Paula White, la pastora 'enviada' por Dios para ayudar a Trump
Paula White, pastora y consejera espiritual de Donald Trump, recrea una escena que tuvo lugar durante una cena privada en la Casa Blanca el mes pasado y que más tarde fue noticia porque puso de manifiesto la firme oposición de Trump al aborto.
La noche antes del Desayuno de Oración Nacional Trump se acercó al senador estadounidense Chris Coons, demócrata y presbiteriano, para hablarle de tres medidas que se acababan de aprobar y que protegen la despenalización del aborto en el estado de Nueva York. Los evangélicos como White se oponen a este paquete de medidas.
Trump situó su cara por encima del hombro del demócrata, de modo que casi estaban cara a cara, y le susurró el siguiente comentario en la oreja: “Así que, puedes hacerle eso a un bebé... Y no es un ser humano, ¿verdad? ¿Y esto no te causa ningún conflicto?”. Acto seguido le preguntó: “¿A esto no se le llama asesinato?” “El rostro de Trump estaba justo frente al del senador y yo no me lo podía creer”, recuerda White. Se inclina sobre una mesa llena de adornos en el comedor de su casa en Florida, una vivienda de casi 600 metros cuadrados.
White dirige una gran iglesia en Florida y hace de puente entre la comunidad evangélica, a la que ha tratado durante décadas, y un presidente que, según ella, no habla en “cristiano”. Aunque ha conseguido esquivar el escrutinio al que están sometidas algunas de las personas que integran el círculo de Trump, White no está exenta de polémica. Está en contacto telefónico permanente con el presidente y es la consejera espiritual de algunos miembros de la familia Trump.
El hecho de que White haya optado por compartir esta anécdota pone en evidencia por qué la pastora podría serle útil a un presidente que con un pasado de playboy de Manhattan y varias exmujeres podría no ser la opción más clara para la derecha cristiana.
Semanas después de la cena, fuentes anónimas le contaron al medio de comunicación Politico la tensa escena. Al menos un senador republicano que estaba presente en el evento negó el relato, pero lo cierto es que Trump ya había conseguido ganar puntos entre la base evangélica, ya que su reacción pondría de manifiesto que su postura contraria al aborto obedece a una convicción personal y no a un cálculo político.
“Lo más irónico es que Trump no tuvo que salir a la calle para captar el voto de los evangélicos”, indica White: “No tuvo que salir y pedir su voto, para nada”.
White, que con frecuencia habla de la fe sincera y profunda del presidente, afirma que su papel de consejera de Trump es “una tarea que le ha sido encomendada por Dios”. Ella pronunció la invocación en la toma de posesión del presidente y desde entonces ha estado presente en importantes eventos, como la “cena de Estado” organizada el verano pasado, en la que Trump invitó a cien evangélicos. De hecho, antes de la cena, White participó en un debate con un grupo reducido y exclusivo de asistentes.
La pastora ayuda a organizar los eventos de la Casa Blanca para la comunidad de creyentes y opina sobre medidas que la Administración planea impulsar. The Guardian contactó con la Casa Blanca para este reportaje, pero la Administración no ha respondido a esta petición antes de la publicación del mismo.
Como muchas otras personas del círculo de Trump, White no está exenta de polémica. Suelen describirla como la mujer “que le guió hacia Jesús”, pero también como “una charlatana”. Su iglesia en Florida y su faceta como telepredicadora le han hecho multimillonaria y está en el punto de mira de los investigadores del Congreso.
Algunos observadores políticos ven la alianza entre Trump y la comunidad evangélica como un matrimonio de conveniencia: él necesita sus votos, ellos necesitan a alguien que impulse su agenda. Pero White no lo percibe de este modo.
“El interés de Trump hacia la comunidad evangélica es real”, afirma. Explica que en un encuentro con Trump que tuvo lugar en 2011, este le preguntó si podía traer a un grupo de pastores para rezar en grupo y decidir si debería presentarse como candidato presidencial.
“Vinieron unos 25 o 30 pastores y durante seis horas estuvimos rezando en la Torre Trump de Manhattan”, recuerda. Afirma que Trump rezó la mitad del tiempo que pasaron con él. “Tenía un interés real. Quería que le transmitiéramos la opinión de Dios. Realmente quiere devolver la grandeza a Estados Unidos, es un deseo real, no un eslogan”.
Donar el primer mes de salario a la iglesia
White ha recorrido un largo camino desde que fundó su primera iglesia en Tampa, Florida. Ahora vive en la comunidad Bluegrass Estates en Apopka, Florida, cerca de su ministerio pentecostal, New Destiny Christian Center. El conjunto de casas de un millón de dólares con establos privados se encuentra en una comunidad cerrada al otro lado de una carretera de remolques cubiertos de algas. La seguridad es estricta. Cuando entré por primera vez en Bluegrass Estates, me siguió un Cadillac Escalade equipado con luces azules intermitentes. “¿Quién eres?”, me preguntó un hombre tras bajar el cristal tintado. “Te estoy haciendo una pregunta”, me espetó y me amenazó con llamar a la policía. Cuando mencioné el nombre de White, él indicó que era “una señora muy agradable y buena”.
