Amazon estrena este viernes 25 su docuserie

'Fernando', el motor como obsesión vital para alcanzar el éxito

'Fernando', la docuserie de Amazon

Marcos Méndez

Por lo general, los muchos documentales sobre deportistas que están llegando a las plataformas, como hemos recopilado en este otro especial, suelen aportar una visión más desconocida de todos ellos, siguiéndoles fuera de sus entrenamientos y competiciones para intentar así acercar al público sus partes más desconocidas y conocer a la persona. Pero la docuserie Fernando, que Amazon Prime Video estrena este viernes 25 de septiembre, es distinta.

Nos explicamos. La plataforma presenta una obra documental producida por The Mediapro Studios y que se alarga durante cinco entregas de unos 45 minutos. Y que en su presentación celebrada este jueves, el propio Fernando Alonso ha definido como una buena forma de “enseñar a los aficionados lo que es la vida de un piloto”. Y es que la docuserie Fernando es, más que “una serie documental sobre un deportista”, un “documental deportivo” centrado en su día a día, en su carrera a carrera.

Puede resultar difícil de comprender, o más bien de explicar, pero hay una frase en la primera entrega de su pareja Linda Morselli, que participa también en la producción, que resume bien el concepto: “Fernando nunca se ha relajado mucho. Siempre ha organizado su vida en torno a su actividad, su trabajo. No conoce lo que hay más allá. Para él seguramente sea salir de su zona de confort”.

Esa frase, que la modelo italiana pronuncia ante las cámaras, explica a la perfección por qué Fernando tiene una carga tan deportiva: porque el año más loco de Alonso hace imposible que sea de otra forma. Y ello, aunque puede pensarse que restará público interesado en la obra si no les gusta el motor, o el mismo protagonista, lo cierto es que se convierte en su seña de identidad, y en un ejemplo notable de los sacrificios que tienen que hacer los deportistas de élite.

Tráiler oficial y fecha de 'Fernando', la docuserie de Amazon sobre Fernando Alonso 360

Una vida que gira en torno al motor

A lo largo de sus cinco entregas, el espectador viaja (casi literalmente) con Alonso desde las 24 horas de Daytona 2019, recorriendo todo el Mundial de resistencia, las 500 millas de Indianápolis, las 24 horas de Le Mans, y culmina con su preparación y participación en el Dakar. Realmente hará las delicias de los aficionados al motor porque recoge muchas imágenes y sonidos de dentro de sus vehículos mientras pilota, alcanzando el punto álgido durante el rally más duro del mundo, en el que el espectador se convierte en un miembro más de su equipo, y en el tercer tripulante de su automóvil junto a Marc Coma, lo que aporta un importante e inédito fondo de archivo desde dentro de su coche.

La docuserie entra en detalles concretos sobre los coches, sobre su preparación, sobre su parte más mecánica, acompaña a Alonso en sus momentos más alegres en las victorias y también en los más complicados como en las 500 millas de Indianápolis, o muestra su felicidad por “descubrir” el verdadero compañerismo al salir de la Fórmula 1 y al Mundial de resistencia, y sobre todo sus muchas horas de Dakar junto a Marc Coma.

Pero todo, hasta esa parte más sentimental, o sus momentos difíciles, giran en torno a su carrera. No podía ser de otra forma con alguien que explica que con 37 años tiene ya 21 pasaportes gastados, y que reconoce que “estar semanas en mi casa no lo he hecho en mi vida. Desde los 12-13 años no lo hago. Incluso el primer año post Fórmula 1 también ha sido de mucha actividad, y quizás lo hago por no parar”.

La primera entrega, en la que se recogen momentos más íntimos en su casa junto a su pareja, y en Asturias junto a sus amigos para que el piloto reconozca que eso es lo que más le gusta, alejarse del tráfico y las grandes ciudades, es casi un espejismo que sólo se recupera momentáneamente en el resto de las entregas, y que en las dos últimas erige por el mismo motivo en protagonista a su amigo desde la infancia “Galle”, que se convierte en su principal apoyo durante el Dakar. Sólo él y la hermana de Fernando, Lorena, dan una visión de cómo empezó su mito. Y permiten iniciar y completar el viaje que lleva a comprender la increíble determinación del piloto.

