Una ruta senderista impresionante que recorre un parque natural que parece un desierto

La Bardena Negra del desierto de Bardenas Reales.

Héctor García Alonso

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En el sur de Navarra, haciendo frontera con la provincia de Zaragoza, es posible disfrutar de una reserva natural de la Biosfera que destaca por sus áridos caminos y su seca vegetación, los cuales contrastan con el clima húmedo y lluvioso del norte de la península. Se trata del desierto de Bardenas Reales, el cual es una alternativa idónea para llevar a cabo mágicas rutas de senderismo a lo largo y ancho de sus vastos recorridos de arena y tierra, apreciando la gran calidad de su fauna y flora local. El enclave, que ha recibido varios nombres durante la historia, fue motivo de disputa en más de una ocasión. Por ello, el Reino de Navarra encargó la construcción de varios monumentos conservados en la actualidad, como castillos o ermitas.

Historia del Parque Natural Bardenas Reales

El territorio cuenta con varios yacimientos arqueológicos que confirman la presencia humana durante la Edad de Hierro y Bronce, aunque con el paso de años ha estado ocupado por gran número de civilizaciones diferentes, como romanos, bárbaros o cristianos.

Con la formación del Reino de Navarra en los siglos IX-X, el enclave ganó relevancia al ser considerado una frontera contra la ocupación árabe de la península, atrayendo el apoyo de varios pueblos del Norte y configurándose como una alternativa para luchar contra los pueblos musulmanes.

De esta manera, el aprovechamiento de los recursos de la zona dependieron del monarca del momento, variando entre la corona del Reino de Navarra y posteriormente del Reino de Castilla. Aunque tras la Guerra de Sucesión pasaría a ser comprado por los regidores de la zona a cambio de doce mil reales. En la actualidad, el enclave está supervisado por el gobierno de la región, que en el año 1999 lo declaró Parque Natural, protegiendo algunas zonas y atendiendo a la fauna y flora local para conservar las especies que habitan el mismo.

Ruta senderista por Bardenas Reales

Este paraje semidesértico cuenta con varios senderos disponibles, entre los que se puede disfrutar de la naturaleza que alberga el enclave, por lo que es posible recorrer múltiples senderos y visitar varios monumentos históricos y religiosos durante el recorrido. Uno de los más destacados es la ruta del Fraile en la Bardena Negra.

Se trata de un recorrido lineal, de algo menos de 5 kilómetros de longitud y de dos horas y media de duración. El sendero se encuentra totalmente balizado y cuenta con marcas blancas y verdes a lo largo de todo el recorrido, por lo que la actividad es idónea para realizar con amigos o familia.

La ruta comienza junto al parking cercano a los Corrales de Bea, donde es posible encontrar un panel informativo con todos los detalles del camino. Así, el sendero bordea los campos en dirección oeste y durante el camino es posible transitar caminos de ganado y encontrar algunas lomas.

La primera complicación se encuentra en la subida a las faldas del Fraile, donde el terreno, de piedras sueltas, se inclina complicando levemente el ascenso. Al completarlo, será posible disfrutar de unas de las mejores vistas del enclave, a gran parte de la Bardena Negra.

Tras superar las faldas, habrá que decidir entre dos posibles caminos, el sendero de la derecha lleva hasta la cima del enclave; mientras que el de la izquierda se bifurca hacia otro camino con vistas al desierto. Al continuar por el primero, será posible acceder al Cabezo del Fraile, a tan solo 600 metros.

En la cumbre, aún se conservan restos de uno de los castillos medievales de las Bardenas Reales, como hiladas de piedra o el aljibe excavado en roca. Además, en la cúspide se encuentra un buzón en el que los montañistas pueden dejar tarjetas u otros documentos que demuestran que consiguieron llegar hasta la cima.

Recomendaciones para realizar la ruta

Antes de comenzar la ruta es importante tener en cuenta que el recorrido no cuenta con lugares donde descansar a la sombra, por lo que es importante revisar el parte meteorológico del día y comenzar el recorrido a primera hora si va a hacer mucho calor. Además, también es recomendable llevar ropa cómoda y calzado adecuado para evitar posibles complicaciones durante la actividad.

Durante el recorrido, la carretera NA-126 bordea las Bardenas, aunque varios caminos dirigen hacia la misma, por lo que es importante seguir las señalizaciones y escoger el correcto. A lo largo del recorrido es posible divisar el monte del Cabezo del Fraile desde la lejanía, por lo que es posible confirmar que el camino es el correcto de esta manera.

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