La Junta de Andalucía concede autorización ambiental para un hotel de ocho habitaciones en Cabo de Gata
La Junta de Andalucía ha otorgado autorización ambiental al proyecto para poner en marcha un hotel rural con “ocho alojamientos dobles” y una piscina en el paraje de Los Moralicos de Aguamarga, en el parque natural de Cabo de Gata-Níjar (Almería).
El hotel se localiza en el interior de una finca de más de 9.000 metros cuadrados y sobre una edificación que se “reutilizaría” para recepción, salón y cocina, y se “ampliaría” en la planta baja para alojar las habitaciones.
La administración emitió inicialmente un informe ambiental desfavorable al localizarse el hotel en zonas catalogadas en la normativa que rige en el espacio protegido como 'B2' y como 'B1', donde es “incompatible” la actuación por ser “área natural de interés general”.
El promotor “ajustó” entonces el proyecto para que solo afectase a la zona 'B2' o “áreas seminaturales con usos tradicionales” en que, según sostiene la delegación territorial, sí es “compatible” el proyecto con el grado de protección del suelo por ser una “rehabilitación de una construcción o edificación”, si bien --matiza-- requiere la “aprobación de interés público”.
Este es el segundo hotel en Cabo de Gata al que la Junta de Andalucía concede autorización ambiental en los últimos meses, después de dar un visto bueno condicionado a otra instalación de 30 habitaciones frente a la playa de Los Genoveses, muy criticada por grupos ecologistas.
Modificaciones en el proyecto
Según recoge la resolución, que se publica este jueves en el BOJA, el proyecto incorpora las modificaciones oportunas para ajustarse a la normativa ambiental de Cabo de Gata-Níjar tras varios requerimientos de la Junta andaluza.
Indica que el aumento de superficie construida, que pasa de los actuales 113 a 248,6 metros cuadrados, se sitúa en el límite del 120 por ciento de la superficie inicial que exige el PRUG, y añade que “mantiene la continuidad estructural” con la edificación con, según remarca, “un forjado permanente computable a efectos de la superficie construida”.
Subraya, en esta línea, que la ampliación propuesta “respeta además” la “forma de crecimiento agregado” en edificaciones de una planta, donde hay “un cuerpo central generalmente de planta cuadrada o rectangular de más altura al que se adosan nuevas dependencias de diferentes alturas y dimensiones”.
La Junta traslada que el diseño de los espacios libres, la piscina, vallados, viales y aparcamientos, así como los materiales y acabados “no suponen un deterioro ambiental del entorno, ni afección a especies de flora o fauna, o a hábitat de interés comunitario”.
Más de 1.000 metros cuadrados de instalaciones
La resolución no estima que la “infraestructura anexa” que propone el proyecto sobre “742,54 metros cuadrados” suponga la construcción “de nueva planta o ampliación de las edificaciones existentes” ya que “se corresponden con espacios exteriores como terrazas, zonas ajardinadas, accesos y pasillos”.
La autoridad ambiental apunta que el promotor ha subsanado, asimismo, otras deficiencias que se detectaron en el proyecto inicial y destaca que la actuación se realiza sobre una vivienda existente “que actualmente cuenta con acometidas de agua y luz, lo que se va a compatibilizar con un sistema de energía solar sobre las cubiertas de las edificaciones resultantes”.
“Las infraestructuras necesarias para los abastecimientos desde la carretera AL-5106 hasta la parcela, se proyectan de forma soterrada y ajustándose en todo momento a la infraestructura viaria preexistente, cumpliendo así con lo establecido en la normativa de aplicación (Plan de Ordenación de los Recursos Naturales)”, remarca, si bien avisa de que para “asegurar la mínima afección ambiental de dichas infraestructuras ha de aprobarse un plan de trabajo detallado previo con las actuaciones que se deben llevar a cabo”.
Valora, por otro lado, que tenga un sistema de saneamiento “autónomo con fosa de acumulación estanca soterrada”, lo que supone un riesgo menor de afección al medio natural que las fosas sépticas con vertido“, aunque exige certificado de estanqueidad y contrato con un gestor autorizado.
Subraya como positivo, asimismo, que proyecte “una zona soterrada para la piscina de 36,5 metros cuadrados y cuarto de motores”, o un “aljibe igualmente soterrado de 12 metros cúbicos”.
Hábitats de carácter prioritario
La resolución, de 4 de enero, asegura que, si bien en la zona se localizan hábitat de carácter prioritario, “no hay indicios de existencia de las especies por las que se declaró protegido” ni el proyecto afecta “especies de flora y fauna incluidos en los catálogos de especies amenazadas”.
En cuanto a la afección paisajística, precisa que las edificaciones propuestas “guardan armonía con la arquitectura tradicional”, aunque establece como condicionante que se tengan en cuenta medidas adicionales para evitar el deterioro de la calidad visual del paisaje ya que el hotel “no oculta óptimamente sus instalaciones” y se puede ver desde la rambla de Cañada Méndez.
Por último, la autorización ambiental advierte de que el promotor deberá prestar atención al diseño y ajardinamiento de los espacios libres públicos para su integración paisajística en el entorno natural, así como la optimización de los recursos naturales utilizados y la minimización de los posibles impactos generados.
Alegaciones de grupos ecologistas
A lo largo de la tramitación, han alegado contra la viabilidad del proyecto tanto el colectivo conservacionista 'Amigos del Parque Natural' como el Grupo Ecologista Mediterráneo (GEM).
Entre las ocho planteadas, abogan por la necesidad de abordar “la situación global del parque natural de Cabo de Gata-Níjar” ya que se consideran que la “presión humana es excesiva y que las instalaciones turísticas se incrementan”.
Advierten de la “importancia” de hacer un estudio “sobre la carga humana sostenible en el espacio protegido y solicitan que se establezca ”una moratoria para aquellos tipos de actuaciones que supongan un incremento de la presencia humana en el parque hasta que se elabore este estudio“.
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