Lobo y ganadería extensiva: convivencia contra el ataque
Bajo el nombre 'El lobo y la ganadería extensiva. ¿Cómo cambiar el cuento?', Ekologistak Martxan ha presentado en una jornada los resultados de la campaña 'Vivir con lobos'. Esta fue promovida por la Confederación de Ecologistas en Acción y, tras dos años de trabajo, la coordinadora de la misma, Isabel Diez Leiva, explicó las conclusiones y resultados obtenidos.
El objetivo del proyecto es “fomentar la coexistencia de la ganadería extensiva y el cánido salvaje”, según el documento 'Principales medidas para la coexistencia de la ganadería extensiva, elaborado por la organización junto con ganaderos y ganaderas de las diferentes zonas loberas del Estado.
Isabel Diez Leiva destaca precisamente esa colaboración: “Se ha creado una red que ha permitido a los ganaderos el intercambio de herramientas, han aprendido de otros cómo perfeccionar las medidas que no practicaban...”. Además, afirma que han aportado una visión diferente al proyecto y valora el haberles dado voz porque “son ellos quienes conviven con el lobo”.
“La ganadería extensiva es un conjunto de sistemas de producción ganadera basada en los recursos del territorio que los acoge, que genera alimentos y otros productos de forma más sostenible que los sistemas intensivos”, explica el estudio. Dentro de la defensa del medio ambiente y la ecología, presenta al lobo como “un elemento clave en el funcionamiento de los ecosistemas y sus procesos ecológicos”, cuya conservación es “imprescindible” para su mantenimiento.
La postura de los ecologistas no es la elección excluyente entre ganadería extensiva y lobo: “El animal es una pieza clave en el ecosistema. Su salud repercute en la salud del resto de seres vivos”. Diez Leiva concreta que la población del lobo se autorregula, que su propia naturaleza está adaptada para que no sea masiva. Con estos puntos como eje fundamental, el proyecto lanza una serie de medidas preventivas, que son “las que verdaderamente reducen los ataques de lobo a la ganadería” frente a acabar con ejemplares cuando esta sufre daños.
De hecho, la depredación sobre el ganado afecta a menos del 1% de la ganadería extensiva. Contra la reducción de las poblaciones de lobo, bien debido a los controles realizados por la administración, bien a la caza legal o ilegal, el proyecto propone medidas para las explotaciones que pueden sufrir perjuicios.
Pasos que garanticen la convivencia
Con estas consideraciones como punto de partida, el proyecto que durante dos años se ha gestado con alrededor de 50 profesionales de la ganadería de la mitad norte peninsular ha dado sus frutos. Dentro del documento 'Principales medidas para la coexistencia de la ganadería extensiva y el lobo' se describen un total de siete propuestas dirigidas a las administraciones autonómicas y provinciales, la administración estatal y las administraciones de otras entidades. Estas medidas, según el documento que las contiene, son “acciones clave para para mejorar la coexistencia entre la ganadería extensiva y el lobo ibérico”.
Entre las mismas se encuentran “implementar ayudas a los costes derivados de un manejo del ganado compatible con la presencia de grandes carnívoros”, “pagar indemnizaciones por ataques de lobo, justas en tiempo y forma, condicionadas a la adopción de medidas de prevención”, “fomentar el conocimiento y la empatía de la sociedad con la ganadería extensiva” o “dar a conocer la profesión y su papel fundamental para la coexistencia con grandes carnívoros”.
Diez Leiva afirma que estas medidas preventivas son precisamente las que, a pesar de que las administraciones no las impulsen, reducen los ataques al ganado. Así, ante la defensa de las producciones locales y sostenibles pero también del lobo como pieza clave en el ecosistema, 'Vivir con lobos' pretende continuar su camino.