“Las mujeres rurales han sido grandes gestoras y empresarias, pero a la sombra”
Rocío Moreno Valle, empresaria de hostelería en Graja de Iniesta (Cuenca). Es una de las diez mujeres que este viernes son reconocidas en el Día de las Mujeres Rurales, en un acto institucional organizado por el Gobierno de Castilla-La Mancha en la localidad conquense de Motilla del Palancar.
“Me parece genial, las mujeres rurales necesitamos apoyo y reconocimientos como este. Son necesarios. Todas las ayudas posibles y más. La mujer rural lo tiene bastante más difícil para defenderse”. Se refiere sobre todo a aquellas que optar por emprender pero también recuerda a madres como la suya a quien hoy quiere rendir homenaje. “Siempre grandes gestoras y empresarias pero a la sombra. En mi casa tuve el ejemplo. Mi madre era un genio pero las flores eran para mi padre”.
Rocío empezó a trabajar con 16 años en el negocio familiar, un restaurante en su pueblo, Graja de Iniesta (Cuenca). “Me dijeron que no se podía estudiar y que necesitaban que les echase una mano. Y tuve que pasar a primera línea de fuego”.
Fueron años de duro trabajo donde, explica, “no dejé de intentar innovar y aprender trabajando pero lo que había en casa de mis padres se me quedó pequeño enseguida”. Se casó muy joven, con 18 años, y tras el fracaso matrimonial pensó en independizarse profesionalmente. “En aquellos tiempos no se entendía. Me tocó hacerlo en unos años difíciles, irme por mi cuenta, con una separación pero tiré hacia adelante. Hoy hago balance y fue positivo. Le eché muchas narices pero salí hacia adelante”.
A sus 57 años cree que el mundo rural es hoy diferente pero lamenta que la mujer “todavía tenga que demostrar que puede hacer determinados trabajos o sacar adelante una empresa. Ese ha sido siempre el lastre. Que te dijeran ¡pero dónde va!”. Recuerda como su propio padre siempre le decía que los mejores cocineros y sastres eran hombres. “Eso me repateaba y le dije que le demostraría que iba a darle tres vueltas a esos cocineros. Pero tuve que hacerlo. Si hubiera sido chico seguro que me hubiera mandado con Arzak”.
Rocío asegura que ganó “la batalla”. Hoy en su restaurante, ‘Casa Rocío’ -galardonado en 2006 con el Premio al Mejor Restaurante Rural por el Ministerio del ramo- el 90% de la plantilla está compuesta por mujeres. “Creo que somos más polivalentes”. En sus redes sociales se presenta como “cocinera de platos perdidos”. Y es que en su faceta profesional de cocinera intenta combinar tanto la innovación como la tradición. En su negocio no faltan las recetas más antiguas de la gastronomía castellano-manchega.
“Me considero una cocinera autodidacta, aunque no olvido toda la escuela que me proporcionaron mis padres, hosteleros de toda la vida, fueron los que me inculcaron el amor por la cocina y el trabajo bien hecho, también es cierto que no he parado de interesarme por nuevas técnicas, y he intentado siempre estar a la vanguardia de todo lo que tenga que ver con la restauración”.
Estas frases las escribió en el libro 'Empresari@s, una manera de estar en el mundo', publicado en julio de 2017. Una obra coral con autoras procedentes de 14 comunidades autónomas y de cuatro países de Latinoamérica, para “animar a hombres y mujeres de todo el planeta a emprender, confiar en sus posibilidades, en sus propias ideas y levantar el vuelo”.
No era el primero en el que participaba, en 2003 ya escribió, también junto a otras mujeres, en ‘Cien empresarias’. No recuerda cómo se embarcó en la aventura de contar sus comienzos. “Para nuestra generación fueron mucho más duros que ahora. Hoy están más preparadas. Lo veo en mi hija, periodista, que se come el mundo”.
Madre orgullosa (tiene también un hijo médico), sigue pensando en cómo evolucionar. “Soy mujer y soy empresaria, y no me gustaría ser otra cosa, porque creo que las mujeres somos un valor en alza, somos importantes y nuestro potencial es infinito, desde mi madurez animo a todas las jóvenes y futuras empresarias, emprendedoras, amas de casa, ¡mujeres! ¡Adelante que no os pare nadie!”, dice en su último libro.
Pide igualdad “en todos los sentidos”. Y recuerda que abrir un negocio requiere “compromiso y responsabilidad” tanto si eres hombre como mujer. “Hay irresponsables en todos lados y ¿por el hecho de ser mujer te van a dar todas las ayudas del mundo aunque seas una inepta? Pues no, perdona. Pero la que se sienta empresaria y tire adelante…hay que apoyarla”.
VI Feria de las Mujeres Emprendedoras
Durante el acto institucional en Motilla del Palancar se entregarán diez reconocimientos a otras tantas mujeres de La Manchuela conquense de ámbitos como la investigación, el mundo empresarial o que son pioneras en el asociacionismo. El objetivo principal de festejar este día es “visibilizar la importancia que merece la aportación económica, social y cultural que desarrollan las mujeres en áreas rurales de todo el mundo y su decisiva contribución a la seguridad alimentaria”.
