El Ayuntamiento de Vitoria achaca al absentismo la necesidad de cubrir con autobuses diésel la línea del eléctrico

El Ayuntamiento de Vitoria ha alegado que existe un elevado “absentismo” entre los conductores de los autobuses eléctricos de la ciudad (los BEI), de alrededor del 30%, que obliga a cubrir ciertos servicios con vehículos con motores de combustión. El grupo municipal de EH Bildu, desde la oposición, ha llegado a cifrar estos servicios con autobuses diésel en hasta medio centenar en apenas un mes y ha protestado por la negativa a formar a toda la plantilla para que puedan conducir los eléctricos. El Ayuntamiento, por su parte, arguye que el personal asignado al BEI está “sobradamente dimensionado” para sostener el servicio.

El BEI, un autobús eléctrico cuyos convoyes circulan en ciertos tramos de Vitoria segregados del resto del tráfico y por unas gateras diseñadas exclusivamente para ellos, entró en funcionamiento a comienzos de 2022. El Consistorio, que corrige algunos de los datos esgrimidos por EH Bildu, señala que dentro de Tuvisa, la empresa municipal que se encarga del transporte urbano, hay un grupo de 46 personas formadas en la conducción de estos autobuses. Son una docena que trabaja en el turno de mañana, otra docena que lo hace en el de tarde y veintidós que quedan en la reserva. “El grupo de conductoras y conductores específicos de BEI está sobradamente dimensionado en una organización de trabajo convencional”, sostienen.

¿Por qué, entonces, ha habido, según EH Bildu, hasta medio centenar de servicios que han tenido que cubrirse con autobuses con motor de combustión? Desde el Ayuntamiento se considera que el absentismo está por encima de los niveles que serían normales para cualquier empresa del sector privado. En el último mes, que es cuando se han producido los hechos que EH Bildu denuncia, el absentismo ha alcanzado, según sus datos, el 30%, con un 23% por incapacidad temporal. Debería estar, defienden, en no más del 10%. “No era una previsión que entrase en el diseño inicial”, lamentan, y explican que a eso hay que sumar también los permisos, las horas sindicales y otras contingencias, lo que resulta en un conjunto que “rompe un poco la baraja”. “Es una cuestión a investigar”, apostillan. En cualquier caso, señala el Ayuntamiento que no existe una “estadística oficial” esbozada por Tuvisa que refleje cuántos de estos servicios han tenido que cubrirse con autobuses diésel.

EH Bildu, que elevará sus quejas en el pleno municipal del 19 de julio, ha pedido que se forme al conjunto de la plantilla para que todos los conductores puedan llevar los autobuses eléctricos. “Tenemos un servicio de transporte público sostenible y no contaminante que se está dejando de usar porque la presidencia de Tuvisa se niega a formar en a toda la plantilla para que puedan conducir estos vehículos”, se quejan desde la coalición abertzale. El Consistorio sostiene que la decisión de formar a un grupo específico fue “operativa” y se tomó cuando el BEI no era aún más que un proyecto. Arguye que es “revisable” y que se estudiará si procede formar a toda la plantilla. Ya se lanzó una convocatoria interna para crear una bolsa de conductores del BEI y sostiene el Ayuntamiento que es “la solución a corto plazo que más operativa puede resultar”, sin dejar de estudiar otras.