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José Ramón Becerra: el ingeniero que piensa en verde

José Ramón Becerra, en el centro, en una representación de teatro

Iker Rioja Andueza

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El 21 de febrero de este año, un muy serio José Ramón Becerra Carollo (nacido en la única ciudad de Bizkaia, en Orduña) compareció en la minúscula sede de Equo Berdeak en el barrio de San Martín de Vitoria -el más castigado por la COVID-19 en Euskadi- para comunicar que habían sido expulsados de la coalición con Podemos e IU. Horas antes había fallecido su padre y ahora le golpeaba la realidad de que tenía que montar en tiempo récord una candidatura para las elecciones vascas, que entonces todavía estaban fijadas para el 5 de abril. Con algo más de margen ahora que son el 12 de julio, Becerra lo ha logrado y su imagen recorre ya las calles vascas en un triciclo. El siguiente reto es que un partido igualmente minúsculo logre el 3% en Álava y obtenga el último escaño en juego, algo que no prevén las encuestas aunque -razona el aludido- muchas ni siquiera preguntan por ellos.

En 2016, entonces sin barba pero siempre con chaqueta, Becerra fue elegido parlamentario vasco -también por Álava- dentro de Elkarrekin Podemos y, según se felicitaba en aquella época, era el primer 'verde' en conseguirlo. Ecologista de convicción y de ejercicio -conduce un coche híbrido de 11 años de antigüedad-, ha ido adquiriendo protagonismo en la coalición y no solamente en temas medioambientales, sino también en la negociación de los presupuestos de 2020 con el Gobierno de Iñigo Urkullu o, sobre todo, en la comisión de investigación del fraude de las contratas de los comedores escolares. “Sí, sí, sí. Se está usted labrando un nombre fuera de su txoko, de su txokito medioambiental y apocalíptico”, ironizó el representante del PNV en aquel foro, David Latxaga, cuando se aprobó un dictamen que cuantificaba en 80 millones de euros las irregularidades y que enervó al partido del Gobierno.

“Es una persona con una gran capacidad de trabajo [...]. Ha sido un magnífico compañero que durante la última legislatura ha demostrado ser uno de los parlamentarios más destacados, no sólo por su enorme labor política sino también por su talante y capacidad para llegar a acuerdos. Los celebraba siempre con un helado en el postre”, opina de él su excompañera de Podemos Cristina Macazaga.

En el Parlamento y en Euskadi en general, la confluencia de Podemos con IU y Equo funcionó muy bien a nivel interno. La ruptura vino motivada porque, en las elecciones generales de otoño de 2019, Equo se alineó con Íñigo Errejón y Más País. La buena relación con el partido que entonces dirigía Lander Martínez preservó la convivencia a nivel vasco, a pesar de las turbulencias externas, todas las partes querían reeditar Elkarrekin Podemos. Pero llegó “el veto por parte de Pablo Iglesias”, en palabras del propio Becerra. Ni siquiera la mediación de los dirigentes de IU salvó los muebles. 

En aquellas jornadas, muchos excolegas de la coalición lamentaron haber perdido a un activo. Rosa Martínez, tras perder pocos días después las primarias de Podemos a favor de Miren Gorrotxategi, declaró esto a eldiario.es: “¿Becerra o Gorrotxategi? Sin duda José Ramón Becerra, porque creo que sí que tiene un proyecto muy claro de los retos que necesita Euskadi y comparto con él al 100% esa visión. Hay que ir un paso más allá en la economía, la sostenibilidad ambiental y social, y creo que ha demostrado esta legislatura solvencia y conocimiento de sobra de la política vasca”. En privado, otros ex de Podemos se ven más cercanos a Equo que al nuevo proyecto de Elkarrekin Podemos, ahora limitada al partido morado y a IU.

Becerra es valorado incluso entre los rivales políticos. Cosas de la logística, en el escaño de su izquierda se ha sentado durante esta legislatura un parlamentario del PP, Javier Ruiz de Arbulo. “Me parece un tío estupendo, serio y formado. Con ideas claras, aunque no las comparto, claro. Equo era la parte más pequeña de Elkarrekin Podemos y se ha tenido que hacer valer. Me alegro de haberle conocido. Trabaja muchísimo los temas. Se estudia mucho los discursos. Él es bilingüe, pero no tiene tanta soltura en euskera y lo trabajaba con profesores”, opina Ruiz de Arbulo, Matiza, eso sí, que cree que “la política le ha ido torciendo” porque pasó de “chocar mucho” con el Ejecutivo de Iñigo Urkullu a “acabar aprobándole los presupuestos al Gobierno” a finales de 2019. 

En Hondarribia, el grupo municipal Abotsanitz también tiene buen recuerdo de su colaboración para tratar de frenar el proyecto de macrocentro comercial en Zaldunborda, ahora en 'stand by' por una sentencia anulatoria del plan general urbanístico del municipio guipuzcoano. “Cuando empezamos a trabajar el tema de Zaldunborda hace cuatro años, pedimos ayuda y vino Joserra desde Vitoria. La disposición que mostró fue total. Fue el único parlamentario que ha venido a ayudarnos. No somos del mismo partido pero ha sido una persona cercana. Es alguien con muchos conocimientos”, dice de él Igor Enparan, el portavoz.

Ingeniero técnico industrial por la Universidad del País Vasco (UPV/EHU) y máster en gestión de riesgos ambientales por la UNED, es funcionario autonómico. Antes del nacimiento de Equo no había militado en ninguna otra formación, aunque lleva activo socialmente desde la adolescencia. En el instituto ya se acercó a Gesto por la Paz y se opuso al terrorismo de ETA en aulas de las que salieron compañeros que acabaron en comandos. También fue delegado independiente elegido en una candidatura de UGT a instancias de una amiga -“pero no liberado”, puntualiza- y colaboró con IU en la campaña de 1998, una formación entonces llamada Ezker Batua Berdeak y cuyo líder era Javier Madrazo. Les asesoró externamente en materia de políticas medioambientales. 

Si la agenda se lo ha permitido, ha acudido de su residencia en Bizkaia al Parlamento, en Vitoria, siempre en transporte público, “en el autobús de La Unión de las ocho de la mañana”. En sus ratos de ocio camina por la naturaleza, le gusta la música clásica y es socio de la coral de Bilbao, donde cantan sus hijos. Se ha apuntado a cursos de teatro e incluso ha hecho sus primeros pinitos como actor. El de las elecciones del 12 de julio es el guion más difícil de su carrera. ¿Logrará traducir la creciente conciencia medioambiental en votos?

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