El ‘boom’ del cine en Canarias, ¿un espejismo?

Rodaje de 'Tiempo sin aire'. Foto: Jacques Mezger

Dácil Jiménez

Santa Cruz de Tenerife —

El sector audiovisual de las islas es testigo en los últimos meses de la revalorización del archipiélago como plató cinematográfico y publicitario. A pesar de que la mayoría de estos rodajes son producciones de fuera de las islas, este auge ha propiciado que se hable ya de un supuesto boom en la industria cinematográfica canaria. Pero, ¿hay realmente motivos para el optimismo? ¿Están los profesionales del sector rentabilizando el éxito de Canarias como plató de cine? Los rodajes han aumentado, sí, pero el sector audiovisual canario padece hoy los mismos síntomas de deterioro que hace unos años. Y por supuesto, la crisis económica no ha ayudado a mejorar las cosas.

Si se atiende exclusivamente a las noticias que anuncian a bombo y platillo la llegada de actores y directores de talla internacional a las islas para rodar sus películas es fácil dejarse llevar por el entusiasmo y llegar a pensar que Canarias está cerca de convertirse en un pequeño Hollywood europeo. Y no es para menos. En los últimos meses hemos visto desfilar por el archipiélago a directores como el estadounidense Ron Howard, el británico Ridley Scott, los españoles Julio Medem, Isabel Coixet o Gracia Querejeta, y a actores como Sigourney Weaver, Penélope Cruz, Chris Hemsworth, Christian Bale, Juliette Binoche, Maribel Verdú, Luis Tosar o Mario Casas, entre otros muchos. A los títulos que más brillan en la filmografía reciente rodada en Canarias, como Fast and Furius 6 o Furia de titanes, se suman ahora otros como las superproducciones estadounidenses The book of Exodus, rodada en Fuerteventura, o In the heart of the sea, una adaptación moderna del clásico Moby Dick, que ha sido rodada ,en parte, en La Gomera. Otra superproducción, esta vez española y filmada en Gran Canaria, es Palmeras en la nieve, que va camino de convertirse en la película española más cara de la historia. Por supuesto no todo son proyectos de ese calibre, pero que profesionales como Scott o Howard hayan elegido Canarias para filmar parte de sus proyectos es una circunstancia que invita al optimismo. Pero no es solo el cine. La publicidad, los cortometrajes, los documentales, las series y las sesiones fotográficas también elijen Canarias como escenario.

Récord de rodajes

Las cifras hablan por sí solas y confirman el momento de bonanza que experimentan casi todas las islas en cuanto a recepción de rodajes de cine, televisión y publicidad. Tenerife ha batido su propio récord histórico de películas, con títulos como Ma Ma, de Julio Medem, Nobody wants the night, de Isabel Coixet, Felices 140, de Gracia Querejeta, Don’t grow up o Tiempo sin aire. Gran Canaria, por su parte, ha pasado de tener una actividad casi nula hace solo tres años, a acoger en ese tiempo más de 20 proyectos cinematográficos diferentes, entre las que destacan este año las españolas Rec 4 y El Niño, además de la citada Palmeras en la nieve y otros proyectos que están aún por comenzar, como El contenido del silencio o Cien años de perdón, de Daniel Calparsoro y con José Coronado como protagonista. Según Felipe Alfonso, “desde el Patronato de Turismo del Cabildo de Gran Canaria hemos conseguido ‘resucitar’ la Gran Canaria Film Commission, cuya actividad anterior había sido prácticamente nula, y desde entonces cada vez son más las producciones audiovisuales, tanto de cine, televisión como publicidad, que están desembarcando en la Isla. Si hablamos de cifras, nunca hasta ahora se habían realizado tantos proyectos”, afirma.

Sin embargo, ¿se está dando realmente un boom en el cine en Canarias? Según Luis Renart, responsable del Clúster Audiovisual Canarias, “lo que se está dando es un boom de rodajes en las islas”, y eso es algo muy distinto a un auge del cine hecho por canarios en Canarias. Luis Roca, cineasta y escritor cinematográfico, comparte esta opinión y afirma rotundamente que “Canarias no está viviendo ningún boom en su cine”. De momento se trata solo de un plató cinematográfico muy concurrido, que no es poco.

