Una metáfora horrenda

Me da la impresión de que Pedro Sánchez no ha acertado al construir su discurso buscando la distancia entre el PP y Podemos. Vamos, que se equivoca. Porque, en realidad, resulta mucho mas atractivo un mensaje que no necesite de los otros para vender algo creíble; una mensaje que suene a verdad y no a viejos esquemas.

,Porque ser un partido centenario no debiera implicar ser un partido viejo. Y, al menos a mí, me pareció realmente vetusta la denuncia de Sánchez sobre la “gran coalición” que, según dijo en su primer Comité Federal, se está produciendo “entre los extremos” (en alusión al PP y a Podemos).

Ya es rancio de por sí aludir a una metáfora que precisamente ha involucrado a socialistas y populares. Nadie se la inventó. Han sido los propios aludidos quienes, en uno u otro momento, se han referido a esa “gran coalición” bien como una posibilidad no descartada o bien como un final indeseable (pero final, al fin y al cabo).

Además, bien sabe el nuevo responsable de Acción Política, Ciudadanía y Libertades, o sea el exlehendakari Patxi López, que, a veces, se reniega en campaña de cualquier entendimiento con un determinado partido y resulta que, tras unas elecciones, y después de sopesar el panorama y las circunstancias, te ves abocado a un pacto con el antes irreconciliable adversario….

En fin, que puede resultar mejor ni mencionar el tema y menos en el momento en el que, como ocurrió el pasado sábado día 13, despejas que sí, que te vas a postular como candidato a la presidencia del Gobierno de España en las próximas elecciones generales.

A lo que iba. Parece un tanto extraño que el primer gran mensaje de Sánchez haya querido pivotar sobre Podemos. Hay demasiados problemas acuciantes sobre la mesa de los ciudadanos, demasiadas incógnitas sobre el futuro como para que el recién elegido secretario general del PSOE se emplee en denigrar a una fuerza emergente que en las pasadas europeas ha dado un susto mayúsculo a los partidos mayoritarios y que, según los sondeos, sigue creciendo sin parar.

Yo entiendo que los portavoces del PP arremetan a diario contra “el populismo” de Podemos. Les escuecen las críticas que sus miembros formulan sobre la acción de gobierno. Me puedo explicar que lo deploren. Pero de un partido como el PSOE quiero esperar algo más. Por ejemplo, debates serios sobre temas concretos. No un eslogan que equipare a formaciones que no tienen nada que ver entre sí.

Sería bueno que la nueva dirección socialista no se deje enredar. Nada le conviene más al PP que las formaciones que se proclaman de la izquierda se dediquen a pelear entre ellas. Nada le interesa que más que el olvido de lo que está sucediendo, de esa corrupción que le corroe, de esas cifras que confirman el aumento insufrible de la pobreza y la desigualdad.

Si el PSOE no quiere que le coman la tostada tendrá que recuperar el crédito perdido. Porque lo ha perdido. Y eso, además de una honradez a prueba de bomba, exige esfuerzo, muchísimo esfuerzo, limpieza e imaginación. Como se puede comprender, nada parecido a lo que engloba esa horrenda metáfora de la “gran coalición”.