De Santander a Marte, por Arredondo
Ni Arredondo es Marte ni Houston se parece al Parque Científico y Tecnológico de Cantabria, radicado en Santander, pero desde este martes empezarán a tener cosas en común. Al menos así lo aseguran los promotores de una experiencia de simular la vida de una colonia en el Planeta Rojo, una iniciativa a medio camino entre el turismo VIP y la experimentación científica que promueve la empresa Astroland y que tiene el respaldo del Gobierno de Cantabria, el Ayuntamiento de Santander, el Banco Santander y las universidades de Cádiz y Cantabria, así como la Escuela de Organización de Industrial (EOI) y la Escuela Universitaria de Diseño, Innovación y Tecnología (ESNE).
Arredondo dista de Santander, en donde está ubicada bajo tierra la estación Ares, 45 kilómetros. Se puede llegar en autobús en una hora por un precio que oscila entre 14 y 23 euros, pero los primeros cinco 'astrolanders' que se meterán en la cápsula durante tres días habrán pagado 5.000 por hacerse a la idea de estar en Marte, tras un mes de preparación.
Cinco personas inician este martes, coincidiendo con el 50 aniversario de la llegada del hombre a la Luna, en la primera 'misión' a Marte para ensayar en su interior cómo será la vida humana en el Planeta Rojo, con vistas a su colonización en el año 2035. El experimento parte de la hipótesis de que la vida en Marte solo será posible bajo su superficie, en cavidades volcánicas, dadas las condiciones del Planeta Rojo, sobre todo por la alta radiación que recibe en superficie.
Entre los elegidos que han empezado su aventura marciana están José Luis Cordeiro, ingeniero y conferenciante hispano-venezolano y profesor fundador de la Singularity University en Silicon Valley; Mikolaj Zielinski, matemático polaco y candidato a otras expediciones espaciales como 'Mars One'; Fernando González, ingeniero español de sistemas espaciales, científico y escritor, y Carmen Koegler, investigadora y científica alemana.
La cueva de Arredondo en donde se ubica la Ares Station tiene 1,5 kilómetros de largo y hasta 60 metros de alto, y en su interior los 'astrolanders' tendrán que desenvolver su ingenio y capacidades, ya que se pretende que la experiencia sea un campo de pruebas para las misiones a Marte.
Dentro de la cueva realizarán paseos espaciales participando en cursos de espeleología y prácticas de flotabilidad neutra que simulan los estados de ingravidez. Recibirán también formación en planes de emergencia para actuar ante cualquier circunstancia adversa. Dispondrán para ello de trajes de astronauta, ropa técnica, laboratorios para el cultivo de plantas en condiciones “imposibles” (cultivos hidropónicos), cápsulas de vida y comida liofilizada, entre otros aspectos.
La oferta de la compañía ha tenido un amplio eco. Hace meses se publicitaba que 600 personas estaban interesadas, de las cuales un centenar lo harán efectivamente, después de pasar por pruebas de preparación físicas y psicológicas. Ocuparán la cápsula por tandas a lo largo de un año con un máximo de 10 ocupantes. Cada participante pagará 5.000 euros por 30 días de preparación, que incluyen tres semanas de formación 'en remoto', tres días de pruebas de aptitud física y otros tres en la propia cápsula en condiciones de aislamiento total.
Los 'astrolanders' están acompañados durante la fase previa de un mentor 'en remoto' que les forma tanto física como mentalmente. Contarán los elegidos con un espacio online en el que accederán a expertos y personalidades relevantes en las materias asociadas a su misión. Dentro del equipo de formadores está Gabriel González de la Torre, doctor en Neuropsicología de la Universidad de Cádiz y experto en psicología de astronautas de España, e Iñigo Muñoz Elorza, instructor de astronautas en el Centro Europeo de Astronautas de la Agencia Espacial Europea.
Astroland se presenta como la primera agencia interplanetaria española y tiene sede en Madrid. Su puesta de largo fue en la pasada Feria Internacional de Turismo (Fitur), en el stand de Cantabria. David Ceballos es el consejero delegado de Astroland y pilota un proyecto en el que se han invertido dos millones de euros que salió de la incubadora de empresas del Banco Santander.
Las autoridades cántabras tienen un interés especial en ofrecer turismo de experiencia a personas de todo el mundo con alto poder adquisitivo. Antes de la experiencia de Astroland, en 2016 se planteó la reapertura de la cueva de Altamira al público, lo que generó una polémica por el delicadísimo estado de conservación. Pero ya entonces, el presidente Miguel Ángel Revilla barajaba la posibilidad de que el presidente estadounidense en aquel momento, Barak Obama, fuera el primero en poder admirar las pinturas rupestres a un palmo de distancia.
Curiosamente, este pasado lunes tres espeleólogas tuvieron que ser rescatadas después de pasar por la experiencia de quedar atrapadas dos días en el sistema Cueto-Coventosa, 35 kilómetros de cuevas y pasajes bajo la superficie de Arredondo, no muy lejos de donde los cinco 'astrolanders' van a vivir desde este momento otra experiencia, esta por iniciativa propia.
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