Revilla descarta un confinamiento “global” pese al aumento de casos: “No veo ahora una alarma como para que tengamos que cerrar nada especial”
El presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla, ha admitido que la situación derivada de la COVID-19 es “complicada”, pero ha llamado a no caer en el “pesimismo” pese las noticias “tremendas”, y ha agregado que el problema, desde el punto de vista sanitario, está “relativamente controlado”. “No veo ahora una alarma como para que tengamos que cerrar nada especial”, ha afirmado.
Asimismo, ha admitido que ve “un relajamiento grande” de las medidas de seguridad frente a la COVID, especialmente por parte de “un sector de la población, no la gente mayor”, pero ha insistido en que volver a para la economía sería “un desastre mayor que el virus”. Por eso, cree que adoptar nuevos “confinamientos globales” de un determinado territorio o incluso del conjunto del país “es imposible”. “Un cierre total en España es completamente imposible, ni aquí ni en ningún país europeo”, ha sentenciado el regionalista a preguntas de los periodistas sobre la evolución de la pandemia y la posibilidad de adoptar más restricciones.
A su juicio, lo que hay que hacer es adoptar medidas sobre un núcleo, calle o pueblo cuando se superen los “límites razonables” de contagios, como se viene haciendo desde que se levantó el estado de alarma y se abrió la movilidad en la región, primero en un edificio de Santander, luego en todo el municipio de Santoña y ahora en el barrio La Inmobiliaria de Torrelavega.
“Sanidad es la que marca la pauta”, ha contestado en cualquier caso Revilla, para indicar así que el Gobierno que preside (PRC-PSOE) hará “siempre” lo que digan las autoridades sanitarias, que son las que toman las decisiones ante el coronavirus para garantizar la seguridad de los ciudadanos.
Tras comparar las cifras de hospitalizados que hay ahora -unos 60, media docena en la UCI- con los que llegó a haber la pasada primavera -600 en planta y 70 en cuidados intensivos- ha reiterado que en la actualidad la situación desde el punto de vista sanitario es “perfectamente soportable”. A ello se suma la “ventaja” de que ahora la infección del SARS-CoV-2 es “menos virulenta”.
Así, para Revilla “el dilema” es mantener las medidas antiCOVID y la economía también, más después de que algunos sectores -como el turístico- hayan “salvado los meses de verano” y lo que va de septiembre, con una ocupación del 90%, según ha cifrado.
Relajamiento
No obstante, aprecia un “relajamiento grande” entre parte de la población, que “se olvida de que el virus sigue presente”. Le “sorprende” en este sentido que durante los tres meses de estado de alarma y confinamiento la gente fuera “tan disciplinada” y no se viera “a nadie” en la calle y “ahora, de repente, parece que hay una barra libre y como si no tuviéramos el problema”. “Y le tenemos”, ha remachado.
“No vale ir por la calle con una mascarilla y luego sentarse en una mesa, de un metro de diámetro, seis (personas) sin mascarilla. Eso es una bomba”, ha considerado Revilla, para quien “si todos lleváramos mascarilla y guardásemos el metro y medio de distancia (de seguridad) nosotros mismos acabaríamos con el coronavirus”.
Por ello, aboga por cumplir las medidas y mantener la economía, pues “el desastre es grande” ya y la situación “va a ser terrible en los próximos meses”. Y “no podemos seguir indefinidamente con ERTEs y rentas vitales”, ha avisado. “Hay que generar economía porque, si no, no hay para pagar lo otro”, ha defendido.
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