Sánchez prepara un discurso de izquierdas mientras Calvo y Echenique buscan un acuerdo in extremis
Los equipos negociadores de PSOE y Unidas Podemos se han sentado por primera vez este fin de semana para tratar de avanzar en la negociación del Gobierno de coalición sin que apenas haya trascendido nada sobre las propuestas que están sobre la mesa. No ha habido grandes filtraciones, ni tampoco detalles sobre las carteras que están en juego en la búsqueda del acuerdo ni los nombres de los aspirantes a ocuparlas.
Las negociaciones se han intensificado este domingo en un intento de llegar a la primera jornada del debate de investidura con un pacto cerrado. Por parte del PSOE, es la vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo, quien negocia con Pablo Echenique, que representa a Podemos. Los líderes de ambos partidos están en contacto directo con sus negociadores. De momento, no hay bases para el acuerdo y las conversaciones se interrumpieron esta medianoche y lo previsible es que se retomen a primera hora, informa Andrés Gil.
De lo que ambos partidos logren acordar antes de que arranque este mediodía el debate en el Congreso de los Diputados depende el tono y los discursos que pronuncie tanto el candidato a la reelección, Pedro Sánchez, como el resto de partidos y fundamentalmente Podemos en las réplicas, durante la tarde.
Con esas negociaciones en marcha, formalmente desde este domingo, Pedro Sánchez ultima un discurso que, según su entorno, tendrá un marcado tono “de izquierdas”. Según fuentes del PSOE, sus palabras van a estar orientadas “a la mayoría desde la óptica progresista”. El candidato a la investidura hará referencia a las transformaciones de los últimos meses con su gabinete y a las reformas que sigue necesitando el país y que “solo puede impulsar un Gobierno de izquierdas”. Sánchez planteará como nuevos desafíos la búsqueda de un crecimiento económico apoyado en criterios de justicia social. Feminismo, revolución tecnológica, lucha contra la precariedad y emergencia climática serán otros de los apartados clave de su intervención.
Las dos partes tratan de llegar a la primera jornada del debate de investidura con un pacto. Los pocos mensajes que han ido llegando desde el ámbito de la negociación esbozaron un cierto optimismo durante la tarde del domingo. “Las conversaciones van bien”, aseguraban esta tarde fuentes parlamentarias conocedoras de la marcha de las conversaciones.
A medianoche ese diálogo se ha interrumpido pero es previsible que se retome a primera hora del lunes. En los dos partidos que se han sentado a la mesa nadie da nada por seguro. En caso de no llegar a un entendimiento, las negociaciones se podrán estirar hasta el jueves, momento en el que se producirá la votación definitiva en la que Sánchez se juega su futuro y de la que depende la ecuación en la que está instalado el socialismo: o Gobierno con Podemos dentro o elecciones.
El resto de partidos que pueden participar de la investidura de Sánchez con sus abstenciones tampoco han decidido su voto ni cómo afrontarán sus discursos durante el debate. “Todo depende de si llegan con un acuerdo” a la sesión, asegura a eldiario.es un diputado nacionalista.
Quien podría no estar en el debate será Irene Montero. Su nombre ha sido el que más fuerza ha cobrado en los últimos días como posible ministrable, tras la renuncia de Pablo Iglesias. La portavoz de Unidas Podemos en el Congreso ha solicitado esta semana el voto telemático, debido a su avanzado estado de gestación. Su voto lo emitirá a distancia y tendrá que hacerlo con unas horas de antelación con respecto al resto de diputados. Esta circunstancia elimina la posibilidad de cerrar un 'acuerdo de último minuto' ya que Unidas Podemos deberá fijar su postura con margen para que Montero pueda ejercer el voto a distancia, conforme a las normas del Congreso. Según fuentes del Congreso la petición de Montero podría revertirse si la diputada de Unidos Podemos decide finalmente asistir al pleno y votar presencialmente.
En caso de que las dos partes no consigan entenderse en las próximas horas aún tendrán tiempo para seguir debatiendo hasta el jueves, momento en el que se producirá la segunda y definitiva votación de investidura, en la que Sánchez ya no precisa la mayoría absoluta si no obtener más síes que noes. No se descarta que Unidas Podemos empiece con una abstención para ganar horas de debate, a la espera de que el acuerdo cristalice entre el martes y el miércoles.
El fin de semana ha permitido a los dos partidos un acercamiento discreto. A partir del lunes esa discreción será más complicada, ya que el foco parlamentario y el propio debate en el Congreso enfrentará a los protagonistas del acuerdo al escrutinio de los periodistas.
En Unidas Podemos mantienen su reivindicación de una vicepresidencia de carácter social. “Lo veo sensato”, asegura Juan Carlos Monedero en una entrevista que hoy publica este diario. De momento, lo que se le ha ofrecido, según las fuentes consultadas es una vicepresidencia simbólica, sin apenas competencia y que no convence al partido de Iglesias.
En el PSOE, que guarda un mutismo absoluto sobre las conversaciones, hay quien observa con escepticismo la posibilidad de un Gobierno de coalición. Mientras los colaboradores más cercanos a Sánchez aseguran sentirse ilusionados ante la posibilidad de cerrar por fin un ejecutivo tres meses después de las generales, de puertas a dentro han empezado a sonar las primeras voces que aseguran que “el PSOE no gana nada” dando luz verde al acuerdo.
El jueves, la segunda votación, dirá si España tiene un gobierno tres meses después de las elecciones generales, o si se activa de nuevo el reloj hacia una repetición de los comicios.