¿Por qué eligen Canarias?

Qué atrae a estos cineastas hasta el archipiélago es una cuestión de fácil respuesta: el dinero, o más bien la oportunidad de ahorrarse una buena cantidad de euros gracias a las deducciones fiscales. Aunque, por supuesto, también confluyen otros factores como el clima, la variedad de paisajes en un territorio relativamente cercano, la pertenencia a la Unión Europea, la seguridad y las infraestructuras, especialmente las hoteleras, que hacen que sea factible acoger a producciones de gran tamaño con multitud de personal. Sobre las deducciones fiscales, la Tenerife Film Commission (TFC) explica que invertir en producciones cinematográficas (ya sean cortos, largos o series, ficción, animación o documentales) da derecho al productor a una deducción en el Impuesto de Sociedades del 18 % y al coproductor financiero del 5 %. Esto es así en toda España, pero en Canarias (y esto es lo que realmente atrae a las producciones) esta deducción se amplía 20 puntos porcentuales adicionales. Es decir, la deducción total en Canarias es del “38 % para el productor y del 25 % para el coproductor financiero, siempre y cuando la producción obtenga Certificado de Obra Canaria y el inversor tenga domicilio fiscal o establecimiento permanente en las Islas Canarias”. Según Ricardo Martínez, de la TFC, “esta deducción está siendo cada vez más conocida y es el motivo por el que llegan cada vez más rodajes, sobre todo de la península”.

Para obtener el certificado Obra Canaria, el proyecto audiovisual debe cumplir una serie de requisitos, como por ejemplo que la compañía esté inscrita en el registro de Empresas Audiovisuales Canarias, que se ruede al menos durante dos semanas en el archipiélago o que se contrate, como mínimo, a un jefe de equipo, actor principal o actor secundario con domicilio fiscal en las islas. En la mayoría de los casos suele constituirse una Agrupación de Interés Económico (AIE), que es quien canaliza la inversión y obtiene la deducción del 38%. La AIE debe tener su sede social en Canarias, pero, según explica Renart, puede estar formada por empresas de fuera, por lo que “no refuerza la vinculación de la película con Canarias”. Tal y como explica José Carlos Reyes, de la productora tinerfeña Pantalla Canaria, “muchas empresas de la península vienen para cumplir mínimamente con los requisitos y beneficiarse de la deducción fiscal. Arreglan un domicilio fiscal en Canarias, pero en realidad no son de aquí. Son parches que hacen para conseguir las deducciones”, comenta. Es decir, aunque una película, serie o documental tenga el sello Obra Canaria, “la intervención, tanto de las productoras de aquí como del talento canario, es mínima”, afirma Renart. Por este motivo hay que diferenciar claramente entre la bonanza que vive Canarias como plató de cine y la situación que vive el sector audiovisual canario.

Los requisitos de Obra Canaria, a examen

Obra CanariaEn la actualidad, esa orden que regula los requisitos para obtener el certificado Obra Canaria se encuentra en revisión. El Clúster Audiovisual Canarias es uno de los actores que trabaja en la elaboración de los borradores previos a la reforma. Sin embargo, tal y como denuncia Renart, “no se ha escuchado lo suficiente al sector”. Por ese motivo, el Clúster ha presentado un escrito con alegaciones, entre las que se incluye que el vínculo de las obras con Canarias tenga que ser mayor. “Creemos que se está perdiendo una oportunidad muy importante de potenciar que esas obras estén vinculadas a Canarias. Si les ponemos el sello de canario, que la obra sea de verdad canaria o que al menos tenga una relación más intensa con las islas”, afirma. Según él, los requisitos que han propuesto son “realistas y asumibles”, como que parte del presupuesto de la obra se gaste o ejecute en Canarias o que se aumente el número mínimo de profesionales canarios que se contraten. “Es que lo contrario se entendería como una falta de confianza en los profesionales de aquí”, argumenta.

