Un viejo buque oxidado, encallado y convertido en base militar eleva la tensión entre China y Filipinas
Filipinas, Estados Unidos y China protagonizan una disputa internacional por un barco oxidado que se ha convertido en un puesto militar clave en el mar de China Meridional.
El destartalado navío de la Segunda Guerra Mundial fue encallado deliberadamente en un pequeño arrecife del mar de China Meridional por Filipinas en 1999 y, desde entonces, Filipinas ha mantenido a bordo un pequeño contingente de soldados de marina para defender las reivindicaciones del país en estas aguas tan disputadas.
El buque militar fue construido por EEUU durante la Segunda Guerra Mundial y también fue utilizado durante la guerra de Vietnam (1955-75). Posteriormente, fue transferido a Filipinas, a quien sigue perteneciendo.
El mar de China Meridional, de gran importancia estratégica, es objeto de reivindicaciones territoriales por parte de China y los países del sudeste asiático y es considerado un punto caliente en esta zona conflictiva.
Zona caliente
Las tensiones se han intensificado bajo el mandato del presidente de Filipinas, Ferdinand Marcos Jr, que ha elevado su tono al acusar a China de agresión y, al mismo tiempo, ha estrechado sus relaciones con EEUU, país con el que tiene un tratado de defensa mutua.
El sábado pasado, Filipinas, EEUU, la Unión Europea, Francia, Japón y Australia condenaron el comportamiento de Pekín después de que los guardacostas chinos dispararan cañones de agua contra un buque guardacostas filipino.
Filipinas intentaba entregar alimentos, agua, combustible y otros suministros a sus soldados desplegados en el buque encallado, el 'Sierra Madre', ubicado en el banco de arena Second Thomas, también llamado Ayungin, un atolón del archipiélago de las islas Spratly (que se disputan China, Filipinas, Vietnam, Taiwán, Malasia y Brunéi).
China ha pedido repetidamente que el oxidado navío sea retirado y la embajada china en Manila ha acusado a Washington de “incitar y apoyar los intentos de Filipinas de reacondicionar y reforzar” el Sierra Madre, y de animar a sus aliados para “explotar con fines sensacionalistas” la situación en el mar de China Meridional.
El Mar de China Meridional no es un coto de caza para que países ajenos a la región se inmiscuyan, siembren la discordia y provoquen conflictos
“También me gustaría subrayar que el Mar de China Meridional no es un coto de caza para que países ajenos a la región se inmiscuyan, siembren la discordia y provoquen conflictos”, ha señalado la embajada china.
El Ministerio de Asuntos Exteriores de China también ha acusado a Washington de amenazar a Pekín con su tratado de defensa mutua con Filipinas. “Estados Unidos ha estado apoyando abiertamente a Filipinas mientras infringe la soberanía de China, pero esas maniobras fracasarán”, ha afirmado un portavoz de Exteriores.
Aunque no es una de las partes en la disputa, EEUU considera que el mar de China Meridional es crucial para sus intereses nacionales y, además, tiene un tratado de defensa mutua con Filipinas.
El martes, el secretario de Defensa estadounidense, Lloyd Austin, subrayó la “sólida naturaleza de la alianza entre Estados Unidos y Filipinas” en una llamada con su homólogo, el secretario de Defensa Nacional filipino, Gilberto Teodoro Jr.
En esa llamada, Austin afirmó que el tratado entre ambos países –en virtud del cual EEUU defendería a Filipinas si sus buques y sus fuerzas fueran objeto de ataque– se aplica a las embarcaciones y fuerzas de los guardacostas en el mar de China Meridional.
Reivindicaciones históricas
China reivindica prácticamente todo el mar de China Meridional, incluido el banco de arena Ayungin donde está encallado el Sierra Madre, aunque un tribunal internacional de La Haya declaró en 2016 que no tiene derechos históricos sobre esa zona.
El Ministerio de Asuntos Exteriores chino reiteró el martes su rechazo al fallo de ese tribunal: “El arbitraje sobre el mar de China Meridional fue una farsa política escenificada en nombre de la ley, con Estados Unidos moviendo los hilos entre bastidores”.
Manila ha acusado en numerosas ocasiones a los guardacostas chinos de bloquear las misiones de reabastecimiento destinadas al buque Sierra Madre.
En febrero, la Guardia Costera filipina acusó a la Guardia china de dirigir un láser de tipo militar contra uno de sus buques, cuando intentaba apoyar una misión de la Armada para llevar alimentos y suministros a sus tropas estacionadas en el banco de arena Ayungin, tal y como se conoce en Filipinas, que se encuentra dentro de la zona económica exclusiva de este país.
El martes, el portavoz del Ministerio de Defensa Nacional chino, Wu Qian, declaró que sus guardacostas habían bloqueado el barco filipino “de acuerdo con la ley y tomado todas las medidas necesarias para garantizar el cumplimiento” de la misma.
Los analistas señalan que, históricamente, las autoridades chinas han diferenciado entre los intentos de Filipinas de reabastecer al barco con productos humanitarios y con material de construcción o militar. El Ministerio de Defensa chino señaló que sólo había atacado los barcos filipinos que transportaban materiales de construcción destinados al Sierra Madre.
China ha afirmado que el último incidente con un cañón de agua fue una “advertencia” y que ha ejercido una “moderación racional” en todo momento. También ha reiterado sus peticiones de que Filipinas remolque el Sierra Madre, afirmando que ese país había prometido retirarlo anteriormente.
El despliegue de una estación militar filipina en sus propias áreas de jurisdicción es un derecho inherente de Filipinas y no vulnera ninguna ley
Pero las autoridades de Manila lo niegan. El Ministerio de Asuntos Exteriores filipino ha indicado que la “estación permanente” en el atolón Second Thomas es una reacción a la “ocupación ilegal” por parte de China del cercano arrecife de Mischief, en 1995. “El despliegue de una estación militar filipina en sus propias áreas de jurisdicción es un derecho inherente de Filipinas y no vulnera ninguna ley”, ha añadido Exteriores.
Por su parte, el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de Filipinas, Jonathan Malaya, ha afirmado que el país “nunca abandonará el banco de arena Ayungin”.
Este artículo se ha elaborado con información de la agencia de noticias France-Presse.
Traducido por Emma Reverter.
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