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Núñez Feijóo a su llegada a una rueda de prensa

Ignacio Escolar

8 de julio de 2023 10:38 h

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Hola, 

¿Cómo ha ido tu semana? Espero que más tranquila que el ritmo que llevamos estos días en la redacción. Ya te imaginarás: son jornadas maratonianas, con mucho estrés y mucha tensión. Queremos estar a la altura de la confianza que personas como tú depositáis en elDiario.es. Más aún en un momento histórico. Todas las campañas electorales son importantes. Pero creo que ésta, cuando por primera vez la extrema derecha podría entrar en el Gobierno, lo es mucho más. 

En palabras de Pedro Almodóvar, en un artículo que publicamos esta semana: “Si la ultraderecha entra en las instituciones, esto se va al garete”.

¿No te parece alucinante, que en una campaña electoral del año 2023 uno de los temas fundamentales del debate político sea la censura? ¿Que en pleno siglo XXI estemos hablando de cómo tal ayuntamiento u otro –gobernados siempre por el PP y Vox– vetan a Lope de Vega, a Buzz Lightyear o a Virginia Woolf?

“Es algo que nosotros ya pensábamos olvidado porque nos costó mucho que no hubiera censura en nuestro país”, dice la actriz Marisa Paredes en un acto de Sumar, indignada con este asunto, como supongo que también lo estarás tú. “¿Pero qué es esto? ¿Cómo pueden tener tanto miedo a la libertad y a la cultura?”, se pregunta Paredes. Muy cargada de razón.

Elige a tu Feijóo favorito

El próximo lunes tendremos el único debate electoral al que ha querido acudir el líder del PP. Uno y solo uno. Y tengo franca curiosidad por saber a qué Feijóo nos vamos a encontrar. 

Porque hay más de uno, al parecer.

“Aprobar la reforma laboral en España es un error democrático imperdonable”, dijo en 2022 Alberto Núñez Feijóo. Más tarde también criticó esa reforma por “manipular las cifras del paro”. “Una de las consecuencias de la reforma laboral es que muchos trabajadores que tenían contratos temporales empiezan a considerarse fijos discontinuos y no figuran como parados”, aseguraba Feijóo. Y así fue durante meses. Hasta la semana pasada. 

“Esa reforma laboral sustancialmente es una buena reforma (...) Modificarla no está dentro de mis propuestas”. Dice ahora Feijóo. O el gemelo de Feijóo, no lo sabemos. Que lo mismo es que son dos.

Hay un Feijóo que es partidario de la mesa de negociación con Catalunya. “No tengo interés en ir contra ninguna mesa si está constituida y tiene como objetivo fundamental tratar asuntos que no afecten a los demás”, aseguró el líder del PP en una entrevista que se publicó el viernes. Y hay otro que está en contra: pocas horas después, el PP anunció que, si Feijóo gobierna, quedará desactivada “esa mesa bilateral que Sánchez constituyó con el independentismo”.

Hay también un Feijóo que pide prudencia con las subidas del Salario Mínimo para no dañar “la competitividad de las empresas”. Y hay otro que recrimina al Gobierno que lo haya subido poco: “Hay que subir más el SMI sin cuestionar la viabilidad empresarial”.

Hay un Feijóo que se opuso a la reforma de las pensiones y a las subidas ligadas al IPC y hay otro que dice lo contrario: “¿Cómo vamos a derogar la subida conforme al IPC si nunca lo hemos hecho?”, dice ahora Feijóo

Hay un Feijóo que cree que la ley de vivienda es “más sensible con el que ocupa que con el propietario que sufre la ocupación” (a pesar de que en esa ley no hay nada que refiera a la ocupación). Y hay otro Feijóo que dice exactamente lo mismo que la izquierda: “Una persona que tiene un alquiler y no puede pagarlo no es un ocupa”

Y había una vez un Feijóo que se negaba a llegar a acuerdos con la extrema derecha. “Es un error que Vox entre en los gobiernos”, decía aquel político, que se les daba de moderado. “A veces es mejor perder el gobierno que ganarlo con el populismo”, argumentaba también. Obviamente, no puede ser el mismo Feijóo que hoy avala a más de un centenar de gobiernos municipales y autonómicos de su partido con la extrema derecha. ¿O tal vez sí?

Es como un chiste muy tonto, pero que a mí siempre me ha hecho mucha gracia (más aún desde que tengo en casa un bebé que no para quieto).

–¡Tus gemelos son preciosos!

–¿Gemelos? Qué va. Es solo uno. Lo que pasa es que es un niño muy nervioso.

Elige un programa electoral

Ya, ya sé que muchas veces son papel mojado. Que en ocasiones son un cúmulo de lugares comunes sin apenas concreción. También sé que son muy pocas las personas que deciden el voto en función del programa, programa, programa, que decía Julio Anguita. Pero en elDiario.es hemos decidido analizar qué proponen los principales partidos. Porque tal vez no se cumplan estos programas. Pero sí sirven para entender las grandes preocupaciones y prioridades de cada cual. 

El programa del PSOE: Transporte urbano gratis hasta los 24 años y ampliar la atención pública en dentista y psicología.

El programa del PP: Derogar la ley de vivienda y la excepción ibérica, nuevas rebajas fiscales o fomentar la Inteligencia Artificial.

