PSC-PSOE; la diferencia suicida

El elegido -con amplitud, porque son siempre cortos los resultados en estos procesos-, es una persona de la nueva generación, que ha pasado primero por la oposición y ahora por el gobierno; atento oyente, que opina sin estridencia y discrepa de forma razonable.

Un regeneracionista de la vida pública en Canarias, de mano firme en guante de seda, que notarán primero sus propios apoyos.

La verdad, no ha cambiado mucho desde que coincidimos en la universidad lagunera en tiempos de la Dictadura; él, en el piso de los Cristianos Progresistas, yo en el piso de los Rojos rupturistas.

He esperado pacientemente estos meses, llamemos de campaña, para visualizar cuales eran las diferencias que, según dicen, dividían al PSC en Canarias en los dos últimos años. ¿Dónde mejor que en las propuestas programáticas?

¿Sería en la ley electoral, en el Estatuto y su reforma, en el sistema de financiación o las relaciones con la Unión Europea?, ¿estaría acaso la diferencia en cambiar el modelo educativo, el sanitario, las políticas de igualdad, o quizás en cambiar la relación con el PSOE girando al modelo catalán?

Qué alegría para nosotros, qué pena para nuestros adversarios. En el núcleo medular de las políticas del PSC-PSOE no he visto diferencia alguna, ni nadie la recuerda y he preguntado con cierta pesadez, sin suerte.

No me sorprendió, ya que el programa político del PSC-PSOE en Canarias goza de muchos años de acuerdo, prácticamente, unánime.

¿Estaría la diferencia en lo que se ha llamado Política de Pactos?, ¿esa que, por cierto, se pondera como la máxima maduración de un sistema político en las democracias más avanzadas; esa que defiende todos lo días el presidente Zapatero y rechaza el PP?

Pues tampoco en eso, puesto que los dos candidatos finales, uno, José Miguel Pérez, ha pactado con Nueva Canarias en el Cabildo y con CC en Arucas, por ejemplo; el otro candidato ?Manuel Marcos-, en la isla de La Palma ha realizado una política inteligente de pactos con CC o PP en los últimos años, que ha fortalecido al PSC y su servicio a la sociedad palmera. Ítem más, en esta legislatura, la radiografía del PSC-PSOE en Canarias está surcada de pactos a diestro y siniestro, en cada isla.

Por tanto, tampoco encuentro diferencia objetiva en esto.

¿Se basará la diferencia en buenos y malos, del PSC o de CC, moderados o radicales, en si se sale para pactar o ganar? No puedo responder, yo no me dedico al psicoanálisis, pero sí creo en el pundonor y valor de los candidatos, y seguro salieron y saldrán a ganar Manolo, Arcadio y José Miguel en las campañas electorales pasadas y futuras, igual que los demás candidatos del PSC en toda Canarias.

¿Qué ha pasado? ¿Por qué las teóricas diferencias entre buenos y malos? Tengo respuesta a la pregunta y cariño vital al PSC-PSOE para no contestarla.

El nuevo Secretario General no lo tiene fácil. El tiempo político en que toma la dirección es claramente distinto al que le correspondió a su antecesor, tiempo de bonanza y terreno sembrado.

Tiene una misión histórica: unir al Partido; confiar en sus militantes y dirigentes; ser un servidor de la agenda que le marque el Partido y no al revés; debe socializar las victorias y asumir las derrotas en primera persona

Ahora toca coser, enhebrar, unir, pasar página, mirar al futuro; más fácil, la gente espera de nosotros que le dediquemos todo el tiempo, porque existimos para ellos.

Muchos de mis mejores amigos están en la nueva ejecutiva del PSC-PSOE; no es menos cierto, que en la anterior también. Siempre bromean afirmando que mi tendencia conciliadora es parte de mi vida política. Soy irrenunciablemente hombre de acuerdos internos, por eso, la intolerancia no me gusta aunque sea para combatir otra. La intolerancia se combate con diálogo, libertad y mucha tolerancia.

Buscar la unidad, en el respeto a la sensibilidad distinta, es el gran reto del actual equipo; el respeto, esa palabra que decía nuestro Secretario General en su discurso final, es la clave.

Desde el respeto a todos, a sus ideas, a sus orígenes, su manera de vertebrar un pensamiento tan rico como el del socialismo y la socialdemocracia europea, desde una crítica razonable a la práctica teórica, el respeto es el camino.

El PSC-PSOE, no es ni nuevo ni viejo. El Partido Socialista Canario, es un proyecto diferenciado del resto de las fuerzas políticas, que tiene con ellas un núcleo constitucional común, como es lógico en las democracias, pero con un desarrollo distinto. Los ciudadanos discriminan perfectamente en Canarias, dónde está el PSC-PSOE, su perfil. Hemos ganado cuatro elecciones autonómicas, -si, cuatro-, de las siete celebradas.

La idea de que esa diferencia es insuficiente no puede terminar diferenciando y dividiendo a los socialistas. Es una diferencia suicida, mal calculada en su desarrollo y perversa en sus efectos.

Tenemos un programa, un rumbo, que no cambiamos; un gran Partido y quizás el único que en Canarias merezca el nombre de tal. Nos tenemos a nosotros mismos, unos a otros.

El sábado llego la primavera: que florezcan las ideas; que pasen las páginas y se escriban nuevas líneas de futuro. Yo he perdido la memoria del pasado que resta, sólo sumo y multiplico, pero mi primer olvido fue la operación de dividir.

* Fue Secretario General de los Socialistas Canarios

Juan Carlos Alemán