El Sr. Urralburu quiere los votos del PSOE. Punto. Para conseguirlo utiliza en cada momento las palabras y mensajes pseudoelectorales que considera más convenientes para ver si alguien pica, cuando todas las encuestas vaticinan un bajón en sus resultados para las próximas elecciones. Yo le recomendaría que se tranquilizase ya que el futuro no está escrito y, las encuestas, son solo la foto de un momento, sin mayor importancia. A lo mejor de aquí a mayo se recuperan por si mismos sin tener que salir a pescar en casa ajena.
Por eso el Sr. Urralburu acusa al PSRM de poco menos que de “traición” o de “echarse en los brazos de Ciudadanos” al preferir esta alianza postelectoral, y no otra con él. Sr. Urralburu, yo, como militante socialista, en los únicos brazos en los que me echo son en los de mi mujer. Que le quede claro. Llama la atención el súbito interés que muestra el “compañero” Óscar por las vicisitudes internas del PSRM (no olvidemos que hablamos de declaraciones sacadas de contexto hechas en el seno de una reunión privada y que el PSRM aún no ha matizado). Si tanto le afectan, y tanto interés tiene, ¿por qué no se afilia?
Es posible que los moros de la morería hayan olvidado las acusaciones que no hace tanto tiempo el Sr. Urralburu vertía contra el PSRM diciendo, nada más y nada menos, que la corrupción en el seno de este partido era “igual que en el PP”. ¿A qué tanto interés ahora, Sr. Urralburu?
Los vaticinios agoreros con que nos ilustra el camarada tampoco son para tirar cohetes: “El próximo mes de mayo vamos a ver la fragmentación del centro-derecha en el Parlamento Regional”. ¿Y? ¿Eso es importante? Lo que hay que hacer, Sr. Urralburu, es contar los votos y preguntarse por qué la gente (esa mayoría social a la que usted solo alude cuando cree que se apoyan sus propuestas y que ya no es tanta mayoría cuando los votos se los llevan otros), prefiere votar medidas conservadoras, incluso reaccionarias, en vez votar propuestas de progreso.
Y, por cierto, en este mismo contexto en el que habla propone usted algunas medidas que son auténticos 'despejes de cabeza' dignos de comentario:
1) Que cualquier extracomunitario pueda venir a trabajar en el SMS sin tener que solicitar la ciudadanía española. Cómo se nota Sr. Urralburu que no conoce usted cómo están las bolsas de trabajo del SMS. Infórmese y luego hablamos. Sin ir más lejos, en Enfermería hay 20.810 personas apuntadas. ¿Se lo explico?
2) Que el Ministerio de Fomento destine 1.000 millones de euros para trenes de cercanía en Murcia. Y el dinero lo sacamos de dónde… No nos quieren aprobar un techo de gasto que amplía los presupuestos de Rajoy en 6.000 millones en total, que no es nada, y cree usted que se puede destinar, por arte de magia 1.000 millones para una partida concreta en una Comunidad concreta. ¿Según eso, cuántas decenas de miles de millones serían necesarios para abordar problemas similares en el resto de España, Sr. Urralburu? Seamos serios.
3) Dejar de construir en zonas marítimas y zonas ajardinadas. Hay leyes urbanísticas que impiden edificar en determinadas zonas. Por otra parte, digo yo que la gente tendrá que vivir en algún sitio. Si tiene usted que hacer algún comentario al respecto hágaselo a su Secretario General que se ha ido a vivir a una ajardinada urbanización exclusiva. Sin más comentarios.
4) Frenar la involución democrática que supone Vox. Oiga, Sr. Urralburu, la aparición de una nueva fuerza política siempre es motivo de celebración en un Estado Democrático como es España. Para mí lo fue cuando surgió Podemos, aunque muchos extremistas recalcitrantes y sectarios se rasgasen las vestiduras ¿va usted a hacer lo mismo que ellos? Las propuestas de Vox tampoco suponen una involución democrática. Simplemente pueden gustar o no gustar. Si no le gustan, no les vote, pero mientras en este país exista el pluralismo político y el derecho universal al voto, este país será un país democrático.