Las obras de la segunda fase del Canal de Navarra costarán 250 millones de euros y se prevén licitar en 2023
La presidenta de Navarra, María Chivite, ha anunciado este viernes que el Gobierno foral prevé licitar las obras de la segunda fase del Canal de Navarra a finales de 2023. El anuncio llega después de una reunión de CANASA, la sociedad en la que participan el Estado y Navarra para la construcción del Canal, en la que se ha dado a conocer el detalle de la segunda fase de este proyecto con el que se llevará agua “de calidad” desde el embalse de Itoiz a la Ribera de Navarra.
Según ha detallado la presidenta, esta segunda fase del proyecto incluye la construcción de una conducción de doble tubería de acero de 71,4 kilómetros de longitud, que parte del canal actual en el término municipal de Pitillas y finaliza en Ablitas, cruzando los ríos Aragón, Ebro y Queiles, las Bardenas Reales y las autopistas A-68 y AP-68. Asimismo, se prevén construir dos balsas próximas a Pitillas y Tudela, esta última con una capacidad de almacenamiento de 7,95 millones de metros cúbicos. El coste total de las obras asciende a 249, 7 millones de euros y su plazo de ejecución será de 48 meses desde el momento de la licitación, que se prevé cerrar en 2023.
El proyecto estará concluido a finales de este mes de marzo, según han informado desde el Ejecutivo, y será sometido a la supervisión técnica del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico. Además, antes de la licitación se realizará un estudio del impacto medioambiental que tendrá la obra.
Chivite ha celebrado que la aprobación de este proyecto “va a suponer en la práctica una garantía para que más de 70.000 habitantes de la Ribera puedan consumir agua de calidad, la puesta en riego de hasta 21.522 hectáreas, lo que nos permitirá avanzar en el desarrollo territorial sostenible de la comunidad y en el desarrollo económico de la Ribera y un impulso a la igualdad de oportunidades en el mundo rural”.
“La Ribera se abastece frecuentemente del eje del Ebro y con cierta frecuencia la calidad del agua suministrada para consumo humano no es muy buena y la solución pasa por suministrar agua de calidad que provenga de Itoiz”, ha enfatizado.
El proyecto de la segunda fase
Según se recoge en el proyecto que ha dado a conocer este viernes la presidenta de la comunidad foral, la ejecución de las obras de la segunda fase del Canal de Navarra se divide en tres actuaciones: una balsa que se construirá en Mostrakas (Pitillas), que hará de nexo de unión entre el Canal ya construido y la segunda fase; la conducción de doble tubería, que tiene una longitud de 71,4 kilómetros, y finaliza en Ablitas; y la construcción de otra balsa en Tudela, ubicada en el Paraje de Montes de Cierzo.
La balsa de Mostrakas, paraje situado a pocos kilómetros de Pitillas tendrá una doble función: absorber las aguas no consumidas en el tramo anterior del Canal y asegurarse que los 71 kilómetros de tubería de la 2ª fase siempre estén abastecidos. Se trata de una balsa que tendrá una capacidad de almacenamiento de 107.000 metros cúbicos y con un coste previsto de ejecución de 7,4 millones de euros.
Tras la balsa, se construirá una doble tubería de acero de 71,4 kilómetros de longitud que “dispondrán de revestimiento interior apta para el contacto con agua para consumo humano”. Este sistema de transporte tiene diseñadas 12 obras de toma para suministrar agua tanto de riego como de boca. A lo largo del trazado se cruzarán los ríos Aragón, Ebro y Queiles, salvaguardando las condiciones ambientales. Se atraviesan más de una docena de carreteras así como infraestructuras ferroviarias, y de riego y redes de abastecimiento, entre otras. El coste de esta doble conducción asciende a 202,8 millones de euros.
Por último, el proyecto contempla la construcción de la Balsa de Tudela, situada en el paraje conocido como Montes del Cierzo, a medio camino entre los municipios de Cintruénigo y Tudela. Su función consistirá tanto en el almacenamiento como en la regulación de la reserva hidráulica. Su capacidad de almacenamiento es de 7,95 millones de metros cúbicos, resultando una infraestructura trascendental para la garantía de agua de calidad a la Ribera así como para su blindaje ante el cambio climático. El coste previsto de ejecución de esta balsa asciende a 39,5 millones de euros.
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