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Los afectados por las preferentes de Eroski y Fagor estudian una demanda conjunta

Gorka Ascorbebeitia

Bilbao —

Los afectados por las aportaciones financieras subordinadas de Eroski y Fagor, una suerte de preferentes a la vasca, han perdido su fe en los políticos. Acudieron al Parlamento vasco y allí les dijeron que dejaban su caso en manos de Kontsumobide, instituto vasco de consumo, pero ellos no ven que este organismo tenga competencias para solucionar su situación. Por si esto fuera poco, las recientes declaraciones el el diario El Correo de su directora, Belén Greaves, les han convencido de que está ya posicionada en su contra y a favor del grupo Mondragón. Ante esta situación, han decidido emprender el largo camino de movilizaciones hasta llegar al punto en el que a las cooperativas vascas les salga más barato arreglar el embrollo directamente con los perjudicados. Al fin y al cabo, las participaciones subordinadas son a perpetuidad y a ellos la paciencia no les falta.

En la asociación Kaltetuak están representados más de 1.000 compradores de las preferentes vascas. Se estima que hay más de 40.000 familias con una participación media de unos 20.000 euros, 845 millones de euros en total. Los afectados de Kaltetuak esperan que el fiscal superior del País Vasco, Juan Calparsoro, actúe de oficio dada la magnitud del problema. A persa de ello, en estos momentos ya están estudiando una demanda conjunta contra Eroski y Fagor. Entre tanto, sus planes pasan por continuar con las acciones de denuncia y con el boicot a los productos de ambas cooperativas. Su objetivo: que todos los que compraron las subordinadas sepan que sus ahorros están bloqueados de por vida.

Ayer, los portavoces de la asociación dieron una rueda de prensa para explicar las razones por las que creen que Kontsumobide está deslegitimada para arbitrar una solución. “Queremos salir al paso de la respuesta de los políticos, Kontsumobide no es la solución para este problema”, declaró José Ramón Zugadi, portavoz de Kaltetuak. A estas alturas, creen que la salida tiene que venir del ámbito judicial, donde el instituto vasco de consumo no tiene competencias. Además, las recientes declaraciones de Greaves en prensa han hecho que los afectados sientan que está ya posicionada a favor de las cooperativas. “Nos proponen un arbitraje en el que el árbitro ya ha tomado partido”, criticó Zugadi. “Lo más prudente que Greaves puede hacer es dimitir”, añadió a título personal.

El primer movimiento de Kontsumobide ha sido plantear el conflicto entre los bancos comercializadores de las subordinadas y los afectados, dejando a Eroski y Fagor al margen aduciendo que cumplieron la legalidad vigente. Un planteamiento que Kaltetuak rechaza. “Es verdad que cumplieron la ley, una ley que el Gobierno de Ibarretxe les creó a medida en el año 2000”, explicó su portavoz. Sin embargo, desde su punto de vista, la ley estatal de protección del consumidor de 2007 es de rango superior y se está incumpliendo a día de hoy. “Porque más del 95% de nuestros ahorros todavía los tienen las cooperativas”, añadió.

Tras criticar la actuación política en el año 2000 también han censurado la postura adoptada recientemente en el Parlamento Vasco, donde percibieron una “unión de PP, PNV y EHBildu a favor de las entidades financieras y en contra de los trabajadores vascos”. “Aquí no hay políticas ni nacionalismos de un lado ni de otro, se han unido todos a favor de las cooperativas y en nuestra contra”, tomó la palabra Ricardo González de Durana, presidente de Kaltetuak.

El perfil medio de los afectados por las preferentes vascas “es el de una persona sin criterio propio y que se deja aconsejar por sus asesores”, una asesoría que normalmente les llegaba de un trabajador de una sucursal bancaria de confianza. Ayer quisieron recalcar que no están en contra de las cooperativas vascas. “Si estuviéramos contra ellas nunca habríamos comprado sus aportaciones subordinadas”, apuntó González de Durana. De hecho, antes de hacer público su problema se reunieron hasta tres veces con representantes del grupo Mondragón, de donde no sacaron una solución satisfactoria. Los afectados se ven a sí mismos como clientes que han sido traicionados por su empresa de referencia. La “mejor solución” sería, desde su punto de vista, que Eroski y Fagor encontraran la manera de dejarles disponer de sus ahorros, pero entre tanto seguirán denunciando la situación. “Lo único que queremos es que nos devuelvan lo que nos han robado”, resumió su presidente.

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