Nos vamos a la deriva con Noelia García

Ni me ha arrugado, ni me arrugaré a la hora de defender mis planteamientos y, equivocados o no, no cederé ante el discurso de “halcones o palomas”, según venga el caso, con el que la casta política pretende influir, infructuosamente, en nuestra filosofía y arrimar el ascua a “su sardina”.

“Mi sardina” es el conjunto de los vecinos de Los Llanos de Aridane y la defensa de los intereses generales, no los intereses de pequeños privilegiados, ni de los agitadores profesionales, ni de los partidarios de revanchas ni, muchísimo menos, de los que pretenden leyes de punto final u olvidos del pasado.

Para mí sólo existe un camino, hacer realidad los principios constitucionales en el acceso a la función pública y el que las decisiones políticas no sean fruto de una pulsión o prejuicio ideológico, sino resultante de un proceso dialogado, razonado y razonable.

La situación que nos ha tocado vivir y que tiene que gestionar nuestra mal gobernante, Noelia García, con su numeroso equipo de concejales liberados cobrando auténticos sueldazos, PP-PSOE, exige a todos responsabilidad y dejar aparcadas posiciones inmovilistas, prejuiciosas y despóticas. Estamos afrontando unos nuevos tiempos, con retos y desafíos, que exigen unidad, espíritu colectivo y altura de miras. La política y la forma de conjugar los intereses de todos requieren nuevos mecanismos, fórmulas que superen los viejos estereotipos, prejuicios y clichés.

Ese desaforado protagonismo de la señora alcaldesa monopoliza la actividad municipal, limita el papel de su socio de gobierno convirtiéndolo en mero compás que, unas veces, hace de muleta y, otras, de bisagra aunque su vocación sea la de ser puerta.

A nadie se le escapa la deriva de este barco que se llama Los Llanos de Aridane. Un barco en el que estamos alojados todos y que, por eso mismo, no podemos dejar al libre albedrío de una “capitana” que se empeña en demostrar cada día que ni tiene rumbo, ni sabe qué hacer con la tripulación y no hace otra cosa que enfadar a los tripulantes. En definitiva, no sabe a dónde va y, lo que es peor, ni sabé qué defender, ni a qué oponerse.

El desbarajuste y la improvisación generalizada del gobierno local evidencia, una vez más, que algo hay que hacer y que el conjunto de fuerzas sociales de la ciudad no pueden esperar sentados a que todo se desmorone definitivamente.

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Jafet Barreto es presidente de Alternativa XXI