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Crimea y Sebastopol celebran anexión a Rusia con apoyo masivo en Moscú
Crimea y el puerto de Sebastopol, base de la Flota del mar Negro y “joya” rusa en esa península, celebraron hoy el primer aniversario de su anexión a Rusia acompañados por una masiva concentración de respaldo en la plaza Roja de Moscú.
Una reincorporación que tanto el Kremlin como los residentes de Crimea y Sebastopol consideran irreversible, al cumplirse un año de la firma del acuerdo bilateral por el que se convirtieron en territorios federados.
“Es como cuando uno se sumerge en el agua y notas que te falta el aire, cuando subes a la superficie la primera bocanada es la más dulce. Este es el sentimiento que hemos tenido todos este año, yo, mis amigos, mis familiares”, dijo a Efe, emocionada, Natalia Berezóvskaya, una enfermera jubilada.
“Espero que vivamos así hasta el final de nuestros días, gracias a Rusia”, agregó, mientras esperaba el comienzo del desfile militar que recorrió hoy el centro de Sebastopol en medio de los aplausos de centenares de personas.
La mayoría jubilados y personas de edad que conoció la desaparecida Unión Soviética y que no podían ocultar su alegría por el “regreso” a la madre patria Rusia, de donde Crimea salió en 1954 cuando Nikita Jruschov la cedió a Ucrania en el seno de la misma URSS que luego se desintegró.
Muchos se quejaban, sin embargo, de que la asistencia al desfile no fue demasiado numerosa, mientras gritaban “Gracias, gracias” al paso de los marinos y de los destacamentos de autodefensa que, hace un año, se enfrentaron a las fuerzas ucranianas.
Mientras tanto, en una demostración de poderío militar, el Ministerio de Defensa ruso informó hoy de que “las unidades de Infantería de Marina desplegadas en la localidad de Temriuk, en el territorio de Krasnodar (a 60 kilómetros del estrecho de Kerch, que separa Crimea de Rusia) han sido puestas en alerta máxima en el marco de un entrenamiento estratégico”.
“Todas las actividades de la preparación combativa se realizan en condiciones similares a las de combate real gracias a recursos de imitación: los efectivos resisten a las fuerzas especiales y a la aviación de un enemigo hipotético”, agregó el ministerio en un comunicado.
El Kremlin no deja así duda de su intención de defender a toda costa esta península, arrebatada a Ucrania después de la llegada al poder en Kiev del Gobierno prooccidental tras una revolución que para Moscú fue un golpe de Estado.
“No hay ocupación de Crimea. Crimea es una región de la Federación Rusa y el tema del estatus de nuestras regiones no está en discusión”, dijo ayer el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov.
Mientras en Moscú comenzaba el mitin-concierto masivo para celebrar el regreso de Crimea, una encuesta difundida por el Centro de Estudios de la Opinión Pública, muestra que el 85 % de los rusos respalda la incorporación a Rusia.
La inmensa mayoría, el 89 %, se declara convencida de que Rusia no debe devolver Crimea a Ucrania ni siquiera para conseguir el levantamiento de la sanciones occidentales que pesan sobre el país.
El presidente ruso, Vladímir Putin, mantuvo una reunión en el Kremlin dedicada a la anexión, después de que la semana pasada reconociera que la planeó y organizó justo después de caer en Kiev su aliado, el presidente prorruso Víktor Yanukóvich.
Frente a la alegría de los jubilados en Crimea y Sebastopol, que han visto como en un año subían sus pensiones hasta equiparase con las rusas, otros sectores han sentido los estragos de la crisis económica provocada por el traspaso a Rusia y las sanciones occidentales.
Uno de ellos es el turismo, que en las ciudades crimeas de Sebastopol y Yalta -balnearios comparables a la Costa Azul francesa por su belleza y elegancia- se ha hundido prácticamente ante la desaparición de sus principales visitantes, los ucranianos, que constituían con seis millones en 2013 más del 60 por ciento del total.
Las sanciones occidentales han traído, además, otros inconvenientes para el turismo extranjero -prácticamente inexistente- como es la imposibilidad de hacer pagos con tarjeta de crédito o divisas.
La Unión Europea prohibió, entre otros, la venta de paquetes turísticos con destino a Crimea así como que los cruceros hagan escala.
En el último año, solo un barco de bandera griega y turistas alemanes hizo escala de un día en Yalta, “desafiando” las sanciones europeas, como resaltaron los medios rusos.
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