Los manteros de Madrid abren tienda en Lavapiés para tratar de dejar la calle
Están hartos de decirlo, las personas que sobreviven con la venta ilegal de productos en las calles de Madrid quieren poder dejar de hacerlo. “Los manteros no quieren ser manteros”, afirma Malick Gueye, actual portavoz del singular sindicato que los aúna. Desde esta organización, formada por manteros, ex manteros y activistas, llevan tiempo buscando una fórmula para que quienes se ven en la necesidad de recurrir a la venta de productos en la calle sin permiso para sobrevivir puedan obtener ingresos por otras vías.
El resultado más inmediato de esa búsqueda se llama Pantera, un proyecto y una marca que arranca materializándose en forma de tienda en el número 54 de la calle Mesón de Paredes, en Lavapiés, a partir de este viernes.
“Se trata de una iniciativa de economía comunitaria que ayudará a los manteros a generar su propia forma de ganarse la vida”, asegura Gueye. “La tienda y su gestión, el diseño de los productos que se venderán en ella, su confección... Todo parte de los propios manteros, a los que un grupo de voluntarios está formando en diferentes labores de este negocio, además de aprovechar los propios oficios que tenían antes de llegar a España”, señala el portavoz del sindicato, que destaca, por ejemplo, la importante cantidad de costureros que hay entre ellos.
Los productos que estarán disponibles en Pantera irán en aumento a media que la experiencia e ideas de las personas responsables de esta marca crezcan. “La evolución va a depender de lo que los manteros decidan que quieren hacer. Comenzaremos confeccionando camisetas y bolsas y, luego, iremos viendo”.
La crisis provocada por la Covid-19, con el confinamiento obligado y las consiguientes medidas preventivas, golpeó con dureza al colectivo de manteros privándoles de poder vender en la calle, su única fuente de ingresos, y aceleró la idea que venían rumiando desde tiempo atrás en el sindicato de la necesidad que tenían de hallar medios alternativos de subsistencia.
A principios del pasado abril, el ex portavoz del sindicato Serigne Mbayé, hoy diputado de la Asamblea de Madrid por Unidas Podemos, dejaba intuir en conversación con este periódico lo que a partir de hoy es ya una realidad gracias a Pantera: “Estamos pensando en otras formas de superar esta crisis y de sacar a los compañeros de la manta porque no estamos deseando que se acabe todo esto para volver a ella, sino que buscamos fórmulas para que cuando pase la pandemia, y aunque se nos espere en las calles, no nos vean ahí. Buscamos ideas y formas de generar trabajo y papeles para los compañeros y que puedan buscarse la vida de otra forma”.
Como no podía ser de otra forma, Pantera es también un espacio y un proyecto reivindicativo y de lucha contra el racismo. La denuncia de una Ley de Extranjería que no permite que migrantes en situación administrativa irregular trabajen legalmente en España y evidenciar la discriminación institucional y la criminalización que aseguran sufre este colectivo están, entre otras causas, en el ADN de Pantera y se harán evidentes, por ejemplo, en los mensajes y motivos que aparezcan en los productos que tengan a la venta.
Pantera echa a andar con colaboradores, constituida como asociación. Entre sus prioridades, contratar a migrantes sin papeles para regularizar su situación en el país, según Malick Gueye.
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