Según Ricardo Martínez, de la TFC, las deducciones del 38% que ofrece Canarias no constituyen “un regalo para las islas, sino que son una manera de compensarlas por su lejanía respecto a Europa”. Los incentivos fiscales sirven también como elemento de estímulo para la economía, ya que atraen a los rodajes, y estos a su vez suponen una inyección de capital en aquellas islas en las que se producen. Por poner solo un par de ejemplos, la filmación de The book of Exodus ha requerido la contratación de miles de extras en Fuerteventura, mientras que Fast and Furius 6 en 2012 dejó entre 6 y 8 millones de euros en Tenerife. Felipe Alfonso, de la Gran Canaria Film Commission (GCFC) asegura que según los datos facilitados por las propias productoras que han trabajado en la isla, los proyectos rodados allí durante los últimos tres años han dejado cerca de 20 millones de euros. “Pero hay que resaltar además otro efecto muy positivo”, añade, “y es la creación de puestos de trabajo y la generación de un importante tejido industrial en la isla en torno a la producción audiovisual. Por poner un ejemplo, sólo el rodaje de la serie británica de seis capítulos de la BBC, Woody, grabado en el Sur de Gran Canaria, conllevará la contratación de medio centenar de técnicos locales y cerca de 500 extras”, explica. Personal de seguridad, de limpieza, catering, asistentes de producción, conductores o técnicos audiovisuales, entre otras profesiones, se benefician de la llegada de un rodaje a una isla, aunque lo cierto es que la mayoría de los equipos que de verdad “producen” la película vienen cerrados desde el punto de origen. “Esto no es por excluir a nadie”, señala Roca, “es porque se buscan los perfiles donde se arma la película, no donde se rueda”.

¿Y el talento canario?

Canarias ofrece, pues, una oportunidad para rodar más barato gracias a sus incentivos fiscales. Pero, como apunta Roca, muy distinto es “que la gente del cine de Canarias tenga entrada a esas producciones”, aunque añade que por supuesto es mejor que vengan a que no lo hagan. En este sentido, Renart, del Clúster Audiovisual, afirma que “es genial” que tengamos la oportunidad de trabajar con producciones de fuera, pero recuerda que no son proyectos canarios. “¿Dónde está el cine canario?”, se pregunta.

El Clúster aúna a casi 40 actores del sector audiovisual canario, desde productoras e instituciones públicas, hasta exhibidores y empresas de service, y desde su experiencia al frente de su gerencia, Luis Renart considera que están teniendo bastantes problemas a la hora de poner en marcha proyectos de aquí. “El régimen actual no potencia en absoluto el audiovisual de las islas”, dice. “El propio sistema de incentivos fiscales está configurado para favorecer la puesta en marcha de producciones más grandes”, añade. “Obviamente esto no es Hollywood”, dice Roca, “aquí hay grandes problemas estructurales”, sentencia. Para Renart, “si no se refuerza el tejido empresarial canario, este va a ser un impacto puntual que se irá. Si no se refuerza una industria en Canarias que sea capaz de poner estos proyectos en marcha, cuando el incentivo fiscal ya no sea tan atractivo, la producción aquí será un erial. ¿Quién producirá en Canarias?”, se pregunta.

José Carlos Reyes, de Pantalla Canaria, tiene una visión diferente. “Mi percepción es que parece que el sector empieza un poco a despegar, hay una mejoría desde el verano de 2013”, dice. Según él, desde esa fecha su productora no ha dejado de recibir proyectos. “Vuelven las campañas publicitarias de las grandes empresas de aquí, no hemos parado de hacer producciones”, asegura. Por eso, concluye, “no percibo que la cosa esté tan mal”.

