En estas semanas de confinamiento hemos podido comprobar cómo la dura y difícil situación que vivimos ha sido capaz de sacar lo mejor y lo peor de mucha gente. Ejemplos de ambos casos podríamos poner cientos, pero en este artículo me gustaría referirme a un sector que, sin ninguna duda, ha ayudado a hacer más llevadera la estancia en casa a cientos de miles de personas. Ese sector es el cultural.
Decía un historiador de la antigua Grecia, llamado Diógenes Laercio, que “la cultura es un adorno en la prosperidad y un refugio en la adversidad”. Es complicado encontrar muchas personas que no se hayan refugiado estos días en la historia de un libro, en la letra de alguna canción, en los versos de un poema, en la trama de una película, en los trazos de un cuadro o en la intriga de una obra de teatro. Todo ello alentado por las continuas iniciativas de diferentes administraciones que se han volcado en proporcionar contenido cultural en internet o de promotores y artistas de distintas disciplinas, que de forma totalmente altruista, han conseguido hacer más soportable el estado de alarma.
Este encierro ha servido para reafirmarme en la creencia de que la cultura debe ser una parte fundamental de nuestras vidas y también debe serlo del proyecto que desde el PSOE tenemos de Murcia. Y es que nuestro municipio puede hacer gala de contar con talento e ingenio a raudales en numerosas disciplinas artísticas que, sin embargo, no se termina de aprovechar.
Durante los años 80 y principios de los 90 Murcia fue un hervidero cultural, convirtiéndose en un lugar de auténtica referencia en el Levante español. Certámenes ya perdidos como la Semana del Cine Español o el Festival de Jazz (aunque ahora se pretende recuperar) eran una buena muestra de ello.
Por desgracia, esa tendencia cambió y, a diferencia de ciudades como Málaga (gobernada por el Partido Popular), desde el Ayuntamiento de Murcia no se pudo o no se supo entender que la cultura, además de ser una pieza primordial en el desarrollo de la de nuestra sociedad, también es en sí todo un motor económico (en nuestra comunidad da trabajo a 13.600 de personas y supone más del 3% del PIB regional) y que, bien gestionada, serviría para atraer a turistas que harán que se llenen nuestros hoteles, nuestros restaurantes, teniendo un efecto directo y positivo en la economía local. Según datos extraídos del Anuario de Estadísticas Culturales 2018 estos potenciales turistas no han parado de crecer, siendo el 14,5% del total de viajes realizados en 2018 por los residentes en España y el 17,5% de los realizados por extranjeros en nuestro país fueron iniciados principalmente por motivos culturales y tuvieron un gasto medio por turista superior al de la mayoría de otras disciplinas (suponiendo más de 20.000 millones de euros).
Tampoco se ha apostado de forma decidida por recuperar y cuidar nuestro patrimonio, sino que venimos sufriendo ocurrencias como llenar de baldosas el antiguo recorrido de la muralla, mientras algunos tramos originales están sumidos en el olvido.
Esta postura de evidenciar las carencias en cuanto a la gestión y planificación cultural no solo las pone de manifiesto quien escribe estas líneas, sino que es compartida por profesionales que trabajan en este sector. Prueba de ello lo podemos encontrar en el Observatorio de la Cultura del año 2019, que elabora la Fundación Contemporánea y en el que Murcia, séptimo municipio en población de España, ocupa un triste vigésimo segundo puesto perdiendo cinco peldaños con respecto al ranking del 2018. Este estudio, que recoge los resultados de cuestionarios enviados a expertos a nivel nacional (escritores, artistas, directores y actores, músicos, arquitectos y creadores de todos los campos; responsables de fundaciones, directores de museos, centros e instituciones culturales; editores, productores, promotores, galeristas, etc), valora entre otros aspectos la calidad e innovación en la oferta cultural de las ciudades de España, las instituciones y acontecimientos culturales más destacados del año, los distintos campos de la cultura, la evolución de sus presupuestos anuales y las carencias culturales. Además, se recogen los cien acontecimientos culturales del año. Por supuesto, no hay ni rastro alguno de Murcia.
Tal y como recoge el Informe de Impacto sobre el sector de la cultura en la Región de Murcia del COVID-19 (elaborado por el IGPCRM), el tejido cultural se enfrenta a enormes pérdidas, poniendo en riesgo un elevado porcentaje de los empleos de este sector, conformado en su mayor parte por pequeñas industrias, agentes culturales y artistas para quienes la suspensión de la actividad durante meses, las cancelaciones y la ausencia de posibilidades de movilidad provoca una situación muy delicada.
Para intentar paliar esta situación, tal y como se ha hecho Sevilla y como haremos con otros sectores (turístico y hostelero), propondremos que se ponga en marcha un plan de choque de apoyo al sector cultural de Murcia. Además, cuando todos vayamos volviendo a lo normalidad, creo que se hará necesario de una vez, diseñar una hoja de ruta decidida, que cuente con un amplio consenso de la Corporación y los agentes del mundo de la cultura, sean del signo que sea,para poder conseguir que nuestro municipio aproveche el inmenso potencial que tiene.
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