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Lo que de verdad importa

Varias personas con carteles en la manifestación por el derecho a la vivienda del 23 de noviembre de 2024 en Barcelona
30 de diciembre de 2024 21:27 h

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El semanario británico “The Economist” sorprendió a muchos al elegir a España como la economía con mejores resultados en 2024, basándose en cinco indicadores: PIB, mercado de valores, inflación, desempleo y déficit público. Sin duda, nuestro país destaca por los notables avances en estos indicadores, pero liderar el ranking del año 2024 podría no traducirse de una manera inmediata en una mejora tangible en la calidad de vida de la población. En otras palabras ¿en qué medida la buena evolución de estos indicadores refleja el bienestar de los ciudadanos? 

El bienestar es un concepto que abarca tanto aspectos monetarios como no monetarios, siendo estos últimos especialmente difíciles de medir. En este contexto, la OCDE ha desarrollado el proyecto Better Life Index, que identifica 11 aspectos esenciales para evaluar la calidad de vida: vivienda, ingresos, empleo, comunidad, educación, medio ambiente, compromiso cívico, salud, satisfacción, seguridad y balance vida-trabajo. Cada uno de estos aspectos se mide mediante indicadores que sintetizan la situación de 41 países desarrollados. Además de proporcionar una puntuación para cada uno de esos 11 aspectos, el índice proporciona un ranking global del bienestar de los países, considerando que todos estos aspectos tienen igual relevancia. España se sitúa en la mediana, en la posición 21, entre el máximo de Noruega y el mínimo de Sudáfrica, destacando por sus buenos resultados en salud, balance vida-trabajo y seguridad, mientras que los peores resultados se registran en empleo, educación y satisfacción con la vida. 

Este proyecto ofrece además la posibilidad de que los usuarios elaboren su propio indicador de bienestar, priorizando los aspectos que consideren más importantes. Para ello, basta con asignar una puntuación entre 1 y 5 a cada tema, obteniendo un ranking final de todos los países según las prioridades de cada usuario. Desde 2010, la OCDE ha recopilado las respuestas de 200.000 usuarios que están disponibles para su análisis. Los 5.492 españoles que participaron en esta encuesta consideran más importantes la salud, la educación y la satisfacción con la vida, mientras que el compromiso cívico, las conexiones sociales y, curiosamente, los ingresos, son los aspectos considerados menos relevantes. A continuación, se resume la posición de España en los temas que los ciudadanos consideran prioritarios para su bienestar.

En salud, España ocupa la sexta posición, destacando por su alta esperanza de vida y una percepción subjetiva del estado de salud superior a la media. En contraste, en educación, España se sitúa por debajo de la media de la OCDE, siendo los indicadores utilizados para medir la calidad de la educación, el porcentaje de población adulta que ha terminado estudios secundarios y los resultados del informe PISA. En cuanto a satisfacción con la vida, los españoles se autoevalúan con un 6,5 sobre 10, por debajo de la media de la OCDE, que es 6,7. 

Es evidente que los indicadores de bienestar no son independientes entre sí; una mejor educación puede tener efectos positivos en el empleo, los ingresos y, en última instancia, en la satisfacción con la vida. 

Por otra parte, sorprende que España se encuentre solo ligeramente por debajo de la media en uno de los aspectos del bienestar que más inquietud genera entre los ciudadanos, la vivienda, ocupando el puesto 24 y con Estados Unidos en la primera posición. Sin embargo, al analizar más a fondo los indicadores utilizados, la clasificación de España en cada uno de ellos presenta variaciones significativas. En los dos indicadores relacionados con la adecuación de la vivienda, como el número de habitaciones y las instalaciones básicas, España supera la media de la OCDE. No obstante, en lo que respecta al coste de la vivienda, nuestro país se sitúa en el puesto 31, lo que significa que, en solo diez países, el gasto en vivienda representa una mayor proporción de los ingresos de los hogares. Mientras que la media de los 41 países de la muestra es del 20 %, en España alcanza el 21,7 %. 

Por último, es importante detenernos también en el indicador que peor resultados presenta para España, el empleo, que ocupa una posición intermedia entre las prioridades de los españoles. Para evaluar la situación del empleo se utilizan cuatro indicadores: la tasa de desempleo de larga duración, la seguridad en el empleo (medida como el riesgo de perder ingresos en caso de desempleo), la tasa de empleo y la media de ingresos de un trabajador a tiempo completo. España obtiene puntuaciones muy bajas en los dos primeros indicadores, con solo tres y dos países, respectivamente, obteniendo peores resultados. La tasa de empleo en España también se sitúa por debajo de la media de la OCDE, en la posición 32. En cuanto a los ingresos de los trabajadores a tiempo completo, España está en una mejor posición, aunque aún se encuentra en el puesto 23. Aunque España ha mejorado en los últimos años en alguno de los indicadores de empleo, como la tasa de empleo y el desempleo de larga duración, es necesario continuar avanzando en políticas públicas que ayuden a la reducción del desempleo y ofrezcan mayor protección frente a esta problemática.  

A pesar de los buenos resultados macroeconómicos de España en 2024, es esencial ampliar el análisis hacia otros aspectos clave del bienestar de los ciudadanos. Aunque se han logrado avances en empleo y otros aspectos económicos, España debe seguir trabajando en áreas clave como la educación, que los españoles han puesto en cabeza de los temas que realmente importan, junto con la salud y la satisfacción con la vida. Tanto la educación como la vivienda, cuyas competencias están repartidas entre distintos niveles de la administración, deben ocupar un lugar central en las prioridades de las políticas públicas ya que son fundamentales para mejorar el bienestar de los ciudadanos. 

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