Piedras de papel es un blog en el que un grupo de sociólogos y politólogos tratamos de dar una visión rigurosa sobre las cuestiones de actualidad. Nuestras herramientas son el análisis de datos, los hechos contrastados y los argumentos abiertos a la crítica.
El más reciente indicador comparado de la calidad de gobierno en regiones europeas, el European Quality of Government Index (EQI) muestra que nuestras comunidades autónomas mejor puntuadas (Asturias, Cantabria, País Vasco o La Rioja) presentan unos resultados similares a la media Europea; es decir, al nivel de Francia; mientras que las que aparecen como peores (Canarias, Extremadura, Valencia o Galicia) están más cerca de las regiones polacas, en la zona media-baja. Dentro de Europa nuestras comunidades autónomas se mueven pues entre la media y la mediocridad.
Los datos en detalle del EQI correspondiente al año 2013 pueden ser consultados en la revista Social Indicators Research (Charron, Dijkstra y Lapuente), donde acaban de ser publicados. El estudio explora las percepciones de calidad de gobierno en 206 regiones de 24 países europeos. El índice EQI agrega una multitud de preguntas a los ciudadanos sobre cuáles son sus percepciones sobre la calidad de los servicios públicos en su comunidad autónoma (que no “de” su comunidad), del grado de imparcialidad de las instituciones y del grado de corrupción (tanto la experiencia personal de los encuestados como su percepción sobre la misma en las instituciones políticas).
El mapa de apertura muestra la variación regional en el EQI dentro de Europa y podemos ver cómo las comunidades autónomas españolas obtienen unos tonos ligeros: o bien de azul (ligeramente por encima de la media) o bien de rojo (ligeramente por debajo). Hay que tener en cuenta que algunas regiones de países no pertenecientes a la Unión Europea, como Turquía o Serbia, también están incluidas en el estudio, lo que implica que los resultados de nuestras comunidades serían peores si nos ciñéramos al contexto de la Unión Europea.
La Tabla 1 clasifica las comunidades autónomas emparejándolas con otras regiones de la UE con puntuaciones similar en el EQI, quedando agrupadas en conjuntos de comunidades con unos niveles parecidos.
Tabla 1: Percepción de calidad de gobierno (EQI) en las comunidades autónomas, 2013.
Antes de extraer demasiadas conclusiones de esta comparación entre comunidades autónomas, empecemos con algunos “peros” a la hora de interpretar la tabla:
-“Pero” número 1: hay que tener en cuenta que, como muestra el gráfico 1, muchas diferencias entre comunidades no son estadísticamente significativas.
Gráfico 1: Percepción de calidad de gobierno (EQI) en las comunidades autónomas, 2013. Elaboración: Nicholas Charron
-“Pero” número 2: hay algunas comunidades que cambian de forma algo brusca desde la primera oleada del estudio en el año 2010 (informe aquí), como indica el gráfico 2. Este sería, por ejemplo, el caso de Galicia, que en 2010 aparecía con una puntuación relativamente alta, comparada con 2013. Aunque ya entonces se podía ver que era una posición inestable, pues, cambiando alguno de los subcomponentes del indicador, Galicia “saltaba” muchas posiciones arriba y abajo.
Gráfico 2: Percepción de calidad de gobierno (EQI) en las comunidades autónomas, 2013. Elaboración: Nicholas Charron
-“Pero” número 3: la tabla presenta el indicador agregado y, por tanto, es recomendable mirar los componentes individuales antes de extraer conclusiones sobre, por ejemplo, cuál es el grado de corrupción en una comunidad.
Hechas estas salvedades, el EQI apunta a una serie de regularidades – veremos si se confirman en futuras oleadas del estudio – que merecerían una reflexión colectiva. En primer lugar, los ciudadanos de dos comunidades, Asturias y País Vasco, están especialmente satisfechos con sus sectores públicos. Entienden que las administraciones actuando en su territorio lo hacen de una forma más imparcial, más efectiva y menos corrupta. Quizás las demás comunidades, en algún descanso entre tirarse los platos las unas a las otras y poner el plato para que Montoro lo llene en un acto de graciosa generosidad, podrían preguntarse qué es lo que las instituciones vascas y asturianas están haciendo bien. Esta debería ser, de hecho, una función fundamental del estado de las autonomías y de un eventual estado federal si algún día llegamos a construirlo: copiar, rectificar, aprender los unos de los otros.
En segundo lugar, el contraste entre nuestras dos comunidades con identidades más fuertes – Cataluña y el País Vasco – es llamativo: el País Vasco se asemeja a las regiones del norte de Europa mientras que Cataluña es mucho más “sureña”. Quizás Cataluña puede llegar a la Dinamarca del Sur con la que sueñan muchos pero, de momento, no apunta las maneras “nórdicas” del País Vasco o de las regiones más dinámicas del norte de Italia. Hay, en otras palabras, bastante margen de mejora en Cataluña.
Pero ¿por qué debe importarnos la percepción de la calidad de gobierno? Para empezar, porque algunos estudios han mostrado que, a largo plazo, la “riqueza de las regiones” depende de la calidad de gobierno en las regiones. Y, si no estáis convencidos de que debemos reflexionar sobre cómo mejorar la calidad de gobierno en nuestras comunidades autónomas, echadle un vistazo a las correlaciones de la tabla 2. El índice de calidad de gobierno regional EQI está altamente correlacionado con todo tipo de “buenos resultados” en términos socio-económicos.
El buen gobierno es el camino para conseguir sociedades más ricas, con mayor calidad de vida y menos desiguales. Dejemos las balanzas fiscales y otras reyertas entre comunidades por un tiempo y pensemos cómo mejorar el funcionamiento de sus instituciones.
Sobre este blog
Piedras de papel es un blog en el que un grupo de sociólogos y politólogos tratamos de dar una visión rigurosa sobre las cuestiones de actualidad. Nuestras herramientas son el análisis de datos, los hechos contrastados y los argumentos abiertos a la crítica.