La historia de Aceitunas Torrent es la historia de un emprendedor que se afincó en Córdoba a finales del siglo XIX y quiso exprimir al máximo el producto de las tierras que vio a su alrededor: la aceituna. Allí, Francisco Torrent fundó su propia empresa en 1898 en la que fabricaba, en un principio, toneles para envasar aceitunas y aceite, sembrando así el germen de la actual compañía Aceitunas Torrent que hoy comercializa sus aceitunas de mesa en los cinco continentes.
Más de un siglo de vida es la experiencia que atesora esta firma, que lleva con orgullo ser una empresa familiar –“y lo seguirá siendo”, dicen sus responsables-, dirigida ahora entre la tercera y cuarta generación de herederos de Francisco Torrent. Un siglo de vida desde sus inicios en la exportación de aceitunas a comienzos del siglo XX, una experiencia que le ha permitido llegar en la actualidad a 78 países de todo el mundo.
Las imágenes en blanco y negro cuentan la historia de esta empresa, con sus trabajadores haciendo artesanalmente los toneles y envasando las aceitunas a comienzos del siglo pasado, primero en su sede en pleno casco urbano de Córdoba, junto a una fábrica de aceite. Un tiempo en el que el fundador de la firma ya se lanzó a la exportación cruzando el charco: Brasil fue uno de los primeros países hasta donde llegó Aceitunas Torrent cuando Europa vivía su primera guerra mundial.
Ese instinto exportador sembró el éxito de la compañía. “La clave principal está en saber que no hay fronteras en vender, tanto en el mercado nacional como en el internacional”, explican los responsables de la empresa sobre el éxito que acompañó a Torrent en la internacionalización de su producto. Y es que de aquel emprendedor, hoy sus herederos recogen la experiencia y la trayectoria ascendente que la empresa no ha dejado en su siglo largo de vida.
“Conocer los mercados muy exhaustivamente y eliminar barreras” son las claves de la tarea de Aceitunas Torrent que, no en vano, es finalista en los Premios Alas de la Agencia Andaluza de Promoción Exterior (Extenda). Una internacionalización que, por amplia que parezca, se reduce a la sencillez de la calidad del producto de la tierra que exporta. La aceituna, como producto estrella, desde el olivo a la mesa: “Hay un esmero en el trabajo desde el mismo origen de la recolección del producto, con una trazabilidad perfecta, hasta que llega al cliente”.
Un trabajo que en sus inicios se hacía de manera artesanal en su totalidad y hoy, un siglo de innovación después, se sitúa en los 90.000 metros cuadrados que actualmente ocupan la fábrica de Aceitunas Torrent en Aguilar de la Frontera (Córdoba). Unas instalaciones donde la compañía sigue su “crecimiento exponencial” en facturación -alcanza ya los 20 millones de euros al año- y donde se ha invertido lo necesario “para estar a la vanguardia de las nuevas tecnologías de envasado, tratamiento, distribución y comercialización” con el objetivo siempre de “trasladar el sabor de nuestras aceitunas a todos los rincones del mundo”.
Y es que desde su fábrica llevan a lugares de todos los continentes el producto estrella que han convertido en su motor económico y en la especialización de la casa: aceitunas negras, aceitunas verdes, enteras, deshuesadas, rellenas o en rodajas. Todas son las caras de un mismo producto que les ha llevado a recoger en los últimos años una decena de premios y reconocimientos por su excelencia e internacionalización.
En esta empresa familiar que ya ha visto pasar por ella a varias generaciones, creen que las claves de su éxito ha sido apostar por “la calidad y el servicio al cliente”. Y creen, asimismo, que es una máxima que desde su fundador se inculcó en la compañía y centra su visión de futuro: “Con esa máxima seguimos trabajando y conservando unas señas de identidad intactas desde el siglo XIX”. Ahí es nada.
Sobre este blog
En Andalucía, en la última década, se ha producido un incremento sin precedentes en la tasa de creación de empresas, que ha sido apoyado por las iniciativas adoptadas por los distintos poderes públicos y privados. Y detrás de cada empresa creada, hay una historia, esfuerzo, ilusión y mucho sacrificio. Lo que nosotros llamamos ADN emprendedor.
