Un diputado del PP se perfila como sucesor de Rafael Louzán al frente de la Federación Gallega de Fútbol
“Pablo, seguro... o, vamos, la persona que se designe... seguro que va a hacer un un maravilloso trabajo por el fútbol gallego”. Recién nombrado presidente de la Federación Española de Fútbol, Rafael Louzán atendía la llamada de la Radio Galega, donde le preguntaron directamente si le gustaría que Pablo Prieto fuese su sucesor en Galicia. Antes de esa jugada del subconsciente, Louzán se esforzaba por evitar mostrar favoritismos: “Pablo es un trabajador nato, incansable, que lo ha demostrado durante todos estos años, pero a su lado hay un equipo, que entramos como un equipo y salimos como una familia”.
Esa “familia” era la junta directiva de la Federación Galega que, tras la elección de Louzán como hombre fuerte del fútbol español, se ha transformado en una gestora que tiene un mes para elegir un nuevo presidente. Pablo Prieto (Ferrol, 1964) es el que parte en mejor posición. Si Louzán fue durante más de una década presidente de la Diputación de Pontevedra por el PP —hasta que los populares perdieron la mayoría, un lustro antes de su inhabilitación para cargo público—, Prieto es diputado del mismo partido en el Parlamento gallego. Si resultase elegido, tendría que abandonar su escaño.
Exconcejal en Narón —octavo municipio gallego, limítrofe con Ferrol—, es especialista en administración y posee el título de director deportivo expedido por la RFEF. Prieto es, sobre todo, un hombre del fútbol sala: es el responsable de este área en la Federación Gallega, de la que fue vicepresidente. Antes, ejerció como entrenador profesional en España, Libia y Emiratos Árabes y llegó a ser responsable del fútbol sala femenino en la RFEF.
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