Consejos para hacer la Ruta 66 y disfrutarla
Circular por la llamada Calle Principal de América o Carretera Madre es un sueño para muchos viajeros. Nos referimos, claro está, a recorrer la famosa Ruta 66, la que conduce de Chicago a Los Ángeles a lo largo de cerca de 4.000 kilómetros de un paisaje icónico que se ha metido en nuestras cabezas a través de múltiples referencias culturales.
Sin embargo, al igual que hay sueños que difícilmente podremos realizar, éste está más al alcance de nuestra mano de lo que muchos podríamos imaginar, sobre todo si tenemos la precaución de contar con una buena planificación previa al viaje que empiece por elegir la época del año para realizar el trayecto y que continúe trazando con minuciosidad el itinerario que seguiremos, teniendo muy en cuenta los sitios en los que parar para comer y dormir. Por supuesto, también deberemos solicitar con tiempo una autorización ESTA para viajar a EEUU.
Internet -hoy en día casi todo se puede hacer a través de la red- y la mayor antelación posible serán nuestros dos grandes aliados a la hora de tratar de convertir ese sueño en realidad y conseguir que nuestro viaje por una de las más míticas carreteras del mundo sea tan redondo y satisfactorio como imaginamos, además de lo más económico posible.
La primavera o principios de otoño es la época del año más recomendable para lanzarse a recorrer kilómetros de la Ruta 66, huyendo de los meses de frío y de calor intenso. Reservar los billetes de avión a Estados Unidos con tiempo nos permitirá ahorrar un buen puñado de dólares, que luego podremos emplear en disfrutar más de un viaje que pide a gritos ser vivido sin demasiada prisa.
Si quisiéramos optar por el recorrido clásico, partiremos de la ciudad de Chicago, pues la Ruta 66 era la carretera que cogían quienes se dirigían al Oeste americano. En el mismo aeropuerto de nuestra ciudad de partida podremos recoger el coche con el que viajaremos y que previamente es recomendable haber reservado.
No es difícil alquilar un vehículo en EEUU pero cabe tener claro que ésta será una de las partidas más costosas del viaje: bastará contar con un permiso de conducir en regla, aunque para más seguridad se recomienda viajar con el carnet internacional y, además de eso, necesitaremos una tarjeta de crédito.
Por otra parte, aunque puede que nos gusten las improvisaciones, que no dejan de ser algo esencial en todo viaje que se precie, como hemos advertido con anterioridad, haber hecho el trabajo de pensar los kilómetros que recorreremos cada jornada y de fijar los puntos en los que comeremos o dormiremos, será lo más conveniente.
Como protagonistas de nuestra propia road movie serán muchos los estímulos que nos salgan al paso mientras avanzamos por largos llanos hacia el lejano oeste. No nos olvidemos de que el viaje es el camino y aprovechemos la oportunidad de que pasamos cerca, quizá por única vez en la vida, de distintos reclamos turísticos de primer orden para visitar tantos como podamos.
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