Entre el sistema de incentivos fiscales y los requisitos mínimos para la obtención del certificado de Obra Canaria parece que “se olvida que el cine es además cultura”, afirma Renart. De hecho, ni la TFC ni la GCFC dependen de ningún departamento o consejería de cultura, sino que dependen de organismos vinculados a la promoción turística, como son Turismo de Tenerife y el Patronato de Turismo del Cabildo de Gran Canaria.

La deducción del 38%, modificada en 2015

El ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, prepara ya una reforma para 2015 de los incentivos fiscales a las producciones audiovisuales y se habla de que podría establecerse un límite máximo para las deducciones fiscales. Esto, sin duda, sería algo “peligroso” para Canarias, según palabras de Ricardo Martínez, de la TFC, porque es la comunidad autónoma con el porcentaje de deducción más alto (38%). Si otras regiones subieran sus deducciones y a Canarias se la obligara a limitar las suyas, tal vez el archipiélago perdiera parte de su atractivo como plató de cine. “El Gobierno de Canarias ha hecho numerosas alegaciones para que esos límites del texto inicial se eleven. En breve entra en discusión parlamentaria y hay que estar muy atentos a ver qué pasa”, comenta. Felipe Alfonso, de la GCFC, se muestra confiado. “Estoy convencido de que el Gobierno de España es plenamente consciente de la importancia que los rodajes de cine, tanto de producciones españolas como internacionales, tienen para la dinamización y el crecimiento de la economía española”, comenta. Sin embargo, otras comunidades ya están trabajando para competir con las islas y hacerse con algunos rodajes. Por eso, según Luis Roca, “lo que no puede hacer Canarias es dormirse en los laureles. Tiene que ponerse las pilas porque ahora estamos en el mapa de las producciones”, subraya.

Si ese escenario se diera y las deducciones que ofrece Canarias fueran menos atractivas, llegarían a las islas menos rodajes de fuera. Quedarían los de los productores del archipiélago, y estos, tal y como asegura Renart, están “huérfanos de ayudas”. De hecho, según su testimonio, “muchas productoras han tenido que cerrar o reconvertirse en empresas de servicios para las productoras de fuera”. Es un momento crítico. A la subida del IVA cultural y de otros impuestos indirectos hay que sumar que la crisis ha acabado con las ayudas directas a la producción audiovisual. En otros países, según comenta Renart, son conscientes de que hay que reforzar las producciones de bajo presupuesto porque son “el caldo de cultivo de proyectos mayores”. Sin embargo, en España y, por tanto, también en Canarias, esas ayudas han sido cercenadas. La consecuencia, según denuncia Renart “es que se está silenciando al cine hecho en Canarias”. En su opinión, la solución pasa por conceder ayudas directas a la producción que puedan compensar las deficiencias de un modelo basado en los incentivos fiscales y que además permita a las productoras con arraigo en las islas aprovechar el contexto actual. “Aquí se hace un cine bastante interesante”, comenta, pero por desgracia “es un cine de supervivencia”, concluye. La visión de Luis Roca es aún más contundente. Según su diagnóstico del sector audiovisual canario, “las administraciones públicas nunca han estado a la altura de las exigencias del sector, jamás. Han contribuido a su dispersión, a su precariedad, incluso promoviendo el aficionadismo por encima de aquellos cineastas con mayores méritos. La solución pasa por lograr una voz con autoridad y legitimidad desde el gobierno que sirva de referente al resto de administraciones, y además, por sacar de estas a los gestores nefastos que aún permanecen en sus puestos”, sentencia.

Sin embargo, la visión de Ricardo Martínez, de la TFC, es algo más optimista. Considera que el momento actual que vive Canarias “servirá para reforzar el sector audiovisual en cuanto a los profesionales que colaboran en estos proyectos”. Según él, “a la larga, la llegada de esos rodajes, aunque sean proyectos de fuera, terminará por beneficiar a los productores locales”, concluye. Tal vez a los productores sí, pero, ¿y a la cultura hecha en Canarias?

[Este es un contenido Premium de CANARIAS AHORA SEMANAL. Hazte Lector Premium para leerlos todos y apoyar a sus periodistas]

Etiquetas
stats