Estos errores hacen que el coche consuma más combustible, según la DGT
Mientras el precio del combustible para vehículos de motor continúa en valores muy por encima de los que presentaba hace una década, la mayoría de conductoras y conductores nos preocupamos por optimizar el consumo de nuestro automóvil y evitar las fastidiosas paradas para llenar el depósito, con el consiguiente desembolso monetario.
A nadie le gusta observar cómo el nivel de combustible va bajando en la pantalla del salpicadero hasta que nos indica que estamos en reserva y debemos acudir a una estación lo antes posible. Es por ello que todos y todas desearíamos desarrollar una conducción más eficiente que no solo alargara la vida útil del coche, sino que también mermara en menor medida nuestra economía.
Precisamente, a finales de 2022 la Dirección General de Tráfico, DGT, publicó en su revista su renovado manual de “conducción eficiente”, en el que da las claves para que la misma sea más provechosa para nosotros, tanto en seguridad vial como en disminución del consumo de combustible.
Además, la DGT también nos explica cuáles son los factores que más aumentan el consumo durante la conducción y nos da claves para controlarlos mejor y así reducir el gasto en gasolina y gasoil.
Los factores que más incrementan el consumo
El mal uso del aire acondicionado es uno de ellos. Ya te explicamos cómo poner el aire acondicionado del coche sin gastase demasiada gasolina. Y es que excederse, por ejemplo, en la temperatura del coche por debajo de lo recomendado es tan malo para la salud y el bolsillo como conducir con demasiado calor. A este respecto, la DGT explica en su revista que “es recomendable mantener la temperatura entre 21-22 ºC”.
El segundo factor es conducir con las ventanillas bajadas, ya que “hace que se provoque una mayor oposición al movimiento del vehículo, pues la fuerza de rozamiento entre el vehículo y el aire aumenta”. Se genera un efecto similar al de poner cara al viento una bolsa de plástico, que la hincha y empuja hacia atrás.
El tercer factor que aumenta el consumo es una mala distribución de la carga y el equipaje. “Una mala distribución de la carga puede ofrecer mayor resistencia al aire y mayor inestabilidad provocada por la disminución de adherencia del eje delantero”, asegura la DGT en su revista. Además, añade: “Debe evitarse llevar el vehículo sobrecargado sin necesidad”.
En este sentido, el Real Automóvil Club de España (RACE) explica que añadir 100 kilos de peso a un coche de tamaño medio aumenta el gasto hasta en un 6%. Por eso, ese organismo aconseja no convertir el maletero en un “almacén” y dejar en casa todo lo que no haga falta.
El cuarto factor es el uso de una baca para portar un equipaje extra. El motivo es que dicho artefacto en el techo del coche aumenta mucho la superficie de rozamiento con el viento y, por lo tanto, supone un importante freno al avance, lo que nos obligará a pisar más a fondo el acelerador para lograr la velocidad deseada, con el consiguiente gasto.
No obstante, la dirección de tráfico aclara que si debemos llevar este tipo de portamaletas por necesidad, conviene buscar modelos que sean lo más aerodinámicos posibles, con tal de optimizar el rozamiento.
Por su parte, el RACE aconseja tener instalada una baca solo cuando se utiliza pues su presencia -aun sin carga- ejerce una resistencia al aire que obliga al vehículo a hacer más fuerza y, por lo tanto, a consumir más combustible. La baca con carga puede aumentar el consumo hasta en un 35%, según este club de automovilistas.
El quinto factor que señala la DGT es una deficiente presión de aire en los neumáticos, fruto de un bajo control de los mismos. “La falta de presión provoca que el vehículo ofrezca mayor resistencia a la rodadura, con lo que el motor tiene que desarrollar mayor potencia para poner y mantener en movimiento al vehículo”, aclara el organismo de seguridad vial.
Este recomienda revisar regularmente, cada dos o tres meses, la presión de los cuatro neumáticos y corregirla si está baja. Por otro lado, los coches más modernos con controles electrónicos nos avisan cada vez que la presión baja de un cierto límite para que mantengamos nuestros neumáticos debidamente inflados.
