'Utopía', cien cocineros de Bizkaia se unen para crear un restaurante de alta cocina por 30 euros: “Solo pagará quien pueda”
Ferrero de foie, steak tartar de buey sobre hojaldre invertido, mostaza ahumada y miel de brezo, mero asado, ajoarriero de algas y salsa cortada de aplonabo y caviar o una tarta de queso al horno con trufa negra son platos que no todo el mundo ha tenido la oportunidad de probar en su vida. Tampoco la mayoría de los 21 ciudadanos de Bilbao seleccionados para testar el primer menú de 'Utopia' un restaurante accesible para todo el mundo y creado por cien cocineros vizcaínos de la Fundación Bisubi.
Los 21 ciudadanos seleccionados han participado en la primera encuesta representativa sobre el Futuro de la Alimentación realizada en Euskadi de la mano de BBK Kuna y han podido probar los platos enumerados al inicio de este artículo y algunos más. “Queremos que personas que normalmente no se acercan a la mal llamada alta gastronomía, porque alta gastronomía también puede haber en un restaurante sin estrellas Michelín, tengan acceso a ella y coman productos de calidad. Dejando atrás la cara elitista de la cocina”, asegura Diego Valdivielso, encargado de guiar a los bilbaínos afortunados a la escuela de hostelería de Artxanda, donde ha tenido lugar la cena.
Así, el objetivo de los miembros de la Fundación Bisubi, entre los que hay chefs con restaurantes que tienen estrellas Michelín como Sergio Ortiz de Zárate o Lara Martín o de bares de Bizkaia en los que se sirven pinchos o menús del día tradicionales, es crear el primer restaurante de alta cocina cuyo menú rondará los 30 euros. “Todo aquel que entre en Utopía puede decidir si quiere pagar o no. Quien puede, paga y quien no, simplemente no lo hace. Una persona puede decidir también dejar pagado el menú de otras que vengan tras él. Aspiramos, para que sea viable, a que el 60% de los comensales pague para que pueda comer gratis el 40% que no puede pagar”, explica Valdivielso.
El chef reconoce que en un principio la Fundación Bisubi quería crear un restaurante solidario, pero la idea fue tomando forma y ahora lo tienen claro: “Para dar comidas ya está el Banco de Alimentos y existen otros proyectos, nosotros lo que queremos es dar un servicio exquisito a aquellos que no están acostumbrados a ir a este tipo de restaurantes. Que haya un camarero por cada dos comensales. Que los productos sean de primera calidad y los platos cuenten con elaboración propia”, sostiene. Algo que parece imposible para una empresa privada, pero que puede hacerse realidad, según confirma, si como fundación cuenta con financiación pública y privada. “Aún no tenemos local, estamos en ello, pero ya hay inversores interesados”, confiesa.
Probando la comida del futuro
Por eso era tan importante que ciudadanos de a pie probaran antes los platos, para asegurarse de que su “utopía” puede llegar a ser posible. “Nos interesaba que personas de distintos ámbitos sociales, económicos y culturales probaran la comida para saber si realmente les interesa consumir esos productos o no. Que tengan la oportunidad de ver si realmente les gusta este tipo de restaurantes sin pensar en el dinero”, detalla Valdivielso.
Durante los días posteriores a la cena, los 21 ciudadanos deberán responder una encuesta en la que determinen qué les ha gustado y qué no. Mientras cenaban, eso sí, todos se mostraban felices. “Yo nunca he ido a un restaurante de estos, no sabía si me iba a gustar o no, pero ha sido un lujo”, aseguraba una de las asistentes. “Está muy bien como experiencia, pero no tiene mucho que envidiar a una buena alubiada”, sostenía otro a la salida.
Los ciudadanos también forman parte de un proyecto para comprobar cómo se están transformando los hábitos sociales relacionados con la comida, cuáles son las tendencias emergentes que se están abriendo paso entre la población, cómo les gustaría que fuera el supermercado ideal del futuro o cómo quieren que se regulen los alimentos menos saludables. Por ello, Nora Sarasola, directora de la Obra Social de BBK e impulsora del espacio Habitantes del Futuro y Braulio Gómez, de la Universidad de Deusto y responsable del proyecto, han presentado una encuesta que concluye que el 61% de los vascos asociará la cocina al placer, que no será habitual cambiar comida por pastillas saciantes o que robots preparen alimentos y que la mayoría de los ciudadanos del futuro va a preferir productos sin plásticos y km0.
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