Esperanza y un punto de escepticismo en los barrios madrileños que votan a la izquierda: “Podría haber sido en abril”
Una mujer sentada en la barra de un bar de Vallecas (Madrid) no se lo puede creer. Los líderes de PSOE, Pedro Sánchez, y de Unidas Podemos, Pablo Iglesias, acaban de llegar a un preacuerdo este martes para intentar formar un Gobierno de coalición tras la repetición electoral del 10N. Apura la cerveza y un bocadillo de calamares e interpela al camarero: “¿Has oído?”. En el barrio, donde este domingo la izquierda obtuvo la mayoría de votos, vecinos se preguntan si es verdad que los dos partidos han conseguido acordar en 48 horas lo que no pudieron en seis meses. Para algunos es “indignante”. Otros creen, en cambio, que “algo tenían que hacer”.
El camarero le responde que se lo ha escuchado a un cliente, pero no sabe si es cierto. “Qué raro”, insiste ella desde una esquina junto a la máquina de tabaco. “Todavía tienen que formar Gobierno”, le advierte el camarero, Juan, de 25 años. A un hombre que ha hecho una pausa para tomarse un tercio le da igual: “Yo tengo que seguir trabajando [pese al acuerdo]”.
Eugenia, de 69 años, se ha enterado por la televisión. En ese momento, asegura, estaba pensando en que seguro habría nuevas elecciones. “Hubiese sido un cachondeo, que ya lo es”, opina en la barra del bar donde toma un refresco después de salir de la peluquería. Acepta el acuerdo “con tal de no volver al lío”, pero dice lo que mucho repiten en los bares: “Podrían haberlo hecho en abril y ahorrarnos estos meses”.
El documento programático al que han llegado Sánchez e Iglesias este martes pone el foco en las políticas sociales, que es donde PSOE y Podemos tienen más coincidencia. El texto menciona de forma general la sanidad pública, la crisis climática, el feminismo, la dependencia, la eutanasia, el animalismo y la memoria. Las diferencias, por ahora, las han dejado de lado.
“La última vez que [Pedro Sánchez] salió en la tele dijo que no iba a poder dormir tranquilo si estaba Podemos en el Gobierno”, recuerda Miguel, de 32 años. “Es que ahora cambió de pastillas para dormir”, le apunta David, el hombre con el que conversa. Pese a la broma, le parece “maravilloso” el acuerdo “porque no va a entrar la derecha”. “Siempre y cuando vaya todo para adelante”, aclara. Tras el preacuerdo de este martes, PSOE y Podemos aún necesitan los apoyos necesarios para sacar adelante la investidura.
En otro bar, en Lavapiés, el bastión de Unidos Podemos en la capital, Jorge, un estudiante de 23 años, se pregunta cómo gestionarán ambos dirigentes “el tema catalán”. “Mi duda principal es Esquerra”, dice. Para conseguir formar Gobierno, el bipartito necesita, además de sus escaños, el apoyo de Más País, de PNV y de PRC, el de algunos partidos minoritarios, y que Ciudadanos vote ‘sí’ o que ERC, que ha exigido una mesa de negociación política antes de la investidura, se abstenga.
Juanjo, militante del PSOE, no es demasiado optimista por “experiencia”. Cree que si consiguen formar Gobierno, será una legislatura corta: “Cuatro años no va a aguantar porque los acuerdo a ocho partidos… Pff”. Está “contento” con la noticia, pero es cauto. En sus años de sindicalista y militante, ha visto que “ciertos apoyos se han traicionado”, según explica. Lo mismo siente Emilio, militantes de Podemos. Aunque tiene “mucha esperanza y alegría”, no confía: “Me imagino que se activó porque Sánchez no ha conseguido el objetivo que pensaba”.
Jadiael, miembro de Juventudes Socialistas, en cambio, confía en que los dos partidos “gestionarán las diferencias”. Dice que el grupo de WhatsApp de los jóvenes era “una verdadera fiesta” tras el anuncio. “La España del presente y del futuro es plural y progresista”, afirma.
Francisco, de 68 años, también está “contento” con el acuerdo, pero se queja porque dice que “llegan muy tarde”. Recuerda que en abril PSOE y Podemos juntos tenían 165 escaños, mientras que ahora suman 155 y la ultraderecha de Vox ha conseguido 52. Al lado suyo, María José dice que le duele la cabeza cuando piensa en el tema: “Me parecen unos sinvergüenzas, aunque unos más que otros”. Está enfadada: “Podemos tendría que haber aguantado más”.
Otros dicen que hubiesen preferido “una gran coalición” con PSOE y PP y hay quienes van a por todo. “Un buen Gobierno hubiese sido el de Ciudadanos, PP, PSOE y Podemos”, defiende Olga, en un bar de Carabanchel. “Llegaron a un acuerdo presionados”, opina. “Jolín, qué rápido lo han hecho”, dice una compañera de trabajo con la que desayuna y no sabía nada del acuerdo. “Ha sido con abrazo y todo”, le señala otra mujer. “¡Qué decisión más inteligente! Porque si no los hubiesen machacado”.
En otro bar sobre la Calle General Ricardos, donde PSOE y Podemos consiguieron más de la mitad de votos, Soledad, de 69 años, opina que ha sido “lo más coherente dado el panorama”. “Nunca es tarde cuando la dicha es buena”, cita. “Espero que puedan llevar las cosas aunque no esté de acuerdo en todo”, continúa mientras hojea un periódico que lleva en la portada la foto del abrazo entre dos dirigentes que hasta hace unos meses se miraban de reojo.