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El PNV minimiza el derecho a decidir para pactar la reforma del Estatuto vasco con PSE-EE y Elkarrekin Podemos

Urkullu y Ortuzar, en una reunión con EH Bildu

Iker Rioja Andueza

El PNV parece en disposición de satisfacer la promesa que hizo el lehendakari, Iñigo Urkullu, en el Parlamento en 2018 de hacer partícipes a las fuerzas no nacionalistas de la reforma del Estatuto de Gernika, vigente desde 1979 en Euskadi y el único de España no reformado desde entonces. El grupo de expertos elegidos por la ponencia de autogobierno que lleva años debatiendo sobre el asunto emitirá un dictamen a partir del 30 de noviembre y los representantes de PNV, PSE-EE y Elkarrekin Podemos han avanzado en un principio de acuerdo que minimiza el derecho a decidir y se centra en una actualización del acervo competencial. El precio para el PNV es que perderá en el camino a EH Bildu, según ha dado a entender ya. La coalición abertzale pactó en origen con los nacionalistas unas bases con acento soberanista que ahora parecen orilladas. Lo hizo, por cierto, el día el mismo día en que aprobó los presupuestos de Mariano Rajoy y unos días antes de derrocarlo en la moción de censura.

Meses después de que el portavoz parlamentario del PNV, Joseba Egibar, y su homóloga en EH Bildu, Maddalen Iriarte, presentaran un texto que sólo concitó la suma de Elkarrekin Podemos en el apartado social y que enervó al PP e incluso al socio de Gobierno, al PSE-EE, Urkullu se descolgó en el Parlamento con esta reflexión: “Si configuramos una mayoría más amplia, tendremos mayor legitimidad para exigir que se nos respete allí donde somos minoría. Y también en clave interna de cohesión y convivencia. Hablo de acuerdo y pacto. Acuerdo entre vascos y pacto entre Euskadi y España. Pero partamos del acuerdo entre vascos… Diré como lehendakari nacionalista que un proyecto votado sólo por la ciudadanía nacionalista significaría para muchos de nosotros un fracaso estrepitoso. Nuestra sociedad es plural y diversa como cualquier otra sociedad abierta. El pueblo vasco que ha llegado hasta hoy es así… Nuestro desafío, especialmente de los nacionalistas, a quienes se les presupone un compromiso añadido con su patria, es defender el pluralismo y no soportarlo como una patología a eliminar en un proceso de homogeneización. El acuerdo debe ser necesariamente plural y que reúna a diferentes”. Las palabras se pronunciaron en un pleno de política general minutos después de que Egibar, al que se considera representante del alma más soberanista del partido, defendiera la validez del acuerdo con EH Bildu.

La coalición abertzale, muy contrariada con el giro del PNV, entiende que el borrador que verá la luz “no recoge con claridad el concepto de derecho a decidir”, ni tampoco establece “una relación bilateral de igual a igual con el Estado”, dos cuestiones que “deben ser la base” del nuevo estatus, según han explicado fuentes de la coalición recogidas por Efe. El experto propuesto por EH Bildu, Iñigo Urrutia, propondrá un articulado alternativo que sí estará fundamentado en las bases acordadas, tal y como ha adelantado 'Gara'.

En el otro extremo de la mesa, el PP también se desmarcará, pero por considerar que la propuesta no amplía el consenso que suscitó el Estatuto en 1979 -Alianza Popular no lo apoyó, aunque sí decididamente la UCD-. “Vienen curvas”, ha ironizado Alfonso Alonso, líder de los 'populares' vascos, quien aventura que “al Estado se le va a abrir un nuevo frente aquí” además de Cataluña. El ponente elegido por el PP es el navarro Jaime Ignacio del Burgo.

La suma de PNV, PSE-EE y Elkarrekin Podemos ofrece en Euskadi 48 de los 75 escaños por 46 de la alianza de los nacionalistas con EH Bildu. La gran diferencia política es que un pacto de esa naturaleza iría a las Cortes Generales con 161 escaños en el Congreso y que no tensaría la coalición con el PSE-EE, que se extiende al Ejecutivo autonómico, a las tres diputaciones forales y a los ayuntamientos de las tres capitales y de otros grandes municipios. Cualquier reforma estatutaria debe ser refrendada en la Cámara baja antes de ser sometida a referéndum en Álava, Bizkaia y Gipuzkoa. El PNV llegó a hacer bandera de un mecanismo llamado “consulta habilitante” que era empleado en la II República e incluso amagó con reformar el Estatuto para incluirla y luego reformarlo de nuevo.

La gran incógnita es qué ocurrirá con la propuesta articulada de los expertos. La legislatura vasca encara su última parte y el período medio de aprobación de las leyes en la Cámara autonómica haría imposible que un texto en principio más complejo como es la norma fundamental del autogobierno tenga margen para ser aprobada. Incluso se ha barajado la opción de que las autonómicas se adelanten a la primavera de 2020 si Urkullu no concita por segundo año los apoyos a sus presupuestos. Aquí de nuevo la suma más probable parece la de PNV, PSE-EE y Elkarrekin Podemos.

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