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Opinión - Cada día un Vietnam. Por Esther Palomera

Vecinos contra el trazado y las obras del primer bus rápido de Almeida: “Nos trae más problemas que beneficios”

Manifestación contra las obras y el trazado del primer Bus Rapid de Madrid, el pasado 16 de mayo.

Guillermo Hormigo

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El alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, anunciaba en febrero una de sus medidas estrella en materia de movilidad para el fin de legislatura: la llegada de Bus Rapid Transport, marca con la que impulsar los autobuses de alta velocidad y capacidad, una opción más barata que la construcción de tranvías pero con resultados parecidos en grandes ciudades. La primera línea, de inmimente inauguración y que ya ha empezado a circular en pruebas, se ha dirigido a zonas residenciales del norte de la capital con necesidades en materia de transporte. Conecta Valdebebas con el Hospital Ramón y Cajal, atravesando el área residencial de Sanchinarro (en el distrito de Hortaleza). Sin embargo, lo que parecía un proyecto innovador que respondía a reclamaciones dotacionales ha derivado en protestas de muchos vecinos que se están movilizando en la calle.

Socorro Sáez, presidenta de la Asociación Vecinal Sanchinarro, explica a Somos Madrid unas reclamaciones por las ya se han manifestado en una ocasión mientras preparan la segunda: “Siempre hemos solicitado un autobús que nos conectara con nuestro hospital de referencia y a la vez diera servicio a los barrios colindantes. Que además sea eléctrico nos parece muy bien. El problema es cómo se está haciendo. En avenidas como la de Francisco Pi y Margall se ha suprimido un carril y se han instalado nuevos semáforos para garantizar la correcta circulación del bus rápido, lo que entorpece el tráfico. Pero la preocupación principal está siendo la eliminación de carriles y plazas de aparcamiento en el entorno de nuestro centro de salud”.

Situado en la calle Ana de Austria, que después de la reforma pasará a tener un único carril disponible para el tráfico de vehículos ya que el otro quedará reservado a Bus Rapid, este ambulatorio da servicio además al barrio de Las Tablas hasta que se complete la construcción de su propio centro (previsto para después del verano). “Ya hemos visto durante las obras los problemas que se producen en el tráfico cuando un coche estaciona o efectúa maniobras para que se atienda a alguien con movilidad reducida. Se forman cuellos de botella y va a haber muchísimos atascos, con la consiguiente contaminación y los riesgos de posibles accidente que eso supone”, señala Socorro.

Por si fuera poco, en la misma calle también hay una escuela infantil: “En las horas de entrada y salida muchas madres y padres dejan los coches en doble fila, así que todo se complica todavía más. Si ya teníamos problemas de circulación antes, ahora tememos lo que pueda pasar”. Socorro dice que se hubiesen contentado con una línea tradicional de autobús que les conectase con el Ramón y Cajal, sin incidir en el tráfico: “Nos trae más problemas que beneficios”.

Otra de las preocupaciones que detalla es “la falta de transparencia” en el proceso: “El proyecto no se ha publicado, así que por supuesto no se han podido llevar a cabo sugerencias ni alegaciones. Hemos solicitado información pública y no nos han contestado”. Sí reconoce que han mantenido un encuentro con la Dirección General de Planificación, Infraestructuras y Movilidad, aunque en ella tampoco pudieron acceder a los pormenores de las obras o el trazado final: “No sabíamos, por ejemplo, que se iban a talar árboles para instalar las marquesinas, o a destrozar algunos parterres recién repoblados. Ya desde el principio nos llamó la atención que se levantara el asfalto del barrio apenas unos meses después de que se hubiese renovado por completo”.

No obstante, fuentes del área de Medio Ambiente y Movilidad del Ayuntamiento defienden la iniciativa municipal en declaraciones a este medio: “Hemos llevado a cabo todos los estudios de movilidad oportunos para su implementación y dado a conocer toda la información desde el primer minuto. Es un proyecto pionero que va a a beneficiar a los vecinos. En nada van a poder probarlo ellos mismos”.

La organización vecinal reivindica aun así un “replanteamiento” del proyecto, al menos en puntos estratégicos como los alrededores del centro de salud, tal y como reclamaron en una concentración el pasado 16 de mayo. Han convocado otra para el 30 de mayo, además de publicar una petición en change.org que supera las 1.600 firmas.

Así funciona el bus rápido que ya propuso Más Madrid

Este nuevo transporte municipal ha sido fabricado por las empresas Irizar y e-mobility, beneficiaria de 90 de los 150 autobuses eléctricos adjudicados recientemente por la Empresa Municipal de Transportes. En concreto, se trata del modelo ieTram, similar al que circula en otras ciudades como Valladolid. Está provisto de cámaras en vez de retrovisores, que proyectan sus imágenes en dos pantallas situadas a cada lado del asiento del conductor. En su interior, la disposición de elementos está concebida para admitir un elevado aforo con accesibilidad universal para los usuarios.

Almeida anunció la apuesta del consistorio por este modelo tan solo un día después de que la candidata a la alcaldía de Más Madrid, Rita Maestre, prometiese construir una Red de Bus de Alta Velocidad (BAV) que estaría compuesta por 155 vehículos y 207 kilómetros de vías reservadas, a través 11 líneas que servirían para cubrir toda la ciudad. La formación hablaba de un “sistema que pueda llevar a más de 300.000 viajeros en hora punta y que descongestiona otras vías alternativas con un servicio mucho más rápido que el actual”.

La llegada del bus rápido ha traído aparejada el primer sistema de prioridad semafórica para autobuses, de forma que este transporte público encuentre en verde todos los discos durante la mayor parte del trayecto. Con ello no tiene que detenerse en un semáforo rojo de cruce. La única excepción es la coincidencia con el tren ligero en el cruce de la avenida de Pi y Margall con la calle Príncipe Carlos, en la que el tren ligero tendrá prioridad.

Las tarifas serán las mismas que las del resto de red de transportes de la EMT. Además, Bus Rapid dispondrá de un sistema de venta previa de billetes sencillos en marquesina que solo admite dinero en efectivo, de manera que el conductor no tenga que intervenir, lo que también reduce tiempos de trayecto. Dentro del bus, las máquinas validadoras tendrán capacidad de lectura de tarjeta de Transporte Público, tarjeta Multi, tarjeta EMT, tarjeta bancaria física o virtual y códigos QR.

La primera línea desarrollada tiene su cabecera en la glorieta Antonio Bonet y continúa por la avenida Secundino Suazo, la, avenida Manuel Fraga Iribarne, la de las Fuerzas Armadas, Francisco Pi y Margall, la calle Ana de Austria y la avenida Niceto Alcalá Zamora. Después prosigue su recorrido por vías convencionales sin efectuar más paradas, hasta alcanzar su destino en las inmediaciones del Hospital Ramón y Cajal. Cada trayecto se prolonga unos 30 minutos. Están previstos puntos de conexión con el Hospital Enfermera Isabel Zendal y el futuro intercambiador de Valdebebas, que se planea edificar junto a la glorieta de Antonio Perpiñá.

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