Vázquez: “Iberia no tiene crédito para financiar su renovación de flota”
La Junta de Accionistas de IAG, celebrada el jueves en un hotel junto al aeropuerto de Madrid-Barajas, fue todo lo ruidosa que estaba previsto. En la puerta, decenas de trabajadores de la compañía cantaron la copla “Bienvenido Mister Walsh” y gritaron “Dupuy no es consejero, Dupuy es un trilero”. En el interior, en la sala donde se celebraba la junta extraordinaria, la práctica totalidad de los accionistas que tomaron la palabra fue para verter sonoras acusaciones contra la dirección de IAG, que aguantó el tipo durante todo el acto.
Pese a las protestas, todos los acuerdos sobre renovación de la flota de largo radio para British Airways, de los aparatos para vuelos de medio radio de Vueling y el nombramiento de Enrique Dupuy como consejero ejecutivo del holding fueron aprobadas por los accionistas 'ausentes' por el 99,9% de los votos. A Iberia, como dejaron de manifiesto en el acto los titulares minoritarios de acciones, no se la nombraba una sola vez en la voluminosa documentación repartida entre los asistentes.
Por parte de la dirección de IAG el peso de las intervenciones recayó en el presidente de Iberia y el propio holding, Antonio Vázquez. En su discurso inicial quiso dar un toque de aliento a los trabajadores de la aerolínea española y afirmó que la aerolínea española podrá beneficiarse de las 44 opciones de aviones de largo radio, Boeing 787 y Airbus 350 que se incluyen en el pedido de British Airways y Vueling.
Vázquez, sin embargo, en su intervención al final de la junta aseguró que “a Iberia nadie quiere darle crédito en el mercado para que enfrente su renovación de flota”, porque es un compañía que ha perdido el último año 350 millones de euros y “ha tenido que recurrir a IAG para pagar el costosísimo plan de reestructuración en el que está embargado”.
Accionistas críticos
En sus intervenciones, los accionistas minoritarios de IAG presentes en la sala, en su mayoría trabajadores o jubilados de Iberia, formularon las preguntas que desde hace un par de años han tomado cuerpo en la opinión pública española. “¿Quién ha dicho que los vuelos de Iberia a la Habana, Johanesburgo o Santo Domingo que se han cerrado no eran rentables?”. “Iban siempre llenos y es como si un restaurante se cierra cuando tiene todos los días las reservas completas”. “Los competidores, Air France y Air Europa, se ha apresurado a ocupar su lugar”.
“Cuando se produjo la fusión, Iberia llevaba 13 años (con excepción de 2009) ganando dinero, mientras que British Airways, entonces dirigida por Willie Walsh, tuvo números rojos por 900 millones de libras en 2009 y 2010. Ahora es la compañía británica la que tiene beneficios mientras Iberia está en la quiebra” aseguró otro accionista.
Enrique Dupuy, que durante siete años fue director financiero de Iberia y hoy ocupa el mismo cargo en IAG, fue duramente criticado por accionistas minoritarios en el acto en que fue nombrado consejero ejecutivo del holding. Los intervinientes recordaron que “una negligencia” de Dupuy en la negociación de los seguros de combustible de Iberia en 2009 hizo perder a la compañía varios millones. “En otras compañías a quienes cometen estos errores se les despide, pero en este caso se les ascienden”.
Otro accionista preguntó si la dirección de Iberia tenía pensado “eliminar el puente aéreo después de 40 año en beneficio de Vueling”. Antonio Vázquez contestó que quien había puesto en aprietos a este servicio de vuelos entre Madrid y Barcelona, no era la competencia aérea “sino el tren de alta velocidad”.
Finalmente otro accionista minoritario leyó un párrafo de la documentación entregada por IAG en el que se afirmaba que la renovación de la flota de largo radio de British “va a contribuir al objetivo estratégico del grupo de ampliar sus operaciones en mercados emergentes, tales como Asia y America Latina”, siendo este último un destino tradicional reservado por los acuerdos de fusión para Iberia.