Lo cierto es que White no ha recibido ningún tipo de formación religiosa, pero afirma que cuando tenía 18 años tuvo una visión y se le apareció Dios y le pidió que predicara el Evangelio. Ese mismo año tuvo a su hijo, Brad Knight. Se divorció poco después. Durante dos años no hizo nada más que estudiar la Biblia, y al poco tiempo fundó una iglesia junto con su segundo marido, Randy White.
A principios de la década del 2000, a medida que su iglesia fue ganando influencia, Randy hizo declaraciones al Tampa Bay Times y afirmó que las iglesias tenían que creer en su producto. “Mi producto es Jesús”, señaló.
Para entonces, White ya estaba retransmitiendo sus mensajes a través de la televisión cristiana regional, que también se ve en Mar-a-Lago, y en BET. Su iglesia había conseguido más de 20.000 feligreses, lo que la convertía en una de las más grandes del país. White explica que Trump la llamó sin previo aviso un buen día, repitió tres de los mensajes que ella había transmitido por televisión y le dijo que creía que ella tenía “gancho”.
White comenzó a ir más a menudo a Nueva York y más tarde ella y su marido se compraron un apartamento en el edificio de Trump en Park Avenue (está a la venta por 3,9 millones de dólares, su precio fue rebajado recientemente). White cree que su relación con Trump es una misión que le ha asignado Dios que “me pidió que le mostrara a Trump quien es Él”.
“Como pastora tengo contacto con miles de personas, o millones, pero en algunos casos muy concretos ha sido Dios el que me ha ordenado que hable con ellas”, explica. “Dios me llamó para que hablara con Trump”.
Gran parte de la polémica en torno a White se debe al hecho de que enseña el “evangelio de la prosperidad”, que sostiene que la fe y las donaciones a causas religiosas traerán la prosperidad económica de los feligreses, así como su salud espiritual. Tan recientemente como el año pasado, White animó a los miembros de su congregación a donar su primer mes de salario a su iglesia para disfrutar de las bendiciones de Dios.
La clase millonaria conservadora de Florida se mueve en un pequeño círculo social y White parece haber encontrado compañía entre los partidarios de Trump. El exarrendatario de White es David Siegel, el magnate cuya esposa apareció en el documental Reina de Versalles cuando la familia construyó una réplica de 8.000 metros cuadrados del palacio francés.
White está ahora casada con Jonathan Cain, el teclista de la banda de rock Journey, y a menudo viajan juntos, incluyendo los desplazamientos a la capital para ver al presidente. Dos investigaciones del Congreso, una en 2004 y otra en 2007, concluyeron sin que se detectara ninguna irregularidad.
White coordina reuniones con líderes religiosos en la Casa Blanca y con la Oficina de Enlace Público sobre varios temas humanitarios, incluyendo la crisis venezolana. También ha asesorado al presidente en situaciones concretas, como por ejemplo en lo relativo al traslado de la embajada de Estados Unidos en Israel de Tel Aviv a Jerusalén (White le dijo a Trump que estaba tomando la decisión correcta).
Se ha convertido en una defensora del presidente fuera de la capital, Cuando algunos medios informaron de que la Administración Trump estaba separando a los niños migrantes de sus padres en la frontera, White le dijo a la Red de Radiodifusión Cristiana que si Jesús “hubiera quebrantado la ley entonces habría sido pecador y no habría sido nuestro Mesías”. Después de que el huracán María azotara Puerto Rico, causando la muerte de 3.000 personas, White le dijo a Charisma News que ella “trabajaba diariamente con la Casa Blanca en los esfuerzos de socorro” y que las autoridades de la isla le habían dicho que “el Gobierno, el Ejército y la Guardia Nacional eran maravillosos”.
En el transcurso de la entrevista con The Guardian, White elogió a Trump por sus ataques a la enmienda Johnson, que prohíbe a las instituciones religiosas expresar abiertamente sus opiniones políticas, y dijo que esperaba que el aborto fuera “revocado”, en referencia a la decisión del Tribunal Supremo de Estados Unidos que lo legalizó a nivel nacional.
Pero cuando se trata de Dios, afirma que no toma partido político. “La gente me pregunta: 'Si Hillary te pidiera que rezaras por ella, ¿lo harías?' Claro que sí, pero no tengo una relación con ella. Con Trump tengo una relación de 18 años. En su opinión, lo que es realmente relevante es que nunca había aceptado un favor de Trump y nunca había aceptado dinero por la labor que hace con él”.
“Bush me ha cortejado, también Clinton y Obama, así como Mitt Romney”, afirma. Cree que interesa a los políticos porque es la pastora de una gran iglesia y una conocida telepredicadora. “Bernie Sanders nunca me lo ha pedido, pero si me pidiera que rezara por él, lo haría”.