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La crisis económica y Bush le cuestan la presidencia a John McCain
Y la verdad es que no están los tiempos para ministros silentes de perfil sub-bajo, sino para políticos con capacidad de liderazgo, presencia institucional y mediática, solvencia reconocida y generadores de confianza. Justamente lo que ahora no hay.
Cambios en profundidad
Haría mal el presidente en limitar la crisis a unos pocos nombres, por más relumbrón que estos tengan. La situación a la que se ha llegado un año después de ganar las elecciones, exige un cambio drástico, una remodelación profunda que visualice a ojos de los ciudadanos el inicio de una nueva etapa. El actual Gabinete se formó hace diez meses (aunque parece que han transcurrido tres años), en una situación económica y política muy diferente a la actual. Los tiempos de crisis exigen equipos fuertes, sólidos y potentes; y eso debería tenerlo en cuenta Zapatero a la hora de apuntar nombres en su cuaderno rojo.
Más temprano que tarde
La cosa no aguanta. Los límites no pueden estar en la celebración de las elecciones europeas, ni en la presidencia española de la Unión Europea, ni siquiera en la próxima reunión del G-20 en Londres. Justamente a esa reunión debería acudir con un nuevo equipo económico para afrontar las nuevas medidas contra la crisis. Si tiene que ponerse a la tarea, y las circunstancias le obligan inexorablemente a ello, más vale que el presidente se aplique y lo haga más temprano que tarde. No está la situación para perder el tiempo en prácticas diletantes.
Solbes, amortizado
Es una auténtica pena que el vicepresidente segundo y ministro de Economía y Hacienda, Pedro Solbes, acabe sus días políticos de esta manera, pero es evidente que una persona valiosa como él, ya no encaja en la actual estructura monclovita. El tío Pedro, como le llaman cariñosamente algunos ministros y ex ministros, ya no cuenta en las decisiones de Zapatero que evita respaldar en público al economista que fichó para su comité de sabios antes de las elecciones de 2004. Se siente puenteado, desautorizado y, sobre todo, harto. Planteó marcharse muchas veces y siempre se le pidió el sacrificio de permanecer en su cargo. Ahora saldrá en una situación económica adversa de la que no tiene la culpa, pero que le marca como chivo expiatorio de la situación.
La “vice”, capitidisminuida
Señalaba La Vanguardia, que voces procedentes de la ejecutiva del PSOE, consideran que “se ha agotado el tiempo político” de María Teresa Fernández de la Vega. Eficaz y trabajadora como pocas, la “vice”, como se la conoce en el partido, se ha visto muy capitidisminuida en sus competencias en la segunda legislatura de Zapatero. La llegada a Moncloa de Bernardino León, como secretario general de Presidencia; el reforzamiento del papel de José Enrique Serrano, jefe de Gabinete de Zapatero y la aparición de su adjunto, Vidal Zapatero, primo carnal y hombre de absoluta confianza del presidente; han recortado sensiblemente las atribuciones y el papel de De la Vega, que podría salir del Gobierno en la próxima crisis.
Cambio, en cualquier caso
Todo el mundo especula y nadie sabe ni el alcance de los cambios ni cuándo se producirán. La remodelación está ya descontada, pero, como ha ocurrido siempre, irrumpirá en el escenario político en el momento menos pensado, y sus protagonistas, entrantes y salientes, lo sabrán cinco minutos antes de ser anunciada a los medios de comunicación. Parece claro que Zapatero, pragmáticamente, prefiere un cambio de Gobierno, antes que un cambio de ciclo.
* Periodista, analista político y articulista de elplural.com* Periodista, analista político y articulista de
Antonio San José*
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