'Disidencias de género' es un blog coordinado por Lucía Barbudo y Elisa Reche en el que se reivindica la diversidad de puntos de vista feministas y del colectivo LGTBQI.
Manifiesto del medio hombre
Un medio hombre no es un hombre.
Un medio hombre no acaba de estar seguro de lo que es un hombre.
Un medio hombre no busca reconocimiento.
Un medio hombre suele ser invisible.
Un medio hombre disfruta de su medianidad, aunque no la comprenda, por eso la busca.
Un medio hombre vive la incertidumbre de no saber exactamente qué es ser un hombre, pero la prefiere.
Un medio hombre no aspira a ser hombre, en todo caso a menguar y quizá a lo que aspire en el fondo sea a ser un no-hombre, pero tampoco está seguro de esto.
Un medio hombre nunca tiene claras las cosas, insistamos. A veces molesta esta sensación de ambigüedad: es impredecible para quienes buscan al hombre.
Un medio hombre necesita estar abierto a lo que viene de fuera: opiniones, emociones, sensaciones, sucesos. Para saber qué pudiere ser la verdad de las cosas, y probablemente nunca estará seguro. Desconfía de la razón autosuficiente. Sus razones son siempre medias razones, por eso necesita escuchar.
Un medio hombre no busca a una mujer ni a otro hombre para cerrar el círculo. La completud no le interesa; sí compartir las medias vidas de las personas que como él son mitades de lo que hubieran querido ser.
Un medio hombre disfruta de lo inacabado del camino: no le obsesionan ni las metas ni las cimas.
Un medio hombre es como el horizonte: tan importante cómo lo que se sabe es lo que no se sabe.
Un medio hombre no tiene ansias de competir: ¿para qué, si una figura inacabada no puede compararse con nada?
Un medio hombre no necesita crecer en bienes y riquezas porque al no estar cerrado esto es imposible. No puede acumular nada porque su esencia está siempre en relacionarse. No se puede ensanchar, no puede adquirir importancia, sus límites difusos le hacen perder lo que gane.
Un medio hombre no comprende la violencia porque como no quiere acumular ni compararse ni diferenciarse (no tiene una identidad definida), no se ve en la necesidad de marcar una frontera, de sacar un arma, de crear un miedo.
Un medio hombre siente que un hombre entero es alguien que se inventa una mitad de sí mismo que no existe: ¡qué duro debe ser mantener una mitad que no es verdad! Y lo sabe porque antes de ser un medio hombre fue un hombre entero.
Un medio hombre disfruta de esa inquietud de la medianidad, de lo difuso, y descansa en no necesitar concluir su figura: nada que llenar, nada que usurpar. Por eso ama.
Un medio hombre es medio masculino.
Un medio hombre es medio hetero.
Un medio hombre no sabe si un manifiesto de ser medio hombre será posible, quizá se quede en mani…
Un medio hombre es medio hombre, no se busquen mitades para completarlo, ni se hagan inferencias lógicas para completarlo. Déjenlo estar. Déjenlo vivir: no quiere más, no quiere menos.
Es medio y no fin.
Medio hombre, nada más.
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