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‘Gran bellotada ibérica’: un escuadrón solidario de guardianes que llenan los bosques de vida

Más de 25.000 personas de España y Portugal se han sumado a un movimiento social que consiste en recolectar y sembrar bellotas en los montes cercanos

Jesús Conde

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Son auténticos embajadores de la naturaleza. Llenan sus talegas de bellotas y las plantan en terrenos baldíos. En montes que fueron pasto de las llamas o allá donde la degradación ambiental ha desnudado el paisaje de troncos y ramas.

Miles de personas se han sumado a la ‘Gran Bellotada Ibérica’, un movimiento social que se ha extendido por toda España y Portugal y que nació hace cinco meses de manera espontánea desde el corazón de la Sierra de Gata, en Cáceres.

A través de las redes surgió un llamamiento ciudadano que invita a la siembra de bellotas y que se ha multiplicado como la pólvora. Ya suma más de 25.000 adeptos en España y Portugal y ha involucrado a medio millar de colectivos y 130 escuelas y 75 ayuntamientos hasta el momento.

Cada semana se organizan nuevas quedadas para recolectar y sembrar en cualquier punto de la Península. Algunos la consideran la acción de reforestación transfronteriza más grande de la historia. Se han sembrado casi dos millones de bellotas y aspiran a terminar la temporada, el próximo mes de marzo, con otro medio millón más plantadas.

El éxito de la campaña reside en una red de personas que se echan al campo, cada una en sus territorios, convencidas de que la mejor forma de luchar contra el cambio climático y la desertificación es plantar vida. Plantar árboles. 

¿Cómo nació la 'bellotada'?

La idea nació a partir del llamamiento lanzado por los ‘guardianes del bosque’, un colectivo de personas que trabaja en la reforestación de las zonas afectadas por el gran incendio de Sierra de Gata (Cáceres) ocurrido en 2015.

Disponen de un albergue cedido por el Ayuntamiento de Villasbuenas de Gata, desde donde ofrecen estancias gratuitas, con alojamiento y manutención para quienes se animen a echar una mano. Hasta Extremadura han llegado voluntarios venidos de Finlandia, Alemania, Brasil o Venezuela. También de Argentina o Sudáfrica, entre otros países.

Con la misma filosofía lanzaron el llamamiento de la bellotada a través de las redes. El movimiento no tardó en recibir la respuesta de miles de seguidores bajo el efecto de una gran bola de nieve que crece cada día. Se ha convertido en un llamamiento viral. 

Rodrigo Ibarrondo, Bongui, es el precursor de esta iniciativa. Incide en que plantar árboles es importante, pero más poderoso es aún el cambio de conciencia que experimenta quien participa en estas experiencias. Las personas que se echan al monte conocen su paisaje, se implican en su cuidado y en el valor de los entornos. En ese momento surge la magia. Todo es diferente, todo cambia.

El resto vendrá más tarde. Cuando la gente se mueve empuja a las administraciones a hacerlo también. “Queremos ver cómo este movimiento dice a gritos que queremos árboles, más árboles, para que la Península Ibérica no se convierta en un desierto. Ese es el empujón que queremos”. 

La bellota, un regalo de la naturaleza 

La bellota es una semilla que se encuentra con facilidad en dehesas y bosques. Es un regalo de la naturaleza del que se han alimentado nuestros ancestros y ha sido sustento de muchas formas de vida. 

Desde la ‘Gran Bellotada’ explican que tiene una gran capacidad de supervivencia. El fruto puede generar hasta un metro y medio de raíz en el primer año, lo que le aporta una gran capacidad de supervivencia en los entornos del clima Mediterráneo. 

Son las madres de los Quercus, un emblema de la Península que da forma a encinas y alcornoques. Suma hasta 11 especies diferentes, entre las que se encuentran también el quejigo, el roble melojo o el carballo. 

Hasta 250.000 nuevos árboles 

Con unas pequeñas claves, disponibles en la web de la guía ‘bellotera’, la gente puede trabajar en sus municipios de manera autogestionada. 

El porcentaje de éxito de la plantación depende de los suelos y de otros condicionantes. En algunos suelos puede tener un porcentaje de éxito de hasta el 50 por ciento, aunque la media suele estar entre el 10 y el 20 por ciento de germinación. 

Para los 'belloteros' la clave está en meter una gran cantidad de bellotas, para garantizar el crecimiento de algunas de ellas. Si se logra sembrar hasta 2,5 millones está campaña se asegurará el crecimiento de al menos 250.000 nuevos árboles. 

Todo el mundo puede participar

Cualquiera puede participar en la recolección de los frutos, es tan sencillo como cogerlos y meterlos en la tierra. No hay que ser un experto bellotero, aunque sí es aconsejable tener en cuenta una serie de indicaciones para que el trabajo sea provechoso. 

En primer lugar hay que saber que las bellotas deben ser locales, adaptadas a cada territorio. No es aconsejable mezclar variedades genéticas ni especies alejadas de nuestros entornos.

También hay que saber reconocer las bellotas sanas, aquellas que son fértiles y tienen brillo y vitalidad. Es necesario coger las que tienen un color homogéneo y marrón. 

Hay que mirar hacia los espacios comunales y zonas públicas, o bien plantar en fincas privadas con el permiso del propietario. El terreno debe estar empapado de agua, tras las lluvias, y la semilla debe plantarse de manera horizontal.

También es importante buscar la sombra de un arbusto, en una zona acorchada por la vegetación, que garantice el crecimiento del retoño. Para evitar exponerlas a los depredadores es aconsejable no remover la tierra.

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