La VI Feria de Mujeres Emprendedoras de Castilla-La Mancha se celebran bajo el lema 'Juntas somos más. Unidas por un desarrollo rural sostenible' y se extenderá hasta el 14 de octubre. Cuenta con más de medio centenar de participantes. Será de nuevo un espacio de promoción, según el Gobierno regional, “en el que puedan fortalecerse las redes entre emprendedoras y en el que puedan visibilizarse proyectos de emprendimiento ya existentes y otros más novedosos”. Asimismo funcionará como lugar de promoción, venta, encuentros y experiencias entre empresarias.
Diez reconocimientos a mujeres que contribuyen al desarrollo rural
Este viernes se ha reconocido la labor de una decena de mujeres por su contribución al desarrollo social, económico y cultural del medio rural, entre las que se encuentra la propia Rocío Moreno pero también Paula Crespo, dietista-nutricionista del Servicio de Gastroenterología Pediátrica del Hospital Universitario y Policlínico La Fe de Valencia e investigadora en el Instituto de Investigación Sanitaria del mismo centro. En 2015, fue la primera española beneficiada del Premio ‘ESPGHAN International Exchange Programme’; y en octubre de 2014 obtuvo el XI Premio de Investigación Básica y Aplicada sobre Patologías por Sensibilidad al Gluten.
Josefina García, otra de las galardonadas, fundó en 2008 la Asociación Luna Cuenca para la promoción de las mujeres y niñas con discapacidad de Cuenca y provincia. Promueve innumerables actividades que pretenden eliminar las discriminaciones que sufren las mujeres y niñas con discapacidad, difundiendo una imagen positiva de ellas y procurando su integración social, laboral y apoyando su autonomía.
Además, se ha premiado a Teresa Guerrero quien ha participado y colaborado durante toda su vida y siempre sin ánimo de lucro en las diversas asociaciones y entidades sociales de Motilla del Palancar. Fue miembro activo del A.M.P.A. y del Consejo de Salud de la localidad, además de vocal de la Junta Directiva de la Asociación de Mujeres, Consumidores y Usuarios. En noviembre de 2015, junto con otras mujeres, creó la Asociación de Mujeres de Motilla, de la que es la presidenta.
La profesora de mecanografía Pilar Martínez también ha sido reconocida. Empezó dando clases en un Madrigueras hasta que le propusieron formar un grupo en Villagarcía del Llano. Comenzó en el salón de la casa de su madre y, posteriormente, montó una sala en las antiguas casas de los maestros. La actividad docente la compaginaba con otras como un taller de costura que permitió dar un jornal a varias familias del pueblo. En la actualidad, trabaja con unas chicas que comercializan ropa por internet y hace distintos diseños para ellas.
Encarnación Cano fue la impulsora del APA de Villagarcía del Llano en 1992, actual AMPA y hoy su trabajo ha tenido premio. Como consecuencia de sus viajes que hacía con su hijo al colegio de La Roda, donde trataba con logopedas y pedagogos, se avivó su interés por traer a su pueblo algunos de los servicios de los que allí disfrutaban. Lo primero que consiguieron fue llevar un psicólogo para atender las necesidades de los alumnos y sus familias. Además, impulsó una ludoteca municipal.
Además, se ha premiado a María de la O Collado cuenta con un taller propio de vidrieras, ubicado en Villanueva de la Jara y especializado en el diseño y realización de vidrieras con la técnica de emplomados y vitrofusión, así como todo lo relacionado con la decoración. Ha participado en multitud de ferias de artesanía y en ferias de bisutería y joyería. Dispone de una tienda exposición en Villanueva de la Jara y, en breve, pondrá en marcha una página web y tienda online.
Por su parte, María Teresa Panadero ostentaba desde 1995 la gerencia de una empresa de materiales de construcción junto a su socio y marido, Virgilio Mateo. En el año 2005 Virgilio fallece y Maite coge las riendas de su empresa. Hoy es propietaria, junto a sus hijos, de una empresa de mayor capacidad llamada Materiales de Construcción JOIMA en Campillo de Altobuey, donde dan empleo y recursos materiales en el mundo rural.
Pilar Ortiz, otra de las galardonadas, ha estado 26 años dedicada a la promoción cultural de Casasimarro, participando en varias asociaciones relacionadas con la cultura. En 1996 puso en marcha la biblioteca de la localidad, en 2002 crea la Revista Besana sobre la actividad cultural de su municipio y es también la impulsora del proyecto de animación a la lectura 'Lectoras', la Bebeteca y la Universidad Popular de Casasimarro.
Por último, Elena Vergara tiene 21 años y dentro de su formación destaca el título de grado medio en instalaciones eléctricas, un sector eminentemente masculino. Actualmente está cursando el grado superior de robótica y es instaladora de piezas en Mahle (antigua Nagares S.L.).