El programa de Sumar: Trocear las eléctricas, construir 200.000 viviendas públicas y una herencia universal de 20.000 euros para todos los jóvenes

Y el programa de Vox: Suprimir las autonomías, establecer el veto parental y derogar la ley del aborto

Vox también propone acabar con los juzgados de violencia machista (total para qué, si dicen que no existe). Mientras que en el PP se comprometen a “erradicar la violencia machista”. La experiencia de los últimos gobiernos autonómicos demuestran que ambas cosas a la vez no podrán ser, si el PP depende de los votos de Vox.

Aunque de todas las promesas electorales que está haciendo la derecha, la que más me preocupa es otra que ha pasado bastante desapercibida. Está en el programa del PP:

  • REFORZAREMOS LAS GARANTÍAS DE INDEPENDENCIA DEL PODER JUDICIAL, mediante la reforma de su ley Orgánica, incluyendo la modificación del sistema de elección de los miembros del Consejo de manera que sean los jueces y magistrados los que elijan a los 12 vocales de procedencia judicial. Derogaremos la reforma que hoy impide su normal funcionamiento.

Supongo que la primera parte te sonará. No es la primera vez que lo plantean. Ya lo hizo antes Rajoy en 2011 (aunque aquella reforma acabó como el “IVA de las chuches”, haciendo exactamente lo contrario a lo que prometió). 

El PP quiere cambiar el sistema de elección del Consejo General del Poder Judicial para que 12 de sus 20 miembros los elijan directamente los jueces. Lo cual limitaría la influencia directa del PP en la Justicia pero no la influencia de la derecha: sería una garantía de un poder judicial conservador para toda la vida, al margen de lo que voten los españoles. Siempre pongo el mismo ejemplo: en el único órgano que hoy se elige por voto directo de los jueces –la comisión de Ética judicial del CGPJ– suele haber una amplísima mayoría conservadora, e incluso más jueces del Opus que progresistas.

Pero la frase que más me ha inquietado está al final de ese párrafo del programa. Donde dicen que derogarán “la reforma que hoy impide su normal funcionamiento”.

Con esta simple línea, el PP ya avisa de cuál es su plan si ganan las elecciones. Pasa por permitir que el actual CGPJ –que lleva caducado casi cinco años– pueda volver a nombrar a jueces casi vitalicios, hasta su jubilación, en el Tribunal Supremo y otros importantes puestos de la Justicia.

En la práctica, esto implica que con un simple decreto –no hace falta mucho más– el actual CGPJ podría nombrar de una tacada a 71 magistrados en puestos muy importantes. Una veintena de ellos, en el Supremo. Todos los puestos que han quedado pendientes de adjudicar durante toda la legislatura, durante los años de bloqueo del PP, que lleva desde 2018 incumpliendo su obligación constitucional de renovar el CGPJ. 

Tres datos importantes para entender el alcance de este jaque mate en la Justicia, que ya prepara el PP si Feijóo logra gobernar.

  1. La izquierda está en absoluta minoría en ese CGPJ que sigue en funciones y fue elegido por el Parlamento de la mayoría absoluta que logró Mariano Rajoy en 2011, hace más de una década. 
  2. Pero es que además en marzo dimitió una vocal de izquierdas, Concepción Sáez, que intentó con este paso forzar la renovación de un CGPJ que lleva caducado cuatro años y medio.
  3. Y el próximo 19 de julio, la derecha tendrá una mayoría aún mayor. Porque ese día cumple 72 años el actual presidente, el progresista Rafael de los Mozos, que se tendrá que jubilar.

Resumiendo. Si Feijóo gobierna, y permite al CGPJ en funciones que vuelva a realizar nombramientos, la derecha colocará de golpe y casi a dedo a decenas de jueces en los puestos claves. Sin apenas oposición. 

“Derogaremos la reforma que hoy impide el normal funcionamiento del CGPJ”, dice esa frase del programa del PP. Y no puede ser más cínica la afirmación. Porque, ¿cómo se puede calificar de “normal funcionamiento” que se permita nombrar a jueces de por vida en el Tribunal Supremo con la nula legitimidad de un mandato caducado hace casi un lustro?

Lo llaman dar “independencia al Poder Judicial”. En realidad, de lo que hablan es de aquello que una vez confesó un portavoz del PP en un famoso whatsapp: “Controlar el Tribunal Supremo desde detrás”.

Y este asunto, tan importante como aburrido, para mí es crucial. Porque los gobiernos llegan y después se irán. Los ciclos políticos son cada vez más cortos y, si la derecha gana las elecciones (que no está claro que vaya a ocurrir porque el PP, en las últimas semanas, no para de tropezar), más adelante las volverá a perder. Pero si la derecha y la extrema derecha blindan su poder en la Justicia entraremos en un escenario distinto: el de una democracia tutelada. Una libertad vigilada por un Poder Judicial conservador. 

Cito otra vez a Almodóvar: “Si la ultraderecha entra en las instituciones, esto se va al garete”. Pero los gobiernos vienen y van. Otra cosa son los jueces. Cuando llegan al Supremo, ya no se les puede echar. 

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Me despido por hoy con una buena noticia, para compensar. Estamos a punto de erradicar en España una enfermedad: la hepatitis C. Un medicamento milagro, el sofosbuvir, le ha cambiado la vida al 95% de unos pacientes que antes eran crónicos, y que ahora se pueden curar en apenas unos meses.

Ojalá todos los males de este mundo se pudieran arreglar así. 

Un abrazo. Y gracias por tu apoyo a elDiario.es

Ignacio Escolar

P.D. ¿Cuál es tu pronóstico para las elecciones? Participa en nuestra porra y compártela después con tus amigos. Al socio o socia que más se acerque al resultado prometo invitarle personalmente a conocer la redacción.  

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