La hostelería de Asturias, en pie de guerra contra el Gobierno regional por su cautela tras el peor mes de la pandemia
La curva se ha aplanado en Asturias después del peor mes de toda la pandemia. En noviembre fallecieron en el principado 557 personas a causa del coronavirus y se registraron 11.156 contagios. Con el descenso de la incidencia se reabrió el pequeño comercio el 25 de noviembre, pero el resto de medidas de flexibilización que se plantea el Gobierno regional tendrán que esperar. A las autoridades sanitarias les preocupa que la eliminación “brusca” de las restricciones desencadene “demasiado pronto” una tercera ola de COVID-19. Sin embargo, hay quienes no parecen dispuestos a esa cautela.
“El sector tiene que abrir en diciembre”, defendía este lunes José Luis Álvarez Almeida, presidente de OTEA, la mayor patronal de hostelería y turismo del Principado de Asturias, tras la reunión con el Ejecutivo regional. “Habrá que hacer los ajustes y aplicar las medidas que sean necesarias, pero este sector no se puede permitir pasar un mes más cerrado”, sentenciaba el empresario.
La hostelería de Asturias está en pie de guerra. Tras un mes negro para el sistema sanitario, las manifestaciones se suceden por toda la región y se radicalizan a medida que la reapertura se dilata. “Las ayudas son insuficientes”, sostiene David Sampedro, presidente de la asociación de Hostelería con Conciencia. “La situación es ya insostenible”.
El pasado 18 de noviembre, el Gobierno del Principado prorrogó hasta el 3 de diciembre el cierre de la hostelería, el comercio, los espectáculos y actividades culturales, unas medidas adoptadas el 4 de noviembre, cuando las autoridades sanitarias asumían que las medidas adoptadas hasta entonces no habían dado resultado. “No sirvieron”, asegura Rafael Cofiño, director de Salud Pública del Principado. Sin embargo, destaca que en las dos últimas semanas se ha conseguido aplanar la curva de contagios.
Amenazas de radicalización
Los hosteleros advierten de la radicalización de las protestas si se mantiene el cierre y no llegan las ayudas. En la mente de todos una fecha clave: el puente de la Constitución. La cúpula de la patronal Otea se reunió el lunes con los consejeros de Salud, Pablo Fernández, y de Turismo, Berta Piñán, que estuvieron acompañados por el director general de Salud Pública, Rafael Cofiño, y de la viceconsejera de Turismo, Graciela Blanco.
“Es imprescindible que en una situación que se va a prolongar durante bastantes meses, en el mejor de los escenarios, consigamos consensuar una serie de condiciones, de medidas restrictivas, que sean las que menor daño puedan hacer a la hostelería”, explicaba tras la reunión con la patronal el consejero de Salud, Pablo Fernández Muñiz. “Tendrían que ser razonables desde el punto de vista de la salud pública”, reclama el consejero.
“Estamos viendo que todas las ciudades están respirando y sin embargo nuestros establecimientos siguen cerrados”, se queja Álvarez Almeida. El encuentro con el Gobierno regional, reconoce, resultó “tenso” en ciertos momentos. Sobre todo, cuando los representantes del Ejecutivo señalaron que al menos hasta dentro de dos semanas no se podrían valorar cambios en la situación actual. “Entendemos la emergencia sanitaria y hay que hacer lo necesario para contenerla, pero nuestros negocios no aguantan más esta situación”, justifica Álvarez Almeida.
“La paciencia se nos está terminando, si no se toman medidas vamos a endurecer las movilizaciones”, advierte David Sampedro, trabajador autónomo y presidente de la asociación Hostelería Con Conciencia. Las protestas del sector se extienden por toda Asturias y los profesionales amenazan con radicalizarlas. En algunos puntos de la cuenca minera, como en La Felguera, los manifestantes se han encerrado en iglesias.
“No somos médicos, ni epidemiólogos. Abriremos cuando lo determinen los expertos”, admite Sampedro, pero señala la necesidad de que el sector reciba algún tipo de contraprestación desde el Gobierno regional, como la exoneración de cuotas y ayudas para el pago de los alquileres de los locales, que representa ahora mismo la mayor problemática para los pequeños hosteleros. En cambio, desde Otea van más allá, y recalcan que la reapertura en diciembre es vital para sus asociados. Aunque la situación es complicada para todo el sector, este se encuentra divido tanto en las manifestaciones como en las demandas al Principado.
La excepción
“No estamos en condiciones de abrir la hostelería todavía”, explicaba hoy el consejero Pablo Fernández Muñiz, tras la segunda reunión con los representantes de la patronal Otea. El actual decreto de cierre de toda actividad no esencial, que ya ha sido prorrogado una vez, termina mañana, 3 de diciembre, y el consejero ya ha confirmado que se prolongará otras dos semanas. Mañana se publicará en el Boletín Oficial del Principado de Asturias, aunque habrá excepciones.
“Si vemos que la tendencia no es mala, vamos a hacer una excepción con la hostelería”, afirmaba el presidente tras este segundo encuentro. “Se va a hacer una revaluación la próxima semana para valorar si estamos en condiciones de abrir la hostelería”, añadía el consejero y enfatiza en que esta no sería un “apertura total” puesto que seguiría habiendo medidas restrictivas, aunque se consideraría abrir terrazas y algunos espacios interiores de los locales.
La Consejería de Salud ha confirmado hoy 236 nuevos casos de COVID-19 que fueron diagnosticados ayer, jornada en la que se produjeron 69 ingresos de pacientes con coronavirus, de los cuales 60 fueron en planta y 9 en UCI. Además, se registraron 77 altas. La tasa de positividad se sitúa en 5,18%, según el Ministerio de Sanidad.
Aunque la situación epidemiológica ha mejorado, Asturias sigue en nivel de alerta 4 y para Sanidad la realidad sigue siendo crítica. “Vamos a tener el virus durante varios meses, por lo que las medidas tendrán que ir lentamente de forma global”, explica Rafael Cofiño, director de Salud Pública de Asturias.
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