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Un libro de la ESO contradice la ley y enseña que violencia de género es también de mujer contra hombre

Contenido del libro de Biología y Geología (Editorial Santillana) sobre violencia de género

Marta Borraz

“Malos tratos físicos o psicológicos que sufre una persona por parte de personas del sexo opuesto que tratan de ejercer sobre ella algún tipo de abuso o violencia”. Es la definición de violencia de género incluida en un libro de 3º de la ESO de la editorial Santillana. El apartado dedicado a ello afirma que “es frecuente que se trate de violencia ejercida por el hombre sobre la mujer en el ámbito del hogar [...] asimismo, existe violencia ejercida por mujeres sobre sus parejas”. El texto es parte del libro de Biología y Geología - Serie Observa, que es el nombre que le da la editorial a esta materia.

De esta forma, el contenido dirigido a adolescentes de 14 y 15 años está entremezclando la violencia de género con la violencia doméstica –la que se produce en el hogar a manos de hombres, mujeres, hijos...–. Tal y como explica la Ley Integral contra la Violencia de Género de 2014 en su exposición de motivos, ésta “no es un problema que afecte al ámbito privado. Al contrario, se manifiesta como el símbolo más brutal de la desigualdad existente en nuestra sociedad. Se trata de una violencia que se dirige contra las mujeres por el hecho mismo de serlo”.

Así, continúa el texto en su artículo primero, la norma “tiene por objeto actuar contra la violencia que, como manifestación de la discriminación, la situación de desigualdad y las relaciones de poder de los hombres sobre las mujeres, se ejerce sobre éstas por parte de quienes estén o hayan estado ligados a ellas por relaciones similares de afectividad, aun sin convivencia”. Más allá de que esta última parte sea objeto de debate sobre la conveniencia de que la violencia machista se circunscriba también a otros ámbitos y no solo al sentimental, la ley deja claro que este tipo de violencia se ejerce sobre la mujer por el hecho de serlo.

Es así como lo han entendido también los organismos internacionales cuyos convenios ha firmado y ratificado España. Es el caso del Comité de Naciones Unidas para la Eliminación de la Discriminación de la Mujer (CEDAW) y la Declaración de la ONU sobre la eliminación de la violencia sobre la mujer, aprobada por la Asamblea General en 1993. Esta última reconoce que “la violencia contra la mujer constituye una manifestación de relaciones de poder históricamente desiguales entre el hombre y la mujer, que han conducido a la dominación de la mujer y a la discriminación en su contra por parte del hombre”.

El último de los convenios sobre el tema es el conocido como Convenio de Estambul del Consejo de Europa, que entró en vigor en agosto de 2014. El instrumento pretende luchar contra la violencia de género y la doméstica, y a lo largo de todo el documento, diferencia entre ambas. Esta última es la que se da en el ámbito familiar, exceptuando la que el hombre ejerce sobre la mujer con motivación machista. Es decir, entraría aquí la que perpetra la mujer contra su pareja o la ejercida entre hermanos, por ejemplo.

Violencia que reproduce la desigualdad

Una violencia, la ejercida por la mujer, que como afirma el libro de Santillana “existe”, pero que, según los estándares nacionales e internacionales no debe ser incluida en la violencia de género . “No se trata de negar que existen mujeres violentas, la violencia se da en todos los ámbitos de la sociedad, pero confundir términos lleva a negar el carácter estructural de la de género”, opina el psicólogo Rubén Sánchez. Esta pauta cultural y social ha sido ratificada por el Tribunal Constitucional, que entiende que la violencia del hombre sobre la mujer “reproduce la desigualdad”. 

La misma opinión comparte María Martín, licenciada en Derecho y experta en Igualdad de Género, que ha denunciado el contenido del libro en su Twitter. “Mezclarlas hace que se crea que todo es igual y no se atiende a la especificidad” de la violencia machista que, afirma, “está directamente vinculada a la desigual distribución del poder y a las relaciones asimétricas que se establecen entre varones y mujeres”. “La violencia forma parte de la masculinidad más dominante y eso es lo que se quiere disimular metiendo todos los tipos en la violencia doméstica”, explica Sánchez.

La editorial ha respondido a eldiario.es que el de la violencia de género es un asunto que trata “con extrema sensibilidad y respeto y es un tema importante” considerado “con especialistas de primer nivel”. Fuentes de la empresa informan de que han trasladado el tema al equipo editorial “y que haga los ajustes que considere necesarios” porque “nuestra intención es deshacer cualquier tipo de malentendido o inexactitud si la hubiera”. Insisten, además, en que la igualdad es una apuesta de la editorial. “Hacemos un esfuerzo por destacar el papel de la mujer en áreas poco conocidas”, sostienen.

El contenido incluido en el libro de Biología y Geología llama la atención sobre la violencia entre adolescentes e incluye datos como que “en 2013 aumentó un 5% el número de maltratadores jóvenes juzgados” y sostiene que “un 32,1% de los chicos adolescentes corren riesgo de convertirse en maltratadores y el 4,9% de las adolescentes ya ha sido víctimas”. Además, cifra en 124.894 el número de denuncias interpuestas en 2013 y en 54 las víctimas. El mismo número de casos que en 2014. Un año después serían 60. Y 16 en lo que llevamos de año. 

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