La reforma energética lleva al cierre plantas de purines y compromete el sector porcino
Ganaderos de porcino de la provincia de Toledo se han manifestado ante la Delegación del Gobierno para rechazar el cierre de las plantas de tratamiento de purines (excrementos del ganado porcino) de Polán y Consuegra, acuciadas por el cambio normativo en el sector energético.
Ambas plantas gestionan diariamente unas 350 toneladas de purines, evitando que se viertan de forma indebida en cauces públicos o al terreno, con las que generan electricidad. Si se concretan los planes del Ministerio de Industria en cuanto a la regulación de las energías renovables, la cogeneración y residuos, se prevé una reducción de hasta un 40% de los actuales ingresos que estas plantas reciben como prima, lo que haría inviable su continuidad y también la de los ganaderos de porcino que precisan de un gestor para los residuos de su actividad.
El borrador de decreto que se prepara equipara las instalaciones de tratamiento de los excedentes de purín con las plantas de cogeneración convencional, sin tener en cuenta su papel en el tratamiento de residuos.
El cierre de las plantas de Polán y de Consuegra supondría la desaparición de cerca de 50 empleos y comprometería el futuro de unas 100 explotaciones de porcino en 19 municipios de la provincia que generan otros 400 empleos.
La movilización del sector ha tenido carácter estatal ya que se teme que el cierre de las 29 plantas de purines existentes pongan en peligro las más de 3.000 explotaciones ganaderas que actualmente llevan a ellas sus residuos, lo que implicaría la pérdida de más de 4.200 empleos directos e indirectos, en su mayoría en entornos rurales.