La misteriosa nueva ciudad que la élite de Silicon Valley quiere levantar de la nada
En 2018 una desconocida sociedad comenzó a comprar tierras a unos 100 kilómetros al noreste de San Francisco, justo a mitad de camino entre la ciudad y Sacramento, la capital de California. Flannery Asociados pronto se convirtió en la comidilla de todo el condado de Solano por su interés en todas las parcelas, tanto las cultivadas como las de terreno vacío y desolado que caracteriza esta parte del Estado. El dinero no era un problema: la sociedad estaba dispuesta a pagar varias veces el precio de mercado por la tierra de labranza a los agricultores más reacios a vender.
Poco a poco Flannery se convirtió en la mayor terrateniente de todo el condado, eminentemente rural. Posee unas 20.000 hectáreas de terreno, aproximadamente el doble de la extensión que ocupa la ciudad de Barcelona. Cuando sus propiedades rodearon casi por completo la base aérea militar de Travis y comenzaron a cercar Fairfield, de 120.000 habitantes, las intenciones de Flannery pasaron a ser un asunto de seguridad nacional y la situación saltó a los medios de comunicación.
El tema ha explotado hace unos días. La sociedad llevaba cinco años comprando tierras pero nadie en Solano sabía quiénes eran o qué pretendían. “Están siendo extremadamente reservados. Nunca he visto nada igual”, explicaba a principios de agosto Glenn Zook, asesor del gobierno del condado, al canal de noticias ABC. “Está como rodeado de misterio: hay muchas especulaciones por ahí”, coincidía el supervisor del distrito 5 de Solano, Mitch Mashburn.
El misterio se ha resuelto la semana pasada. Flannery Asociados ha contactado con políticos locales y les ha explicado que su plan es construir una nueva ciudad para decenas de miles de personas. Necesita levantarla de la nada porque quiere que la urbe sea totalmente sostenible, movida por completo por energías renovables y diseñada para potenciar el transporte público o el aprovechamiento del agua.
El velo sobre quién está detrás de Flannery Asociados también ha caído. Una investigación del New York Times ha revelado que entre sus socios está la flor y nata de los grandes inversores de capital riesgo de Silicon Valley. La élite que hace 25 años convirtió al Valle en la capital tecnológica mundial que es hoy.
Entre esos nombres se encuentran Michael Moritz, que en julio se retiró de su puesto en el fondo Sequoia capital tras 40 años en los que participó en el despegue de Google, YouTube, el primer Yahoo, Paypal o Skyscanner. También el de Marc Andreessen, cofundador y principal socio de Andreessen Horowitz, seguramente el fondo más importante en la inversión del ecosistema startup hoy en día y uno de los grandes socios financieros de las empresas de criptomonedas.
La lista sigue con Reid Hoffman, cofundador de LinkedIn y gran inversor en compañías de inteligencia artificial entre las que destaca OpenAI; Laurene Powell Jobs, viuda de Steve Jobs, gestora del fondo que maneja la fortuna de este y considerada la mujer más rica de toda la industria tecnológica; o los hermanos John y Patrick Collison, cofundadores de la plataforma de pagos Stripe y con una fortuna combinada de 11.000 millones de dólares.
El cerebro del plan parece ser un ex trader de Goldman Sachs llamado Jan Sramek, de 36 años, que también sería quien lidera la sociedad. En total, todos ellos llevan gastados unos 900 millones de dólares en la adquisición de tierras. Ahora queda la parte más difícil del proyecto.
La campaña política
Algunos vecinos de Solano se sintieron aliviados al conocer la identidad del grupo, al que el condado conoce ya como los Flanneries. Se temían algo peor que su plan para construir una ciudad que en el país ya se ha ganado el apellido de “utópica”. Otros no lo están tanto, ya que el secretismo con el que la sociedad ha llevado a cabo sus planes durante los últimos cinco años y el temor a perder su modo de vida pesan más que el a priori bienintencionado plan de la élite de Silicon Valley.
“Aquí hay granjas de ovejas, hay ranchos de ganado y tipos que se dedican al cultivo de heno y cártamo”, explicaba hace unos días Ashley Morrill, de 40 años, a los reporteros del New York Times desplazados a Solano. “Eso es a lo que se dedica la gente. Hay ganado y cosas para alimentar al ganado”. Otras personas que también ven amenazados sus planes de vida son la propietaria de un negocio de limpieza que llegó a Solano “para escapar de la ciudad” y con la intención de criar a sus hijos en un entorno rural.
Comprar la tierra no será suficiente para construir la ciudad que ansían los Flanneries. Solano cuenta con unas ordenanzas que abogan por el “crecimiento lento” de la región y que deberían ser anuladas antes de emprender el proyecto. Una derogación que sería en todo caso sometida a votación por los habitantes del condado, unos 450.000 en total.
Flannery Asociados deberá por tanto comenzar ahora una campaña política para convencer a sus futuros vecinos de que la ciudad no solo no interrumpirá su modo de vida, sino que se verán beneficiados de su presencia. La alcaldesa de Fairfeld, Catherine Moy, informó de que los residentes de la ciudad han recibido una encuesta en la que se les pide que opinen sobre “una descripción de una iniciativa que podría estar en la papeleta electoral en el condado de Solano el próximo año”.
“Este proyecto incluiría una nueva ciudad con decenas de miles de nuevas viviendas, una gran granja de energía solar, huertos con más de un millón de nuevos árboles y más de diez mil acres de nuevos parques y espacios abiertos”, continúa la encuesta.
El SFGate, un medio local de San Francisco, tuvo acceso a la encuesta e informa de que las preguntas apuntan a que esta forma parte de “una amplia campaña de investigación de mercado”. El sondeo pregunta a los residentes de Solano si se sienten más dispuestos a apoyar el proyecto tras leer determinadas afirmaciones, como estas:
- “Los residentes del condado de Solano tendrían prioridad y ayudas al pago inicial para comprar o alquilar viviendas en este nuevo proyecto”.
- “Sustituiría al actual acueducto del condado de Solano”.
- “Se financiaría íntegramente con dinero del sector privado”.
- “Está dirigido por un grupo de arquitectos y planificadores interesados en construir comunidades habitables y sostenibles, no por los típicos promotores”.
- “Está siendo financiado por un grupo de empresas californianas y familias adineradas comprometidas con el futuro de nuestro estado”.
La caída de San Francisco
Pese a que desde Flannery Asociados no se hace referencia a San Francisco, lo cierto es que el lanzamiento de la iniciativa coincide con el comienzo del declive de la ciudad en la que residen muchos profesionales de Silicon Valley. Lo que comenzó como un grave problema de acceso a la vivienda que estaba dejando a miles de personas sin hogar se ha convertido en una epidemia de drogadicción que deja un muerto por sobredosis cada 10 horas en la ciudad.
El causante de ello es el fentanilo, un opioide conocido como la “droga zombie” por el estado en el que deja a aquellos que la consumen. La ciudad que acoge la meca tecnológica mundial se ha dividido en dos: la que surfea la bonanza de las multinacionales y por otro, la que agoniza y muere tirada en la calle a causa de las drogas sintéticas.
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