Piedras de papel es un blog en el que un grupo de sociólogos y politólogos tratamos de dar una visión rigurosa sobre las cuestiones de actualidad. Nuestras herramientas son el análisis de datos, los hechos contrastados y los argumentos abiertos a la crítica.
No hay evidencia de que Vox esté logrando expandir el electorado de la derecha entre grupos socioeconómicamente más desfavorecidos.
Sin embargo, dentro del electorado del PP, los que se van a Vox sí parecen tener unas características económicas algo diferentes de los que no lo hacen.
Un problema que hasta hace poco hemos tenido para decir algo sensato e informado sobre el electorado de Vox es que disponíamos de pocos datos para analizarlos con un poco de sistematicidad. La emergencia de Vox es algo muy reciente, y, a pesar del interés mediático por este partido y del buen resultado cosechado en las pasadas elecciones andaluzas, el número de encuestados que se muestran predispuestos a votar a este nuevo partido sigue siendo pequeño, lo que limita las posibilidades de análisis. Para resolver este problema de muestra, en el ejercicio que presento a continuación uno los dos últimos barómetros disponibles del CIS, el de Enero y el de Febrero. Al disponer de muestras relativamente grandes, gracias a este ejercicio puedo estudiar a algo más de dos centenares de personas que declaran querer votar a Vox en las próximas elecciones generales.
¿Cuál es el perfil socioeconómico de estos votantes? Sabemos, gracias a los análisis ecológicos a partir de los resultados de las elecciones andaluzas y a otros datos de encuesta que un gran porcentaje de ellos procede del electorado del Partido Popular. Pero ¿logran capturar votantes desencantados en otras latitudes ideológicas? ¿En qué medida hay un voto “económico” de descontento en la preferencia por Vox que podría ampliar la base social de la derecha en España?
El hecho de que Vox se nutra desproporcionalmente de exvotantes del Partido Popular hace que, de manera casi inevitable, su electorado se parezca mucho en términos agregados al del partido del que procede. Así, por regla general, es normal que Vox obtenga sus mejores resultados en aquellos barrios, municipios y regiones en los que el PP era exitoso. Pero este resultado podría ocultar patrones más pequeños en términos numéricos pero más relevantes en términos políticos. Por ejemplo, podría ser que, más allá de este electorado natural, Vox estuviera siendo capaz de atraer a un porcentaje pequeño pero no despreciable de votantes desencantados con la economía y atrayéndolos al campo de la derecha. Esta es, por ejemplo, una de las explicaciones que se han usado para entender el éxito de Trump en Estados Unidos: a Trump le apoyaron sobre todo los votantes republicanos tradicionales (por eso el votante medio de Trump no se diferencia mucho del votante conservador norteamericano), pero además supo atraer a una parte de los votantes blancos de clase baja y poco nivel educativo que en el pasado no votaban al partido republicano, y que pudieron ser decisivos en su victoria. ¿Tenemos evidencia de que Vox esté consiguiendo algo de esto en España?
Para verlo, hago un ejercicio muy sencillo. Divido la muestra entre no votantes del PP en 2016 y votantes del PP en 2016, y evalúo en cada grupo la probabilidad de tener intención de votar a Vox en función de las características socioeconómicas de los entrevistados. El gráfico 1 resume los resultados más interesantes.
Gráfico 1. Intención de voto a Vox entre parados y no parados, personas que declaran tener una situación económica mala o muy mala y resto de la población, y mujeres y hombres, en función del comportamiento electoral del encuestado en las elecciones de 2016 (votó o no al Partido Popular). Fuente: Barómetros CIS Enero y Febrero de 2019.
Lo que estos análisis muestran es que, entre los que no votaron al PP en 2016, Vox no solo tiene muy poco tirón, sino que además las variables económicas no juegan ningún papel a la hora de hacer a este partido más atractivo. Sin embargo, entre los exvotantes del PP, las fugas hacia Vox sí parecen tener un componente económico: son los parados, las personas que declaran estar atravesando una situación económica personal mala, y los que son empresarios o autónomos (no mostrados en el gráfico) los más proclives a irse al nuevo partido.
El tercer gráfico muestra que, a diferencia del paro o de la situación económica personal, ser mujer siempre reduce sustancialmente la probabilidad de votar a Vox, tanto para los que votaron al PP como para los que no lo hicieron. Sabemos que Vox es con diferencia el partido con el electorado más masculinizado de todos. De hecho, de acuerdo a esta muestra, solo uno de cada seis votantes de Vox es una mujer que no votó al PP en 2016.
En las tablas que muestro a continuación muestro, con toda la cautela que exigen datos (estas muestras de votantes de Vox siguen siendo demasiado pequeñas, y no es descartable que el perfil de estos votantes cambie con el tiempo), que estos resultados se mantienen cuando se descuentan otras características socioeconómicas de los individuos, e incluso sus preferencias políticas (como es esperable, cuanto más a de derecha y más centralista es el encuestado, mucho mayor es la probabilidad de votar a Vox). Esto es, cuando comparamos individuos de la misma edad, que viven en el mismo tipo de municipio, del mismo nivel educativo e ideología política, i) la propensión a votar a Vox siempre es menor entre las mujeres que entre los hombres; ii) no hay ningún efecto de las variables económicas (estar en paro, atravesar una situación económica mala, o ser empresario o autónomo) entre los que no votaron al PP en 2016; iii) pero sí parecen tener algún efecto dentro de los que sí lo hicieron: los votantes que se van del PP a Vox son económicamente algo diferentes de los que no lo hacen.
En definitiva, Vox no parece que esté logrando atraer votantes económicos fuera del ámbito de la derecha. Entre la mayoría de la población que no votó al PP en 2016, Vox no tiene mucho atractivo, y el poco que tiene no parece tener que ver con la economía. Sin embargo, dentro del electorado del PP, Vox sí que parece que se nutre de algunos perfiles socioeconómicos más que de otros, y podría estar teniendo más de éxito entre los votantes del PP que son empresarios y autónomos, los que están en desempleo, y los que dicen estar pasándolo económicamente peor.
Tabla 1. Modelos logit para explicar la intención de voto a Vox en la muestra de no-votantes del PP en 2016 (columnas 1 y 2) y en la muestra de votantes del PP en 2016 (columnas 3 y 4). Fuente: Barómetros CIS Enero y Febrero de 2019.
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Piedras de papel es un blog en el que un grupo de sociólogos y politólogos tratamos de dar una visión rigurosa sobre las cuestiones de actualidad. Nuestras herramientas son el análisis de datos, los hechos contrastados y los argumentos abiertos a la crítica.