Ganar, no sólo participar

“La vida sin competición no existiría para mí. Si no juego bien al golf no jugaré nunca una partida con nadie”, “si sé que puedo ganar la carrera, la hago. Si no, paso” y “yo suelo diferenciar la gente que corre por pasárselo bien, o cuando haces una cosa para ganar” son sólo tres ejemplos de frases pronunciadas por Fernando Alonso y que recoge el documental para explicar cómo es su mentalidad no ya competitiva, sino ganadora.

Una mentalidad que le lleva a asumir los nuevos retos que recorre la docuserie, y que cuenta con testimonios desde los ya comentados a otros más profesionales como los de su mánager Luis García Abad, el piloto Marc Gené, su copiloto Marc Coma o su amigo Carlos Sáinz (padre) para comprender cómo la “manía” cultivada desde niño de planificar y controlarlo todo le permite alcanzar un grado de concentración que demuestra a los mandos del volante, pero también al frente de su empresa, en su museo, y hasta planificando minuciosamente el diseño de su casco. Nada escapa de su control, o eso intenta.

“Una de las mejores cosas que me ha pasado es que piensen que soy distante”

Aunque puede parecer todo muy aséptico, la docuserie consigue ala vez dejar claro que hay “otro” Fernando Alonso. Con sus amigos, con sus compañeros, y con su pareja. Una distinción que ella misma define así: “Mi deseo siempre ha sido acompañarle, pero dos pasos por detrás. Respeto tanto lo que hace que no quiero en ningún caso alterar su ambiente. Pero esto no quiere decir que esté en la sombra en la vida privada. Porque somos una pareja con los mismos derechos y obligaciones”.

Y es verdad. El propio piloto reconoce que tiene una imagen que no se corresponde con su forma de ser, y que él mismo usa en su beneficio: “Una de las mejores cosas que me ha pasado en mi vida es que piensen que soy distante y frío. Y luego cuando me conocen, quedan encantados”. La producción no oculta por ejemplo cómo pierde la paciencia en el desfile de pilotos de Le Mans después de aguantar una petición tras otra de firmas y fotos. Pero también muestra su detalle al reconocer a un español y pedirle que se salte el perímetro y se acerque para hacerse una foto y saludarle, o sus esfuerzos para atender a los fans y a la prensa en español, italiano, inglés y francés. “Tienes que ser auténtico y no tener máscaras delante de la gente”, dice.

También deja que los espectadores comprendamos y comprobemos la cantidad de tiempo que emplea en presentaciones, entrevistas, firmas de autógrafos y un largo etcétera, que él sabe gestionar como parte de su imagen pública y, por qué no decirlo, convierte en una maquinaria económica orientada tanto a su imagen como a la de su empresa.

Su trascendencia, también en el mundo de la televisión

Un claro ejemplo de ese cuidado mediático se ve en la segunda entrega, que gira en torno a su visita a El Hormiguero. Antes, acude a la sede de su empresa de ropa y accesorios en Madrid para elegir cuidadosamente un estilismo que deje bien visible el logo de “Kimoa”, como también hace en su casco, en su coche, y en todos los espacios en los que pueda incluirlo. Su nivel de detalle y atención, y su forma de saber gestionar su imagen pública, resultan verdaderamente llamativos.

La docuserie Fernando parece ser heredera de ese detallismo. En ella puede escucharse, cómo no, la voz de Antonio Lobato, pero también aparecen imágenes de Pedrerol en Jugones de laSexta, de Movistar+, de los deportes de TVE, de Lama y Gallego en El golazo de Gol, y de su amigo Jesús Calleja, tanto en la presentación de un acto de su marca como de compañeros en el Dakar.

Un éxito mediático que pone en valor su mánager, y que permite comprender hasta qué punto ha trascendido más allá del deporte: “Yo recuerdo reuniones con cadenas de televisión españolas que me decían que la Fórmula 1 jamás tendría más de 100.000 espectadores. Era algo completamente clandestino, no existía la F1”. Un éxito y una fama que, aún así, muestra en Fernando su parte más sacrificada: “Él perdió su vida”.

Etiquetas
stats