Plasma de pacientes curados: el tratamiento con más de un siglo que puede resucitar en Madrid contra el coronavirus
Los responsables sanitarios de Madrid están planteándose utilizar plasma hiperinmune de pacientes curados de la COVID-19 para tratar a los enfermos graves. El Centro de Transfusión de Madrid ha confirmado que va a colaborar con hospitales de la región en un ensayo clínico, pero que aún se necesita las autorizaciones pertinentes del Ministerio de Sanidad. Por lo cual, el proyecto está aún en fase muy preliminar.
Si finalmente saliera adelante, Madrid se sumaría a la estrategia de la Administración de Alimentos y Medicamentos de EEUU (FDA, por sus siglas en inglés), que ha autorizado este martes a médicos de todo el país para que usen el plasma de la sangre de pacientes que se recuperaron del coronavirus para tratar a los que están en estado crítico.
La FDA anunció en su página web que este procedimiento podrá usarse solo en pacientes que están más graves y cuya vida corra peligro. Además, los médicos que lo administren tendrán que pedir autorización previa. La decisión de la agencia no es habitual porque los nuevos tratamientos suelen tardar meses o incluso años antes de ser aprobados y solo se hace cuando ha comprobado que el método es seguro y eficaz.
En esta ocasión, la FDA advierte que “aunque es prometedor, el plasma no ha demostrado ser efectivo en las enfermedades estudiadas”.
La vacuna “tardará entre 12 y 18 meses”
Según Arturo Casadevall de la Universidad Johns Hopkins, “no lo sabremos hasta que lo hagamos, pero las pruebas históricas son alentadoras”, dijo a The Associated Press este inmunólogo de la Universidad Johns Hopkins (EEUU).
Este experto –que ha estado presionando a las autoridades de EEUU para conseguir la aprobación de la FDA–, publicó también una tribuna a finales de Febrero en The Wall Street Journal en la que afirmaba que la vacuna contra el SARS-Cov-2 “tardará entre 12 y 18 meses en llegar, pero el plasma podría estar listo en semanas”.
El método de usar sangre de pacientes recuperados tiene más de cien años. Se usó en la primera epidemia de gripe española de 1918 y en brotes de sarampión antes de que existieran las vacunas. También ha sido probado más recientemente contra el SARS y el ébola.
El tratamiento parte de la idea de que cuando una persona enferma el cuerpo genera anticuerpos que luchan contra la infección. De esa manera, cuando se recupera, los anticuerpos quedan flotando en su sangre, especialmente en el plasma, que es la parte líquida.
El procedimiento consiste en recoger esos anticuerpos que quedan flotando en el plasma para administrárselos al enfermo y ayudarle a luchar contra el virus.
Acuerdo de la española Grifols y la FDA
Por otro lado, la multinacional farmacéutica española Grifols anunció ayer un acuerdo con la autoridad estadounidense de Desarrollo e Investigación Biomédica Avanzada (BARDA), la FDA y otros organismos federales de salud pública para recoger plasma de pacientes recuperados de la COVID-19, procesarlo y producir inmunoglobulinas hiperinmunes.
El acuerdo también contempla la colaboración en el desarrollo de estudios preclínicos y clínicos necesarios para determinar la eficacia de la terapia con inmunoglobulinas hiperinmunes antiSARS-CoV-2 para tratar la COVID-19, señala la firma en su comunicado.
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