Desdeelsur es un espacio de expresión de opinión sobre y desde Andalucía. Un depósito de ideas para compartir y de reflexiones en las que participar
Que vienen los comunistas
Casi todos estábamos convencidos de que el verdadero problema de España era Catalunya y que, por eso, todo asomo de recibir abstenciones desde el independentismo –no digamos un sí– era como la mayor de las traiciones. Y resulta que no, que el problema es que llegan “los comunistas bolcheviques” (sic).
Apenas han pasado cuarenta y pocos años desde la legalización del PCE, luego vino su desaparición parlamentaria como tal. Los mismos años de elogios al sentido de Estado de Santiago Carrillo como artífice de la reconciliación, aceptación de la bandera, de la monarquía y demás cosas. Con una amistad exhibida con otro de los protagonistas de la Transición, Adolfo Suárez, contada al mundo como ejemplo de un tránsito controlado desde la dictadura a un sistema democrático. Pero para la carcundia la democracia puede ir demasiado lejos.
Por eso el enemigo catalán es útil para la derecha, aunque en la irresponsabilidad de poner Catalunya en el centro del tablero sin respuesta política, ellos mismos hayan provocado que se desboque la extrema derecha y obtenga beneficios extraordinarios. Malo para la derecha, peor para la democracia; la derecha muestra sus costuras reventadas ante su experiencia vital constante de no apartarse del régimen heredado y aproximarse a las derechas europeas que tanto lucharon contra el fascismo y el nazismo y, después, por una Europa de libertades, garantía de la convivencia entre todos los europeos golpeados por enfrentamientos seculares.
La partitura más rancia
En un intento desesperado, los reaccionarios se esfuerzan –en algunas ocasiones con razonamientos comprensibles, otras con anuncios apocalípticos– en descalificar la posibilidad de un Gobierno progresista. Un Gobierno como la Constitución permite, la jurisprudencia constante del Tribunal Constitucional reafirma y la razón democrática expresada en las urnas exige. Los esfuerzos de los sectores más reaccionarios a la derecha y a la izquierda no están huérfanos. La prensa sinfónica está tocando como nunca, dirigida por maestro desconocido pero con la partitura más rancia de la España de antaño.
Se dice ahora que antes un Gobierno de ellos que cualquiera otra cosa, por mucho que lo hayan reiterado los electores; un retrato sospechado de desprecio a la voluntad popular. La argucia está hoy en afirmar, –matemáticamente es cierto–, que se puede gobernar con la derecha , sin UP y sin abstención alguna de ERC. Lo que ocurre es que las intenciones son claras. Si el peligro es ahora, lo era antes; la pregunta es ¿por qué antes ni PP, ni Ciudadanos cayeron en el mismo razonamiento? Nos hubiéramos ahorrado elecciones y el auge de la extrema derecha.
Pero no, no se trata de eso. España es una democracia sin duda; diría que incompleta pero eso es para otro debate. Es una democracia aritmética, es decir, mientras que la aritmética electoral sirva para conservar el statu quo derivado de la Transición. Con el pueblo, si vota lo que conviene, pero sin el pueblo si no conviene .
No podemos seguir siempre con amenazas: la amenaza vasca fue derrotada por la democracia; el miedo al PCE está superado; ahora queda Catalunya. Pero están como huérfanos porque para su democracia aritmética siempre necesitan atizar una coartada; o comunismo o País Vasco o Catalunya. Muy antiguos.