Videojuegos contra el cambio climático
La Universitat Jaume I (UJI) de Castelló fue la primera de España que ofertó el grado de diseño y desarrollo de videojuegos. Ahora, un equipo multidisciplinar de la institución educativa ha obtenido una ayuda de 70.000 euros de la Fundación Daniel y Nina Carasso para desarrollar videojuegos contra el cambio climático. Con un formato innovador de living lab.
La periodista Maria Josep Picó, directora técnica del proyecto, explica que la iniciativa parte de las “innovaciones que estamos explorando en la UJI para transmitir contenidos científicos a través de las redes y de las narrativas transmedia”. “Queremos vincular los videojuegos a la divulgación científica”, añade. Así, explica Picó, nueve grupos de investigación de la universidad están inspirando a los alumnos del grado para diseñar videojuegos que creen “una cultura del cambio climático”. Las líneas de investigación se centran en energías renovables, urbanismo sostenible o biotecnología.
El proyecto Planeta Debug de la UJI ha sido elegido entre las 152 propuestas presentadas a las ayudas para arte ciudadano que da la Fundación del creador de la marca Danone. Los fondos, 70.000 euros, servirán para “abordar el cambio climático desde la perspectiva lúdica creando una comunidad de usuarios”, explica Picó.
El living lab permitirá que los alumnos de primaria desarrollen videojuegos sencillos sobre el calentamiento global. El proyecto también aportará formación sobre videojuegos a los profesores.
El coordinador del proyecto, Emilio Sáez, considera que es una “oportunidad muy interesante para utilizar el videojuego como herramienta cultural de gran potencial para favorecer cambios sociales y tratar el cambio climático con metodologías innovadoras y transdisciplinares”. Sáez, profesor del departamento de Ciencias de la Comunicación de la UJI, explica que Planeta Debug también está enfocado a la enseñanza primaria y secundaria, con la creación de videojuegos para los alumnos, “algunos en realidad aumentada y otros con motor más sencillo”. “Hay que experimentar y difundir la lucha cambio climático”, concluye.
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