Los niños atrapados en una cueva de Tailandia comienzan a aprender a bucear para poder ser rescatados
Los 12 menores que están atrapados en una cueva de Tailandia están siendo entrenados para aprender a respirar con máscaras de buceo para preparar un intento de rescate. Las autoridades tailandesas se esfuerzan en drenar el agua antes de que lleguen las tormentas en una cueva del norte de Tailandia, donde los niños y su entrenador de fútbol quedaron atrapados. Una vez que empiece a llover, la evacuación será “casi imposible” durante meses, según ha indicado un coordinador del equipo internacional de rescate.
Ninguno de los niños sabe nadar. Enseñar a los niños a utilizar los equipos para respirar para poder sacarlos de la cuevas por buzos de rescate se considera la opción más realista. De este modo, podrían sacarles antes de que lleguen las lluvias monzónicas que se esperan a finales de semana.
En estos momentos, están aprendiendo a utilizar el equipo y ninguno ha intentado atravesar el agua que les rodea. Incluso si las autoridades consiguen drenar el agua suficiente como para que los niños gateen la mayor parte del camino de salida, tendrían que atravesar cortos trechos submarinos.
Ruengrit Changkwanyuen, coordinador del equipo tailandés del equipo internacional de buceo en cuevas que localizó a los niños el lunes por la noche, dijo que el grupo permanecía en un terreno elevado a salvo de inundaciones repentinas.
“Pero el equipo de rescate tiene que trabajar rápidamente porque se aproxima una tormenta que llegará a la zona el viernes, y si vuelve la lluvia la cueva se inundará completamente”, dijo Changkwanyuen. “Si eso sucede, será casi imposible enviar suministros o mantener el contacto con ellos”.
Este miércoles, han aparecido nuevas imágenes de los niños que fueron tratados por un médico de la marina tailandesa y que pasó la noche a unos cuatro kilómetros del sistema de cuevas en las que los niños han estado atrapados durante 11 días.
Una enfermera y cuatro soldados también están con el grupo en una caverna elevada cerca de un área que se conoce como Playa Pattaya y están vigilando su estado de salud e intentando mantenerles con ánimos. “Estamos cuidando de ellos como si fueran nuestros propios hijos”, ha dicho Narongsak Osatanakorn, gobernador de la provincia de Chiang Rai.
Las autoridades han asegurado que los pequeños se encuentran mental y físicamente bien después de haber recibido agua y comida, pero que todavía no han podido hablar con sus padres. Ya se ha producido un intento de mandar un teléfono, pero se truncó al romperse el sello impermeable. Ahora lo van a volver a intentar.
“Cuando llegue el teléfono, queremos que las familias hablen con ellos, les aliviará mucho”, comentó este martes un portavoz del Ejército.
Según dijeron este martes las autoridades tailandesas, la extracción no es inminente. “Hoy no podemos hacerlo”, dijo Osatanakorn durante una sesión informativa matutina. “Tenemos que estar 100% seguros de que todos los niños salen al mismo tiempo. Algunos podrían estar listos antes que otros. Si no están listos, o es arriesgado, no los sacaremos”.
Las autoridades se aferraban a su plan principal de tratar de drenar la suficiente agua de la cueva para permitir que los niños fuesen rescatados. También ayudó que las labores se produjesen durante un día inusualmente seco en Mae Sei.
“Lo más importante es reducir los niveles de agua”, dijo Osatanakorn. “El agua ya ha disminuido mucho, pero cuando llueve no podemos hacer nada. Si no llueve, podríamos conseguirlo. Pero el tiempo es limitado”. En estos momentos, están bombeando más agua y los buzos están intentando sellar los agujeros que hay en las rocas que rodean a los niños. Pero no pudo dar un plazo para la evacuación: “Todo está en el aire”.
Además de encontrar formas de sacar a los niños en los próximos días, las fuerzas especiales de la marina también están planificando un escenario en el que el rescate no sea posible. Se preparan para enviar alimentos y suministros médicos suficientes para los próximos cuatro meses, tiempo que podría durar el monzón.
Los soldados tailandeses llevaron a cabo un primer simulacro de evacuación el martes por la tarde, bloqueando las ramificaciones para formar una columna desde la boca de la cueva hacia un campo en el que hay preparadas 13 ambulancias que les llevarían al hospital.
Llegado el caso, cada niño contará con un psicólogo y uno de sus padres cuando estén en la ambulancia. El grupo lleva dentro de la cueva desde el 23 de junio, entraron tras un entrenamiento de fútbol y quedaron atrapados cuando se elevó el nivel del agua.
Traducido por Cristina Armunia Berges