autónoma Vasca de Euskadi 2018” del Eustat.
Con motivo de la celebración del Día Internacional de las Mujeres, Eustat ha colgado este jueves en su web la publicación “Igualdad de mujeres y hombres en la Comunidad Autónoma Vasca 2018”, que pretende recoger la información estadística más relevante producida sobre la situación de las mujeres.
Para ello, se han elaborado cinco grandes capítulos que tratan, desde un punto de vista de género, sobre la población, trabajo, ingresos, salud y educación. Posteriormente se añadirán otros dos: vida social y empoderamiento.
Entre los numerosos datos que contiene la publicación destaca, en el capítulo dedicado a educación, que el ámbito del conocimiento presenta diferencias marcadas por el sexo.
Así, en la enseñanza universitaria, las mujeres apenas eligen ingeniería entre las primeras opciones tras la selectividad, se inclinan más por ciencias de la educación y ciencias de la salud, seguidas de ciencias sociales y jurídicas.
Concretamente, en un ranking de las 30 titulaciones más demandadas, llama especialmente la atención que los hombres eligen algún tipo de ingeniería en cinco de las ocho titulaciones más demandadas. Las otras tres son Administración y dirección de empresas, Educación primaria y Ciencias de la Actividad física y el deporte.
En el caso de las mujeres, hay que remontarse al puesto 22 y 30 del ranking para que aparezca alguna titulación relacionada con las ingenierías, concretamente las de tecnología industrial y mecánica.
Las ocho titulaciones elegidas mayoritariamente por las mujeres son Educación primaria, Enfermería, Administración y dirección de empresas, Medicina, Educación infantil, Psicología, Derecho y Educación social.
Este capítulo recoge que el nivel de instrucción de mujeres y hombres se ha elevado en las últimas décadas, y las mujeres jóvenes tienen mayor nivel de instrucción que las más mayores, quienes con frecuencia se sitúan en los estudios primarios. Asimismo, indica que, actualmente, hay más mujeres que finalizaron estudios universitarios que hombres, y más hombres que finalizaron estudios profesionales que mujeres.
Además, señala que el abandono escolar prematuro ha sido y aún es mayor en los chicos que en las chicas. Las tasas de graduación en ESO y bachiller, así como en estudios universitarios son superiores en las mujeres, mientras que las tasas de graduación en formación profesional y en diplomaturas e ingenierías técnicas son superiores en los hombres.
Por otro lado, de cada diez mujeres universitarias graduadas, cinco lo hicieron en ciencias sociales y jurídicas, mientras que cuatro de cada diez hombres lo hicieron en ingenierías y cuatro en ciencias sociales y jurídicas.
INGRESOS
La renta personal media de las mujeres y hombres y la renta familiar según la persona sustentadora principal se tratan específicamente en la publicación. Este capítulo evidencia que la renta personal media de las mujeres entre 2001 y 2015 “ha sido y sigue siendo más baja que la de los hombres”. En el año 2015, la renta personal de las mujeres era un 40% inferior a la de los hombres (15.175 euros frente a 25.152 euros).
Este apartado recoge que todos los estratos de renta mostraban una mayor proporción de hombres que de mujeres por encima de los 18.000 euros anuales en 2015. Por debajo de esa cifra, en cambio, había una mayor proporción de mujeres que de hombres.
Además, las mujeres sin renta suponían el 14,6%, cuatro puntos porcentuales por encima de los hombres (10,3%), en 2015. Las rentas procedentes del trabajo son más bajas en las mujeres y, dado que suponen el 60% de la renta total, “inciden directamente en la brecha de género”, recoge el informe.
En el año 2015 las familias tenían unos ingresos medios de 45.180 euros cuando el sustentador principal era un hombre, concentrándose en su mayor parte en los estratos intermedios y altos, mientras que si la sustentadora principal era una mujer la renta familiar media se quedaba en 35.578 euros y se concentraba en los estratos de renta más bajos.
POBLACIÓN
En este capítulo se muestra que la población vasca creció un 5% entre los años 2001 y 2017, y a 1 de enero de 2017 era de 1.119.441 mujeres y 1.056.378 hombres. La esperanza de vida al nacimiento de las mujeres era de 86 años en 2015 y está por encima de la media europea. En los hombres era de 80 años, una diferencia de 6 años que tiende a disminuir.
La tasa de natalidad en el año 2016 es de 8,4 nacimientos por mil habitantes, por debajo de la media europea (10,0% en 2015). Sólo algunos estados como Portugal, Italia y Grecia tienen tasas inferiores a la vasca.
Las mujeres nacidas en el extranjero suponían el 9,2% de todas las mujeres en 2016, y los hombres nacidos en el extranjero el 8,9% de su grupo. Las personas solas suponían el 10% de la población y 1 de cada 4 hogares en 2015. En seis de cada diez casos ese hogar se componía de una mujer sola, y había 90.048 familias monoparentales en 2015 y estaban a cargo de mujeres en el 87,2% de los casos (casi nueve de cada diez).
El trabajo y la actividad de la población, la conciliación de la vida laboral y el grado de satisfacción de mujeres y hombres, constituyen los grandes ejes de este capítulo. Algunos de los datos más significativos son que el trabajo total incluye el trabajo remunerado y el trabajo no remunerado. En el primero han contribuido más los hombres que las mujeres y en el trabajo doméstico no remunerado aún contribuyen más las mujeres que los hombres.
Asimismo, se señala que el ritmo de incorporación de los hombres al trabajo doméstico es más lento que el ritmo de las mujeres al trabajo remunerado. Además, se indica que muchas mujeres se incorporan al trabajo remunerado en peores condiciones que los hombres según el tipo de jornada, el tipo de contrato, la categoría profesional adecuada a la formación, etc.
Los sectores de actividad feminizados no suelen presentar buenas condiciones laborales, y la satisfacción de las mujeres ocupadas que concilian empleo y cuidados con su vida personal está por debajo de la de los hombres ocupados, según la publicación.
SALUD
Algunos datos destacados que se recogen en la publicación sobre el estado de salud, la prevalencia de la enfermedad y los servicios sanitarios son que las mujeres viven más años pero no tienen mejor salud que los hombres. Así, los años vividos con mala salud fueron 13,3 para las mujeres y 10,3 para los hombres en 2013.
Por otro lado, el 78% de las mujeres y el 82% de los hombres percibían su salud como buena o muy buena en 2013, y casi la mitad de la población vasca padece algún problema de salud crónico.
En las mujeres, tras la hipertensión y el colesterol elevado, las enfermedades crónicas más frecuentes son la artrosis, el dolor dorsal y el cervical.
La salud mental, expresada por la prevalencia de síntomas de ansiedad y depresión, ha empeorado muy significativamente en las mujeres, creciendo casi 7 puntos porcentuales en 10 años.