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Medio centenar de niños se recuperan sin secuelas del shock inflamatorio relacionado con la COVID que llevó a la mitad a la UCI

Niños y adultos pasean por la calle con mascarilla

Marina Estévez Torreblanca

25 de julio de 2020 22:11 h

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El pasado mes de abril, los pediatras de varios países, entre ellos España, alertaban sobre el incremento de un cuadro clínico extremadamente infrecuente pero grave que afectaba a algunos niños, y que la mayoría de las veces (aunque no siempre) se estaba asociando a la infección por COVID–19. Se trata de un shock pediátrico inflamatorio cuyos síntomas se solapan con los de la enfermedad de Kawasaki y con el síndrome del shock tóxico. El nombre que le ha puesto la Organización Mundial de la Salud es MISC (Multi system inflammatory syndrome related with Covid–19), es decir, síndrome inflamatorio multisistemico relacionado con la enfermedad COVID–19 en niños.

Los coordinadores de la red EPICO-AEP (Estudio Epidemiológico del COVID-19 en niños), del Instituto de Investigación 12 de Octubre en colaboración con la Asociación Española de Pediatría, han analizado los casos de este síndrome entre el grupo de niños menores de 14 años con COVID–19 que han sido incluidos en su registro, en el que participan más de 50 hospitales españoles. Han elaborado un artículo explicando sus resultados que ha sido publicado este fin de semana en la revista Clinical Infectious Diseases (Oxford Academic), como adelantó a elDiario.es el pediatra Alfredo Tagarro, uno de los investigadores. 

Sus hallazgos confirman que la incidencia de este síndrome es “extremadamente poco frecuente”, menor de 20 casos por 100.000 niños infectados en España (según un calculo basado en el estudio de seroprevalencia del Ministerio de Sanidad del que se desprende que, la COVID-19 ha afectado a unos 231.000 menores).  

En cuanto a las características de los afectados, Tagarro afirma que según su experiencia muchos son “escolares”, de media de 7 años, aunque no únicamente. “Que nosotros sepamos, no hay ninguna predisposición conocida. No hay unas características que hacen que un niño tenga una mayor predisposición a tenerlo que otros”, especifica este pediatra. 

“Consiste en un síndrome de respuesta inflamatoria sistémica, es decir, de varios órganos, y que se solapa con la enfermedad de Kawasaki y con el síndrome del shock tóxico estafilocócico”, explica. En el momento en el que se presenta en los niños “requieren en una proporción alta, más de la mitad, cuidados intensivos”. Afortunadamente, la evolución es “casi universalmente buena”. “Prácticamente todos los casos que conocemos se han recuperado sin secuelas”, asegura el pediatra. 

La conclusión del estudio publicado es que “El MISC es un síndrome potencialmente grave que se da en algunos niños tras padecer SARS–CoV–2. Hasta que haya inmunidad de grupo o una vacuna, los médicos deberían estar atentos a este grave síndrome durante las epidemias de COVID–19”. La AEP va a publicar la próxima semana en su web un documento de consenso del diagnóstico y tratamiento del Síndrome Inflamatorio Sistémico asociado a SARS-CoV-2, redactado y consensuado por un grupo multidisciplinar de las subespecialidades pediátricas más implicadas (infectología, cardiología, intensivos, reumatología, urgencias y pediatría hospitalaria). 

Sobre la naturaleza de la enfermedad, Tagarro añade que la idea ahora mismo en todos los países, con cuyos investigadores están en contacto, es que es un síndrome diferente a los citados, aunque los síntomas sean parecidos. Incluyen  dolor abdominal y otros síntomas gastrointestinales como diarrea y/o vómitos que pueden evolucionar hacia un shock, con taquicardia e hipotensión, con fiebre, alteraciones en la piel y enrojecimiento de los ojos. “Ahora mismo se piensa que es una enfermedad diferente y que aunque está, digamos, desencadenada por el coronavirus, no está claro si solo por el coronavirus o por coronavirus más una susceptibilidad genética o por coronavirus más otras infecciones. Está todavía todo en investigación”. 

En el momento de enviar la publicación al Clinical Infectious Diseases, los autores tenían 31 casos recogidos, diagnosticados de este síndrome inflamatorio y con coronavirus. Ahora hay al menos 35. 

Pero Tagarro explica que “si se incluyen los casos que sabemos que se han dado pero no se han incluido en nuestro registro (participan 50 hospitales) y los niños con síntomas de COVID pero PCR y serología negativa, calculamos que en estos tres meses ha habido 50-60 casos en España”. Es por ello que especifica que estima que ha afectado a unos 20 de cada 100.000 infectados.

“Se calcula que hay un 30% de casos que tienen PCR negativa y serología negativa, pero que investigadores de otros países han considerado que sí son síndrome inflamatorio multisistémico”, añade.

A juicio de este pediatra, co-investigador junto con la Dra. Cinta Moraleda del Registro Nacional de Pacientes Pediátricos afectados por la COVID–19  (EPICO-AEP) de la Sociedad Española de Pediatría, “es verdad que es un síndrome que ha llamado mucho la atención, como es normal por la novedad y por lo aparatoso” pero llama a “mantener un poco la calma en el sentido de que es extremadamente infrecuente”. Recalca además que estos shocks inflamatorios no pueden compararse con los casos graves de adultos porque en este grupo, sobre todo en pacientes mayores de 80 años, son casos muy graves que llevan a muerte, frente a la buena recuperación de los niños.

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