Aznar, Vargas Llosa y Álvarez de Toledo firman un manifiesto contra el confinamiento y el “autoritarismo” durante la pandemia
El expresidente del Gobierno José María Aznar y la portavoz parlamentaria del PP, Cayetana Álvarez de Toledo han suscrito un manifiesto en el que la Fundación Internacional para la Libertad (FIL), presidida por el Premio Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa, cuestiona las medidas de confinamiento “con mínimas excepciones” que se han impuesto en “varios países” y reclama que los estragos de la pandemia de la COVID-19 no se conviertan en un “pretexto” para instaurar el “autoritarismo”.
“En lugar de algunas entendibles restricciones a la libertad, en varios países impera un confinamiento con mínimas excepciones, la imposibilidad de trabajar y producir, y la manipulación informativa”, puede leerse en el texto, que contrapone el trabajo de los “los empleados de la sanidad pública y privada” que combaten el coronavirus “valerosamente” al de “muchos gobiernos” que “toman medidas que restringen indefinidamente libertades y derechos básicos” y que “han identificado una oportunidad para arrogarse un poder desmedido”.
El manifiesto, que sostiene que “muchos” ejecutivos “han suspendido el Estado de derecho e, incluso, la democracia representativa y el sistema de justicia”, está firmado por más de un centenar de personas. La mayoría, exmandatarios conservadores, intelectuales, empresarios, economistas y escritores iberoamericanos que dicen rechazar “el falso dilema de que estas circunstancias obligan a elegir entre el autoritarismo y la inseguridad, entre el Ogro Filantrópico y la muerte”.
El texto sostiene que “a ambos lados del Atlántico resurgen el estatismo, el intervencionismo y el populismo con un ímpetu que hace pensar en un cambio de modelo alejado de la democracia liberal y la economía de mercado”. Cita los ejemplos de “las dictaduras de Venezuela, Cuba y Nicaragua”, donde la pandemia “sirve de pretexto para aumentar la persecución política y la opresión; de México, donde ”arrecia la presión contra la empresa privada y se utiliza el Grupo de Puebla para atacar a los gobiernos de signo distinto“.
También el de España, donde sostienen que al igual que está ocurriendo en Argentina, “dirigentes con un marcado sesgo ideológico pretenden utilizar las duras circunstancias para acaparar prerrogativas políticas y económicas que en otro contexto la ciudadanía rechazaría resueltamente”.
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