El sexto factor al que la DGT atribuye un exceso de consumo es la ausencia de revisiones del vehículo. Por un lado, “la diagnosis del motor detecta averías ocultas que producen aumentos en el consumo y emisiones contaminantes” y, por el otro, el “control de niveles y filtros (aceite, líquido de frenos, etc...) son muy importantes para mantener un motor en condiciones óptimas”. La DGT nos recuerda que debemos revisar el coche anualmente o con mayor frecuencia si hacemos muchos kilómetros al año.
El séptimo factor de consumo, siempre teniendo en cuenta que existen limitaciones en capacidad adquisitiva para solucionarlo, es la antigüedad del vehículo. Así, este organismo especifica que “se estima que un vehículo nuevo contamina un 95% menos que los fabricados hace 20 años”.
También sostiene, para terminar, que “los cambios automáticos antiguos ahorran esfuerzos al conductor pero consumen más que los cambios manuales, mientras que los modernos pueden ayudar al conductor a economizar”.
Finalmente, la DGT nos recuerda: “Circular a gran velocidad es uno de los factores que más influencia tienen el consumo de carburante. Para ahorrar tres minutos en un recorrido urbano de 10 Kilómetros, se puede consumir más de un 50% de carburante”.
Cómo conducir de forma óptima, según la DGT y el RACE
1. Arrancar sin pisar el acelerador
La DGT recomienda poner en marcha el motor sin presionar el pedal del acelerador y luego ponerlo en movimiento: en los coches a gasolina, de inmediato; en los diesel, después de unos segundos, para que el aceite tenga tiempo de llegar en condiciones adecuadas a la zona de lubricación).
El calentamiento del motor se realiza con el vehículo en movimiento. El consejo es usar la primera marcha solo para que el coche arranque, y cambiar a segunda lo antes posible: después de dos segundos o unos seis metros, según el RACE. Y luego acelerar poco a poco: tardar al menos cinco segundos para alcanzar los 20 kilómetros por hora.
2. Procurar una velocidad constante
La velocidad es uno de los factores que más influyen en el consumo, explica la DGT. Cuando la velocidad es uniforme, el gasto de combustible es mucho menor que cuando el motor es exigido con aceleraciones y frenazos. Y también se gasta menos al utilizar las marchas más largas, con un número bajo de revoluciones por minuto.
3. Frenar con suavidad
Cuando hay que frenar, conviene postergar el momento de pisar el freno. Si se levanta el pie del acelerador –siempre con una marcha engranada, nunca en punto muerto–, el coche seguirá moviéndose gracias a la inercia pero frenará poco a poco (gracias al freno motor) y durante esos momentos el consumo de gasolina resultará prácticamente nulo. De esa forma, además, se logra una frenada más suave.
4. Apagar el motor en paradas prolongadas
El motor en ralentí —su régimen mínimo, la forma en que funciona cuando el coche está detenido— gasta entre 0,5 y 0,7 litros de gasolina por hora. Por lo tanto, en una parada de unos cuantos minutos, el gasto no es demasiado elevado pero sí completamente inútil. Apagar el motor permite evitarlo.
5. Abrir las ventanillas en la ciudad
Como ya hemos explicado, el aire acondicionado representa un gasto de combustible extra, pues activa el compresor, un dispositivo que va acoplado al motor y que, por ende, lo hace trabajar más.
Debido a ello, si se desea ahorrar combustible, ante la duda entre encender el aire y abrir la ventanilla, esta última es la opción correcta (siempre que se circule a baja velocidad, como en calles urbanas).
6. Encender el aire acondicionado en carreteras y autovías
Ya te hemos contado también que cuando la velocidad es elevada, llevar las ventanillas abiertas puede ser contraproducente e incluso, peligroso. Por un lado, porque el viento ingresa en el vehículo y afecta su aerodinámica: la resistencia al aire es mayor. Esto, desde luego, aumenta el gasto de combustible.
Por el otro, cuando se viaja a alta velocidad, las corrientes de aire hacen que las ventanillas abiertas afecten la estabilidad del vehículo, por lo cual son un riesgo para la seguridad. Teniendo en cuenta estos factores, al circular en carreteras y autovías la recomendación se invierte y se torna conveniente el aire acondicionado.
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